Arte en Datos 21 may de 2019
por Gustavo Pérez Diez
Ana Rocha, nueva directora del Museu de Arte Contemporânea do Paraná. Cortesía del MAC-PR
En este nuevo informe ponemos el objetivo en identificar a los 24 responsables artísticos de reconocidas instituciones culturales brasileñas, como son, entre otras, el MASP, MAM-SP, Pinacoteca do Estado, (MAC USP) o MAR, por parte pública, pero, también, de otras iniciativas privadas sin ánimo de lucro o de interés público como el Servicio Social del Comercio (Sesc), Itaú Cultural, Instituto Tomie Ohtake o Instituto Inhotim, por citar solo algunas.
Comprobamos cómo se produce casi una equidad de género: 10 mujeres y 14 hombres (contando a João Fernandes). Con la curitibana Ana Rocha o las bahianas Tereza Lino y Solange Farkas entre las gestoras manejando las programaciones de sus reconocidas instituciones. Y entre los hombres, van desde veteranos en el cargo como el chileno Felipe Chaimovich; a otros con grandes trayectorías como el carioca Adriano Pedrosa y el alemán Jochen Volz, pasando por aquellos recién llegados y con su primera experiencia en la dirección de un museo como el carioca Charles Cosac; e incluyendo a otros más jovénes pero con carreras en un claro ascenso como el paulista Paulo Miyada.
Tomando como excusa la anunciada llegada del subdirector del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) de Madrid, el portugués João Fernandes, como nuevo director artístico del IMS - Instituto Moreira Salles, nos ha parecido oportuno revisar quiénes son los otros máximos responsables artísticos de los principales museos, centros e instituciones de arte contemporáneo de Brasil.
La lista arroja casi una equidad de género dentro de los altos mandos artísticos: 10 mujeres y 14 hombres (contando a João Fernandes). Así, entre las gestoras culturales manejando las programaciones artísticas de instituciones brasileñas se pueden citar a veteranas en sus cargos como la paulista Priscila Arantes, directora artística y curadora del Paço das Artes (São Paulo); o las reciéntemente nombradas directoras del Museu de Arte Contemporânea do Paraná (MAC-PR), Museu de Arte Moderna da Bahia - MAM-BA (Salvador), la curitibana Ana Rocha y la baiana Tereza Lino, respectivamente, entre otras.
En el caso de los hombres, nos encontramos desde otros veteranos en el cargo como el chileno Felipe Chaimovich, curador del Museu de Arte Moderna de São Paulo (MAM-SP); y el paulista Eduardo Saron, director de Itaú Cultural (São Paulo); a aquellos recién llegados y con su primera experiencia en la dirección de un museo como el carioca Charles Cosac al frente del Museu Nacional da República (Brasília); o también otros con algo más de tiempo en el desempeño de sus cargos como el alemán Jochen Volz, director artístico de la Pinacoteca do Estado de São Paulo; o el mexicano Pablo León de la Barra, curador jefe del Museu De Arte Contemporânea De Niterói. Además, no faltan los ejemplos de otros jovénes con carreras en un claro ascenso como Paulo Miyada, curador jefe del Instituto Tomie Ohtake (São Paulo), quien, además, es curador adjunto de la próxima Bienal de São Paulo que lidera como curador general el italiano Jacopo Crivelli Visconti.
Esta lista llega en un momento en que muchos profesionales de las artes y la cultura ven "la cultura amenazada" por el actual gobierno, presidido por el excapitán derechista Jair Bolsonaro. En este sentido, a una renovada estructura gubernamental que ha transformado el MinC (Ministério da Cultura) en secretaria e incorporado al nuevo Ministerio da Ciudadanía, hay que sumar varios anuncios sobre otras políticas culturales que tienen al sector cultural y de las artes preocupados.
"En 2019 iniciaremos un rígido control de concesiones. Existe un claro desperdicio rutinario de recursos que pueden ser aplicados en áreas esenciales...", publicó Bolsonaro en su cuenta de Twitter en referencia a la Ley Rouanet, principal instrumento de incentivo a la cultura al ser la norma de mecenazgo que ofrece a las empresas exenciones fiscales a cambio de su apoyo a proyectos culturales como es el caso de FURNAS, a la que señala Bolsonaro en el referido tweet.
Y en otro comentaba: "La Ley Rouanet fue usada para cooptar parte de los artistas 'famosos' en un proyecto de Poder. En mi Gobierno, su utilidad será para los artistas en el inicio de su carrera...".
La que también parece que se verá afectada es una de las impulsoras clave de creaciones culturales en el país, el Servicio Social del Comercio (Sesc), una institución privada sin fines lucrativos que promueve acciones sociales. "Uno de los cambios previstos es el fin de los patrocinios que no tengan que ver con la capacitación de los trabajadores", aseguraba Paulo Guedes, actual ministro de Economía, el pasado mes de noviembre. No cabe duda, de que de ser llevado a la práctica, este recorte pondría en serios problemas a una gran parte de la producción cultural brasileña.
En una entrevista reciente de este medio a José Olympio da Veiga Pereira, nuevo Presidente de la Fundação Bienal de São Paulo y Presidente de Credit Suisse Brasil, le preguntamos: ¿Vd. piensa que con el nuevo gobierno la cultura no sufrirá un retroceso? A lo que nos contestó: "No creo que la cultura será devaluada en el gobierno de Bolsonaro. El Ministro Osmar Tierra y el Secretario de Cultura Henrique Pires entienden la importancia de la cultura para un país".
También es justo recordar que un año antes de la llegada de Bolsonaro, las cosas en lo que se refiere a libertad artística tampoco estaban digamos muy claras, lo que llevó a 73 líderes de las principales instituciones culturales del país, entre ellos, varios de los incluidos en este informe, a firmar una carta pública en defensa de la libertad artística y de expresión, tras ciertos eventos involucrando instituciones como Santander Cultural (Porto Alegre), MAR, MAM-SP, MAM Rio.
Además, tampoco se puede negar que una necesaria y mayor inversión en cultura es un reclamo que viene de lejos por parte del sector. El anterior gobierno dotaba a la Secretaria de Cultura con aproximadamente el 0,27% del presupuesto estatal, lo que representaba cerca de R$ 500 millones, una cantidad, a todas luces, insuficiente para dicho departamento.
Y otro dato a tener en cuenta es la alta alternancia que viene arrastrando históricamente el extinto Ministerio de Cultura, lo que tampoco ha sido positivo. En sus más de 33 años de existencia, han pasado por él más de 20 ministros.
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