Mercado 05 mar de 2025
por Monica Gonzalez-Adalid
Vista de ARCOmadrid 2024. Imagen cortesía de ARCOmadrid
Desde 2012, el mercado del arte español ha estado estancado en el séptimo puesto a nivel global. Aunque España destaca por su conexión con Latinoamérica a través de ferias como ARCO, la falta de estrategias de crecimiento y el IVA del 21% frente a reducciones europeas plantean desafíos. ¿Qué políticas impulsar para atraer coleccionistas y competir globalmente? ¿Cómo aprovechar su posición única ante un mercado en transformación?
Mucho ha llovido desde que, en el año 2012, la doctora Clare McAndrew, economista especializada en el mercado del arte y autora reina de los principales Art Market Report, decidiera lanzarse a desentrañar las particularidades del Mercado del Arte en España.
Desde ese primer informe patrocinado por la Fundación Arte y Mecenazgo, McAndrew ha analizado nuestro mercado en tres ocasiones más —2014, 2017 y 2021— permitiéndonos llegar a una conclusión: con una cuota de mercado que se ha movido históricamente entre el 0,5% y el 2% a nivel mundial, España lleva muchos años "estancada" en ese 1% que nos sitúa como séptima potencia mundial, junto a Japón y tras Estados Unidos, China, Reino Unido, Francia, Suiza y Alemania (en ese orden).
Podríamos pensar que ese séptimo puesto a nivel global es una buena posición, sobre todo con la aparición y auge en los últimos años de hubs artísticos como Seúl, pero, como se suele decir; «If you´re not growing, you´re shrinking». Un sector sin estrategias de crecimiento es un sector estancado. Y en eso España tiene que cambiar.
El mercado del arte a nivel global, según datos del último Art Market Report de 2024, movió 65 mil millones de USD en 2023, un 4% menos que el año anterior. Se realizan aproximadamente 40 millones de operaciones anuales y da empleo a 2,9 millones de personas, con más de 300.000 empresas trabajando en el sector.
Una de las particularidades de este sector, que me parece muy interesante, es que se trata de un mercado global, sin fronteras. Un mercado en el que una galería de Los Ángeles puede vender a un coleccionista de Dubai la obra de un artista de Sudáfrica al que representa. Esta singularidad es una gran ventaja para los agentes que trabajan en el mercado del arte, pero supone que cada región tenga que ser cada vez más competitiva para aumentar posicionamiento de mercado.
El sector destaca por su baja correlación con los mercados bursátiles, lo que, junto a su globalidad, lo hace menos vulnerable a crisis económicas y sociales, aunque no inmune. Un ejemplo es lo ocurrido durante la pandemia de COVID-19. El mercado del arte se recuperó con rapidez, y en 2020, tras un momento de reflexión, los agentes invirtieron en modernizar una pata clave: la venta online, hoy una vía de negocio principal.
No podemos ignorar la incertidumbre actual y los desafíos del mercado del arte. La creciente polarización política, el impacto de la guerra comercial iniciada por Estados Unidos y, sobre todo, la cultura de cancelación, que afecta cada vez más a artistas e instituciones. Un ejemplo reciente es la cancelación de la colaboración entre la artista mexicana Frieda Toranzo Jaeger y el Museo Leopol Hoesch en Alemania, debido a su postura pública sobre el genocidio palestino.
Pero sigamos con España, que estamos en la semana grande del arte en nuestro país y no todo es cuota de mercado. Hace muchos años leí que ARCOmadrid era la feria que recibía más visitantes a nivel global, y recuerdo que me sorprendió y me hizo muy feliz. Sé que en ediciones recientes seguimos siendo una de las ferias más visitadas. Una sociedad que visita en masa su feria de arte contemporáneo es una sociedad preparada para crear un ecosistema artístico líder.
Motivos para el optimismo en España, principalmente tres. Primero, la madurez del sector de galerías nacionales y el aumento de galerías internacionales abriendo sedes aquí, como la suiza Hauser&Wirth, la francesa Opera Gallery y la alemana Carlie Gebauer, junto con rumores de una importante galería latinoamericana considerando lo mismo. Segundo, la consolidación internacional de ARCOmadrid, atrayendo cada año a más galerías extranjeras. Y, por último, el crecimiento de coleccionistas, tanto nacionales como internacionales, viendo a España como sede para proyectos museísticos, fundaciones o espacios artísticos. Ejemplos incluyen a la italiana Patrizia Sandretto Re Rebaudengo, el mexicano José Antonio Pérez Simón o la española Hortensia Herrero.
No podemos obviar que el artista necesita del coleccionista tanto como el coleccionista necesita del artista y las galerías y casas de subastas de los dos anteriores. Por eso, para nosotros, los agentes que formamos parte de este ecosistema, es imprescindible entender la cultura de coleccionismo de nuestro tiempo.
En un informe de 2023, sobre «Arte y Finanzas» Deloitte analizó cómo la generación anterior a la Primera Guerra Mundial dio origen a nuevos coleccionistas que, motivados principalmente por razones estéticas, crearon algunas de las colecciones privadas más destacadas de la historia. La siguiente generación, nacida entre las dos guerras, priorizó motivaciones sociales, fundando grandes museos privados del siglo XX, como los Thyssen, Guggenheim o Frick. En la actualidad, la generación de coleccionistas contemporáneos destaca por su apoyo a artistas de su tiempo y el uso del arte como herramienta de transformación social, consolidándose como la era de los grandes mecenas. ¿Qué políticas a nivel nacional tenemos que implantar para seguir atrayendo a este grupo de coleccionistas que acompañan y apoyan las tendencias sociopolíticas del arte?
Considero que ahora mismo hay una que es fundamental. La adopción de la nueva normativa europea que permite a los Estados miembros reducir el IVA en la venta de obras de arte y antigüedades a un mínimo del 5%. La famosa Directiva 2022/542 de la Unión Europa de la que se ha hablado mucho este último año y que consiste, esencialmente, en una normativa que permite a los países europeos aplicar un IVA reducido en la venta de arte, unificar el mercado de tal manera que un coleccionista que adquiera una obra en una galería en España o Alemania vaya a tener que pagar el mismo IVA.
El problema es que la aplicación de esta medida ha sido desigual y mientras que países como Francia y Alemania han aprovechado para reducirlo (a un 5,5% y un 7-8% respectivamente), otros como Países Bajos han aprovechado para subirlo a un 21% y otros, como España, por el momento han decidido no incluir la venta de arte en este grupo de productos a los que le aplica esta reducción, manteniendo el IVA en el 21%. Hace unas semanas, el marchante austriaco Thaddaeus Ropac declaró a ARTnews que las variaciones del IVA tendrán un gran impacto en el arte europeo. Si un coleccionista sabe que un artista expone en un país con IVA más bajo, probablemente se inclinará por trabajar con la galería que lo representa allí.
El sector de galerías italiano, que trabaja con un IVA muy similar al español, ya se ha movilizado. Hace unas semanas, en el último día de la feria ARTEFIERA en Bolonia, los galeristas protagonizaron una protesta a base de pitidos contra la decisión de su Gobierno de no reducir el IVA a la venta de obras de arte en Italia.
En España, el Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo lleva tiempo movilizándose para impulsar esta medida, pese a detractores. A nivel internacional, el 86% de las ventas en galerías se realizan por debajo de los $50 mil dólares (Arts Economics 2024). Por tanto, no debemos pensar que el mercado del arte en España se limita a coleccionistas que compran "picassos" de 10 millones.
Pero hablemos también de las fortalezas del mercado del arte español. Seguramente, hoy en día, una de las más importantes sea su relación de hermandad con el mercado del arte latinoamericano. España ha sido considerada históricamente un «puente» con América Latina, una «puerta de entrada» a los países latinoamericanos desde Europa y viceversa.
En el mercado del arte, la llegada de capital latinoamericano a Madrid en los últimos años se ha convertido en uno de los principales motores del arte en España. El grupo de coleccionistas de esos países, que han encontrado en Madrid su segundo hogar, están apoyando activamente a los distintos agentes del mercado. La feria ARCO Madrid lo sabe bien, por ello muchas de las ediciones de los últimos años han tenido como país invitado una región de América Latina (Colombia en 2015, Argentina en 2017 o Perú en 2019).
Si hablamos del sector de las galerías, creo que si preguntamos a cualquiera de ellas nos podrá confirmar como año a año va aumentado el número de coleccionistas latinoamericanos que adquieren obra de sus artistas. Y esto es importantísimo. Según mi experiencia profesional, una característica que tiene este grupo de coleccionistas latinos con la vista puesta en España es que buscan integrarse al 100% en el ecosistema artístico español y, para ello, buscan completar sus colecciones con obra de artistas españoles.
Asimismo, buscan compartir sus colecciones de arte con la sociedad, distinguiéndose de los coleccionistas españoles más tradicionales, lo que considero un enfoque inspirador. Un ejemplo es la D+C Family Collection & Foundation, creada por Cristina Chacón y Diego Uribe, con sedes en Miami, Bogotá y Madrid. En su web se puede explorar a los artistas de su colección, destacando la presencia de creadores españoles, especialmente en Madrid. Recientemente, Cristina fue nombrada miembro del Comité Internacional de Mecenazgo del Museo Reina Sofía, un paso significativo para apoyar nuestras instituciones desde dentro. Esperemos que más coleccionistas sigan su ejemplo y dirijan su mirada hacia España en el futuro.
Los coleccionistas latinoamericanos destacan por apoyar a artistas de sus países. Por ejemplo, la venezolana Patricia Phelps de Cisneros donó gran parte de su colección al MoMA y al Reina Sofía, con la condición de que se exhibiera junto a maestros internacionales. En la misma línea, la uruguaya Estrellita Brodsky patrocina una beca en el MoMA y la Tate Modern para fomentar la presencia de curadores especializados en arte latinoamericano. Una estrategia brillante.
Ante esto, los agentes del mercado en España tenemos mucho por hacer para fortalecer una escena artística cada vez más influyente. Sin embargo, mirando hacia ARCO 2025, no debemos olvidar nuestra responsabilidad de fomentar el coleccionismo joven. Promover su interés por apoyar a los artistas es clave para el crecimiento de nuestro ecosistema.
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