Verano argentino en el New Museum neoyorquino: Marta Minujín y Mika Rottenberg

El New Museum, el único museo de la ciudad de Nueva York dedicado exclusivamente al arte contemporáneo, inaugura, el próximo 26 de junio, de forma simultánea, dos muestras individuales dedicadas a las artistas argentinas Marta Minujín (Buenos Aires, 1941) y Mika Rottenberg (Buenos Aires, 1976), en su tercera y segunda planta, respectivamente. 

En el caso de Minujín cuenta con la implicación directa del italiano Massimiliano Gioni, su director artístico, lo que da señales inequívocas de que la exposición será uno de los platos fuertes de la temporada. Y es que, guste más o menos, durante los últimos sesenta años, Minujín viene siendo una de las voces más fuertes y figuras cruciales del arte argentino.

Surgiendo en la década de 1960, esta pionera de la vanguardia argentina "ha desarrollado eventos, performances, instalaciones y trabajos de video que han influido enormemente en generaciones de artistas contemporáneos en América Latina y más allá. Minujín combina elementos de teatro experimental, cine y televisión, publicidad y escultura para crear ambientes completos -incluída su ahora legendaria La Menesunda (1965)-, que coloca a los espectadores en el centro de las situaciones sociales y los enfrenta con la seducción de las imágenes de los medios y la cultura de la celebridad", como señalan desde el museo neoyorquino. 

"Minujín busca provocar a los espectadores y estimularlos a la acción, y ofrecer nuevos modos de encuentro con la cultura del consumidor, los medios de comunicación y la vida urbana. Su trabajo, junto con el de Niki de Saint Phalle, Christo, Claes Oldenburg y otros, se cuenta entre los primeros ejemplos de entornos artísticos a gran escala, demostrando cómo Minujín anticipó radicalmente la obsesión contemporánea con los espacios interactivos y la búsqueda de una intensidad de experiencia. Eso define a las redes sociales de hoy", explican sus organizadores.

Además de creer en la necesidad de un arte que logre sobrecoger al espectador, que salte del plano y se instale en la tridimensión, a menudo, a lo largo de su extensa trayectoria, Minujin ha manifestado su predilección por hacer objetos efímeros, en clara oposición a las estructuras institucionales y abogando por el compromiso político. 

Un gran ejemplo, sin duda, es su 'Partenón de libros (1983)', realizado originalmente en Buenos Aires con motivo de la recuperación de la democracia en la Argentina, del que Minujín presentó una versión actualizada frente al Museo Fridericianum en la última Documenta 14, de 2017, el evento artístico más relevante del mundo para la teoría y la crítica del arte, que la ha consagrado definitivamente como una de las artistas más importantes del circuito artístico internacional de los últimos años. 

Precisamente, una secuela de su paso por Kassel se pudo ver, hace tan solo unos meses, en el Museo Castagnino+macro, de Rosario (Argentina), con la muestra "Marta Minujín en Documenta 14", que, bajo curadoría de Rodrigo Alonso, presentaba, por primera vez, en la Argentina la documentación generada (registros gráficos, fotográficos y videos) de su participación en la gran cita  alemana.

Como es lógico, su trayectoria ha estado jalonada por distintos reconocimientos, siendo uno de los más importantes y recientes el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2016, prestigioso galardón concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, dotado con 100.000 Euros y que lleva, en ocasiones, asociada una exposición organizada por el Museo Reina Sofía de Madrid. 

Minujin regresa a Nueva York, ciudad en la que vivió tras obtener en 1966 la beca Guggenheim y, donde a comienzos de la década del 70, en un contexto de protestas civiles, realizó, entre otras, dos importantes acciones: Kidnappening, una combinación ficcional de secuestro y happening, e Imago Flowing, que fusionaba ópera y happening. Además, en Nueva York tiene sede su galería de cabecera Henrique Faria.

De Minujín a Rottenberg

Cortesía del New Museum

De una artista tan consagrada, a una de las principales representantes de su generación y una de las artistas argentinas con mayor proyección internacional como es la igualmente bonaerense Mika Rottenberg, quien tendrá su primera exposición individual en un museo de Nueva York. 

Rottenberg, que reside desde hace años en Nueva York, estrenará una nueva instalación de video, 'Easypieces' (2019), que da título a la exposición y en la que explora ideas antiguas y nuevas sobre el materialismo y considera cómo los humanos comprenden y manipulan la materia. En la exposición, a cargo de la curadora asociada del museo Margot Norton, también se presentarán varias de sus recientes instalaciones de video y esculturas cinéticas. Al juntar todos estos trabajos el discurso expositivo trazará temas centrales en la obra de Rottenberg, que incluyen mano de obra, tecnología, distancia, energía y la interconexión de lo mecánico.

"Al emplear la sátira absurda para abordar los problemas críticos de nuestro tiempo, Rottenberg crea videos e instalaciones que ofrecen alegorías subversivas para la vida contemporánea. Sus obras entrelazan elementos documentales y ficción, y con frecuencia cuentan con protagonistas que trabajan en entornos de fábrica para fabricar productos que van desde perlas cultivadas (No Nose Knows, 2015) hasta millones de artículos al por mayor de plástico de colores brillantes que se venden en supermercados chinos (Cosmic Generator, 2017)", comentan desde el New Museum. 

Nacida en Argentina y criada en Israel, Rottenberg es una de las últimas incorporaciones anunciadas por la mega galería Hauser&Wirth tras haber estado representada por Andrea Rosen Gallery (Nueva York) hasta su cierre en 2017. Un hecho que demuestra la gran proyeccción comercial que despierta su obra.

Dicha proyección también se deja notar por sus últimos grandes premios recibidos: el Kurt Schwitters Prize 2019, entre cuyos miembros del jurado estaba Massimiliano Gioni; y del James Dicke Contemporary Artist Prize 2018 del Smithsonian American Art Museum. Mucho antes, Rottenberg fue la primera en recibir el Cartier Award en 2006, lo que le supuso su primera exposición individual en el Reino Unido.

En estos momentos presenta una muestra en el Museo d'Arte Moderna di Bologna (MAMbo), que viene de verse en el Goldsmiths Centre for Contemporary Art, de Londres; y en la Kunsthaus Bregenz (Austria). Otras exposiciones individuales recientes incluyen: el Museo de Arte Contemporáneo Bass, en Miami (2017), que como hará en el New Museum, presentaba una selección del trabajo creado en los últimos dos años; y también en el Palais de Tokyo, de París, (2016). 

También es frecuente encontrarla participando en grandes citas internacionales. El trabajo de Rottenberg se ha mostrado en 2008 en la Bienal del Whitney, de Nueva York. En 2011, desarrolló el ciclo de performance e instalación 'Seven' con el artista Jon Kessler para Performa 11 en Nueva York. Fue una de las artistas elegidas por el francés Nicolas Bourriaud para la 9ª Bienal de Taipei de 2014. En 2015, su trabajo 'No Nose Knows' se mostró en la 56ª Bienal de Venecia en el contexto de "Todos los futuros del mundo", curada por el nigeriano Okwui Enwezor. Su película 'Cosmic Generator' fue parte de Skulptur Projekte 2017 en Münster. Y la curadora italiana Cecilia Alemani la incluyó en la primera edición de Art Basel Cities Week en Buenos Aires, el pasado 2018.

Una parte significativa de su obra reside en importantes colecciones públicas, que incluyen: el MoMA, Guggenheim, The Met y Whitney, en Nueva York; el ICA de Boston; o el MoMA de San Francisco, por citar solo algunas.

La atención del director artístico del New Museum al Arte Iberoamericano

Con Massimiliano Gioni al frente de la dirección artística del museo, desde julio de 2014, han sido varios los artistas iberoamericanos con exposiciones individuales que les han supuesto su primera exposición en una institución museística neoyorquina o su primera exposición en los Estados Unidos: "I Stand Like A Mirror Before You" de la portuguesa Leonor Antunes, en 2015; "A Pot for a Latch" de la mexicana Pia Camil, en 2016; "Song, strategy, sign" de la puertorriqueña Beatriz Santiago Muñoz, en 2016; "The House at Kawinal" del guatemalteco Naufus Ramírez-Figueroa; y "Finding Oneself Outside (encontrarse a uno mismo fuera)" de la mexicana Mariana Castillo Deball, en cartel hasta mediados del próximo mes de abril.

Cortesía del New Museum

Del mismo modo, sus últimas dos trienales han incluido a otros jóvenes artistas iberoamericanos: la de 2015 "Surround Audience", cocurada por Lauren Cornell y Ryan Trecartin, al español Daniel Steegmann Mangrané, al argentino Eduardo Navarro y a los mexicanos Tania Pérez Córdova y José León Cerrillo; y la de 2018 "Songs for Sabotage", cocurada por Alex Gartenfeld y Gary Carrión-Murayari, a las peruanas Claudia Martínez Garay y Daniela Ortiz de Zevallos, el brasileño Dalton Paula, el mexicano Manuel Solano y el proyecto Inhabitans, desarrollado por los portugueses Pedro Neves Marques y Mariana Silva, con la curadora también portuguesa Margarida Mendes.

Fuerte presencia de mecenas y coleccionistas iberoamericanos en sus órganos 

La mayoría de estas exposiciones han contado con el apoyo y patrocinio directo del Artemis Council y del  International Leadership Council del New Museum, ambos integrados por destacados coleccionistas y mecenas de todo el mundo. 

De este último consejo son miembros el peruano Carlos Marsano, el matrimonio portugués Maria de Jesús Rendeiro y João Oliveira Rendeiro (Ellipse Foundation), las parejas de brasileños Georgiana Rothier y Bernardo Faria y Christina Bicalho Santos y José Carlos Hauer Santos, el también brasileño Fabio Szwarcwald y los colombianos Karen y León Amitai.

Además, entre sus benefactores está la galería mexicana Kurimanzutto y, finalmente, en su Junta Directiva se sientan el mexicano Eugenio López (Fundación Jumex, Ciudad de México), la cubano-venezolana Ella Fontanals-Cisneros (Cisneros Fontanals Art Foundation - CIFO, Miami) y el antes referido León Amitai.

Esta fuerte presencia iberoamericana en los distintos órganos del museo habría ayudado mucho a que, en cada uno de los últimos cinco años, dentro de la programación expositiva haya habido siempre artistas iberoamericanos.