Tras 50 años, la fundición José Luis Ponce se presenta como Plataforma Artística

Mañana, sábado, se presenta a un nutrido grupo de profesionales del sector artístico La Plataforma Artística José Luis Ponce, en sus instalaciones de Paracuellos del Jarama (Madrid), como una sucesión natural de la hasta ahora Fundición Taller de Arte José Luis Ponce, que, tras cinco décadas de trayectoria, cuenta en su haber con esculturas gigantes en bronce de varias toneladas, pero también en hierro, aluminio y cobre firmadas por artistas como Gerardo Rueda, Rafael Canogar, Eduardo Arroyo o José María Sicilia, según la nota hecha pública.

Entre los objetivos de la hasta ahora fundición, que cuenta en su haber con hitos artísticos como el mítico mural de la plaza de Colón de Madrid, es convertirse en "lugar de encuentro donde confluyan los diferentes sectores del arte", sumando "la historia -savoir faire de una fundición tradicional- y la innovación -nuevas necesidades del mercado, avances tecnológicos...-".

En este momento en que la tercera generación asume la dirección de la empresa, tras el paso a la presidencia de José Luis Ponce (Madrid, 1948), al frente de la misma desde los primeros años 90, sus responsables hacen un poco de historia y recuerdan que "En una primera etapa, la fundición se va ligando cada vez más al mundo del arte, principalmente gracias a la relación que mantienen con el escultor Pablo Serrano. Comienzan a trabajar con los artistas del grupo "El Paso": Gerardo Rueda, Rafael Canogar, Juana Francés o Eusebio Sempere, iniciando paralelamente una relación laboral con galerías míticas como Juana Mordó o Theo. En los años 70, se incorpora una nueva generación de artistas entre los que se incluyen Eduardo Arroyo, Berrocal, José Luis Sánchez, Amadeo Gabino, Lorenzo Frechilla, Marcel Martí o Rosa Serra. A través de esta última, se inicia una estrecha colaboración con el Comité Olímpico Internacional, liderado por Juan Antonio Samaranch, para quienes funden una serie de piezas que componen parte de la colección olímpica repartida entre sus distintas sedes".

"Los años 90 -continúa la nota- suponen el comienzo de una nueva etapa con un proyecto personal, durante el cual José Luis mantendrá la relación con todos sus artistas y añadiendo, dada su estrecha relación con Portugal y Brasil, una treintena de creadores de estos países entre los que destacan Jorge Vieira o Crucero Seixas. Su amistad de 30 años con galeristas como Soledad Lorenzo u Oliva Arauna ha propiciado trabajos con José María Sicilia o Chema Alvar González. Ya en el nuevo siglo, José Luis Ponce comienza apoyando una nueva generación de artistas como Alicia Martín, Ricardo Calero o Esther Pizarro, añadiendo nombres importantes del arte emergente como Marlon de Azambuja, Françoise Vanneraud, Avelino Salas y Xavi Muñoz".

"Las obras fundidas por el taller -concluye- se pueden encontrar en países como China, Singapur, Suiza, Gran Bretaña, Francia o los Estados Unidos. Destacan piezas para el escultor británico David Nash, los monumentos olímpicos creados por Rosa Serra alrededor del mundo -Seúl, Barcelona, Lausanne, o Kuwait-, figuras de Salvador Dalí para su museo de Figueres, el monumental bronce de José Luis Sánchez en el Paseo de la Castellana de Madrid, el encargo de Alberto Corazón para el IVAM, obras monumentales de Marcel Martí en las bodegas Codorníu del Valle de Napa en Baja California...". ARTEINFORMADO