Ana Mendoza Aldana: "Seguramente toque privilegiar proyectos en los que se trabaje más a escala local o con obras más modestas"

Dentro del proyecto informativo colaborativo de reflexión sobre el futuro del arte y nuestra sociedad (#pensandoelfuturo / #pensandonofuturo), nacido en plena lucha contra la crisis del coronavirus, presentamos esta nueva entrevista con Ana Mendoza Aldana, curadora independiente establecida en París, y que, como el resto publicadas y/o por publicar, ARTEINFORMADO ofrece en abierto para que sigamos "todxs en casa pero todxs bien informadxs":

ARTEINFORMADO (AI): En estos momentos de incertidumbre, ¿qué mensaje de ánimo y de confianza le gustaría trasladar a todos los operadores y actores del mundo del arte?

Ana Mendoza Aldana (AMA): El mundo entero está viviendo algo que no se había visto antes a esta escala: una tragedia humana, realmente global (no sólo afectando al "primer" o al "tercer" mundo), y sobre todo de manera simultánea. Esto nos acerca a todos como humanos, nos hace tomar conciencia que somos habitantes de un mismo planeta. Los problemas que intuíamos se han vuelto más que nunca reales: las diferencias sociales, las decisiones políticas con efectos devastadores sobre la ecología y las vidas humanas, hoy más que nunca, son una realidad concreta que se nos viene encima. Son días extraños en los que los privilegiados tenemos la suerte de vivirlos encerrados con nosotros mismos, con nuestros pensamientos y preocupaciones, y es nuestro deber hacer de este tiempo, un tiempo de estudios y de búsqueda de nuevas soluciones, con humildad, para pensar un mañana en el que el arte y la cultura desempeñarán un papel importante y no ser un vehículo más de las desigualdades que ya conocemos.

AI: ¿Cómo cree que va a cambiar el sistema del arte, en general, y el trabajo de curaduría, en particular, a partir de ahora, en lo referente a conceptualización de proyectos, relaciones con otros profesionales y/o organizaciones y estrategia de comunicación? ¿Toca reinventarse?

AMA: El ritmo desenfrenado de las bienales y ferias de arte no puede seguir tal cual. Es quizás el momento de ponerle un freno a las tendencias bulímicas y de imaginar proyectos que sigan una temporalidad estructural y un desarrollo más local. Las exposiciones deben tener una razón de ser y de existir, alimentar una conversación y tener un impacto concreto.

La economía siempre ha sido un factor en la organización de exposiciones: estas se ven afectadas por el presupuesto del que benefician. Así la ecología y la ética deben ser factores a tomar en cuenta. Seguramente toque privilegiar proyectos en los que se trabaje más a escala local, de una ciudad, de un país, o con obras más modestas (obras que se puedan transportar más fácilmente, obras efímeras, obras realizables sin la presencia de sus autores, etc). Pienso que todos esos factores más que restricciones son momentos de mucho estímulo intelectual: tenemos la gran oportunidad de pensar un mundo del arte que mejor refleje los valores que muchos de los artistas defienden desde hace mucho tiempo en su trabajo pero que no siempre se verifica en la manera de pensar eventos por otros o que no respetan las estructuras que los organizan.

AI: ¿Piensa ahora que debería acometer una nueva fase online para visibilizar y difundir más y mejor tus proyectos? Si, es así, ¿qué medidas baraja implementar de cara al futuro en su nueva estrategia digital y que no venía ejecutando? 

AMA: Mi relación con la visibilidad virtual o digital no va necesariamente a cambiar. La relación frontal, física y corporal con el arte, con las obras y el espacio en el que éstas están expuestas es irremplazable. La fase virtual es una herramienta para hacer de esta relación una relación más profunda o establecer un "recuerdo", un "archivo" de lo sucedido. La idea del archivo es esencial y complementaria de la experiencia física.

El mundo virtual es una oportunidad para difundir mejor quizás la parte textual o de investigación de las exposiciones, pero nuevamente, toca pensar qué es lo que se debe difundir para no caer también en una bulimia de materia digital.