Roberto Polo se decanta por Toledo y Cuenca para instalar su colección

El coleccionista, mecenas y marchante cubano-estadounidense Roberto Polo (La Habana, 1951) ha deshojado la margarita y, finalmente, parece, que, tras negociar con varias CC.AA. españolas, su colección, integrada por 7.000 obras de pintura, escultura y fotografía, irá a parar, a partir del verano de 2018, a las ciudades de Toledo y Cuenca, concretamente, al Convento de Santa Fe, situado en el casco histórico de Toledo, y el viejo edificio del Archivo Provincial de Cuenca, antigua sede del Tribunal de la Inquisición, según publica Borja Hermoso en el diario El País, aclarando que esta cesión "se realizará de forma gratuita, sin contrapartida económica alguna ni para el Estado español ni para la Junta de Castilla-La Mancha, cuyo presidente, el socialista Emiliano García-Page, ya ha aprobado oficialmente la operación".

La noticia con su intención de depositar su colección en tierras españolas saltó hace ahora casi un año. Desde entonces, se lleva especulando acerca del destino final de la Colección Polo, por la que, al parecer, habían mostrado interés otras tres ciudades españolas y dos grandes capitales internacionales, una estadounidense y otra europea.

El conjunto será expuesto de forma rotatoria durante un período mínimo de 15 años. En este sentido, la idea de Roberto Polo -según El País- es ir haciendo donaciones definitivas de obras y, al final, ceder a España su colección completa de 7.000 piezas. Esta se centra por un lado en las vanguardias históricas del centro, este y norte de Europa y Estados Unidos, muy poco representadas en las colecciones españolas (la mayor parte de los artistas que vendrán no tienen obra en España), y recorre desde finales del siglo XIX hasta hoy mismo.

Entre sus fondos se pueden encontrar renombradas figuras del arte moderno europeo del siglo XX como el húngaro Laszlo Moholy-Nagy o los alemanes Oskar Schlemmer, Kurt Schwitters y Max Ernst, entre otros. Asimismo, la integran pintores y escultores vivos de la escuela estadounidense, así como del arte belga actual.

Polo, ex-financiero, -según El País- "no informa del valor estimado de su colección ("nunca cifro mis colecciones en dinero, sino en calidad", sostiene), pero la póliza de su seguro asciende a 50 M. de Euros. Además, Polo donará a España parte de su fabulosa biblioteca personal, formada por miles de volúmenes, muchos de ellos primeras ediciones, sobre temas relacionados con la historia y la teoría de las artes plásticas del siglo XX".

Pero antes de que todo esto se produzca, en tierras andaluzas, hasta el próximo 2 de julio, se puede disfrutar de una selección de obras de algunos de los artistas flamencos y estadounidenses de la Colección Polo en las Salas de Exposiciones del Palacio Episcopal de Málaga. La muestra, que lleva por título "La pintura después del posmodernismo. Bélgica-USA", estuvo antes en Bruselas y viajará luego a Caserta (Italia) y La Habana.

Su comisaria es la historiadora y crítica estadounidense Barbara Rose, quien ha sido "uno de los personajes claves en la donación a España por parte de Roberto Polo", según aclara el diario español.

Precisamente, Rose y los comisarios españoles Fernando Castro Flórez, Oscar Carrascosa y Rafael Sierra Villaécija, están entre los autores del catálogo de la exposición "Nature as Architecture", que, bajo el patrocinio de la Embajada de España en Bélgica, abrirá, el próximo mes de septiembre, la temporarada expositiva en la Roberto Polo Gallery, en Bruselas, reuniendo trabajo de tres destacados artistas españoles: Miquel Navarro (Mislata, Valencia, 1945), Juan Garaizábal (Madrid, 1971) y Paco Caparrós (Baza, Granada, 1954).

Sin duda, Roberto Polo, descendiente de gallegos emigrados a Cuba, demuestra un cariño especial por el país de sus ancestros con esta gran donación que, algunos ya comparan con la realizada por el Baron Thyssen, eso sí, en este caso, si no cambian las cosas, parece que a coste cero para las arcas del Estado.