Seis artistas iberoamericanos se van de expedición artística en la 1ª Bienal Antártica

Hay proyectos que solo los puede concebir un soñador y visionario, como es el caso del artista, marino y filósofo ruso Alexander Ponomarev (Dnepropetrovsk, 1957), quien, desde 2011, viene desarrollando el concepto de una Bienal Antártica.

Un proyecto único, que, tras vivir sus primeras etapas en las reconocidas Bienales de Arquitectura y Arte de Venecia con el Antarctic Pavilion, primer pabellón supranacional, ahora, se acaba de hacer realidad con la 1ª Bienal Antártica, una expedición artística que comenzó el pasado 17 de marzo en Ushuaia (Argentina), la ciudad más austral de nuestro planeta, reuniendo 19 artistas, 6 de ellos iberoamericanos, que desarrollan proyectos abordo del buque de investigación Akademik Sergey Vavilov.

Los argentinos Tomás Saraceno (Tucumán, 1973) y Joaquín Fargas (Buenos Aires, 1950), los brasileños Alexis Anastasiou (São Paulo) y Juliana Cerqueira Leite (São Paulo, 1981), el ecuatoriano Paúl Rosero Contreras (Quito, 1982) y la española Eulàlia Valldosera (Vilafranca del Penedès, Barcelona, 1963) son los seis artistas iberoamericanos, que junto a otros de igual renombre, entre ellos, la franco-marroquí Yto Barrada, se han subido a ese barco para participar en la primera Bienal Antártica, cuya directora y productora es Anna Shvets.

Los resultados de los proyectos llevados a cabo por este grupo de artistas, que van desde el uso del vídeo a la fotografía pasando por la instalación, serán presentados por primera vez en Buenos Aires este 29 de marzo en el Faena Arts Center. Pero, no acabará aquí su difusión internacional, ya que tienen previsto otras presentaciones aún a mayor gran escala, siendo la más desetacable la que tendrá lugar en la próxima Bienal de Venecia, donde, como ya hemos referido, fue presentada una fase previa del proyecto en su anterior edición de 2015.

Para poner en marcha un proyecto de esta magnitud se necesita, por un lado, la indispensable financiación económica, y por otro, el también no menos necesario asesoramiento artístico con el que dotar de prestigio a un evento de carácter internacional como es esta nueva bienal.

Lo primero, el más de un millón de Dólares, que ha costado enviar a decenas de artistas, cerebros, cineastas y personal de apoyo a la Antártida, lo ha conseguido Ponomarev, en su mayor parte, gracias a su compatriota el millonario Eugene Kaspersky, presidente y CEO de una de las mayores firmas privadas de seguridad cibernética del mundo como es Kaspersky Lab. Además, se han sumado el gran coleccionista y empresario chino Qiao Zhibing, y su socio, Lihsin Tsai.

En cuanto al Consejo Asesor Artístico lo integran, además del propio Alexander Ponomarev, como su director, algunos de los más reconocidos, respetados e influyentes curadores y directores de centros e iniciativas culturales internacionales como son Hans Ulrich Obrist, director artístico de las Serpentine Galleries (Londres); Sam Keller, director de la Fondation Beyeler (Suiza); Sheikha Hoor Al-Qasimi, presidenta y directora de la Sharjah Art Foundation (Emiratos Árabes Unidos); Nadim Samman, co-director de la iniciativa curatorial Import Projects (Berlin); y Hani Rashid, arquitecto y co-fundador de Asymptote Architecture (Nueva York/Viena).

El fuerte interés y apoyo con el que cuenta esta bienal también queda más que demostrado echando un vistazo a los miembros de su Junta Directiva, donde están, entre otros, Alfred Pacquement, director honorario del Centre Pompidou (París); Anna Somers Cocks, Presidenta de la Junta Directiva Fundadora y CEO de Art Newspaper Group; la artista Marina Abramovic; Marina Loshak, directora del Pushkin State Museum of Fine Arts (Moscú); Leonid Friedland y Leonid Strunin, filántropos, coleccionistas y propietarios de la casa de subastas Phillips; Inna Bazhenova, coleccionista y propietaria de The Art Newspaper; Vanessa Branson, coleccionista y presidenta/fundadora de la Marrakech Biennale, así como otros coleccionistas y filántropos como Daniel Sigaud, Ekaterina y Vladimir Semenikhin o Roman Trotsenko.

"La Bienal Antártica no comienza ni termina con la expedición en marzo de 2017. Se trata de una bienal 'en proceso', construyendo constantemente espacios de cooperación productiva y creación de sentido", señalan sus organizadores.