Rafael Doctor Roncero reflexiona sobre el CAF de Almería, coleccionismo, animalismo, la función del comisario, el arte y los centros artísticos

Entrevistas 02 oct de 2017

por Gustavo Pérez Diez

       

Cortesía de Rafael Doctor Roncero

Cortesía de Rafael Doctor Roncero

"Sigo creyendo en el arte, creo que solo creo en eso dentro de lo que el ser humano puede hacer, sin embargo, sigo sin recuperar la convicción de sus sistemas y engranajes y es por eso que lucho por cambiar las cosas que puedo tanto desde fuera como desde dentro".
"Es necesario hoy más que nunca luchar para intentar devolver a la sociedad el sueño de vivir en diálogo permanente con otras ideas y sentir que es uno de los privilegios que debemos tener y potenciar para ser útiles y no simples marionetas de la decoración de un estado de bienestar ultraneoliberal que es la base del sistema de arte-gestión-mercado vigente actualmente".

Mientras que algunos centros en el Estado español parece que se desmantelan, como en los casos del MARCO de Vigo o del Arts Santa Mònica de Barcelona, otros como el CAF de Almería buscan su relanzamiento y abren una nueva etapa, gracias a su nuevo director el manchego Rafael Doctor Roncero (Calzada de Calatrava, Ciudad Real, 1966), quien se impuso en un concurso público.

Doctor llega al cargo en el año que marca el 25º aniversario del Centro Andaluz de la Fotografía (CAF) de Almería, constituido en 1992 y ubicado en el casco histórico de dicha ciudad andaluza, en donde, -según avanza en conversación con Gustavo Pérez Diez, redactor jefe de ARTEINFORMADO- "iniciamos todo con un proyecto que arranca con las "I Jornadas de Creación Fotográfica de Almería" con las que pretendemos iniciar una forma de trabajo y de diálogo con el sector y en este entorno inauguraremos un gran exposición comisariada por Jesús Micótitulada "Un cierto Panorama", que es una versión ampliada de la que ofreció en el Canal de Isabel II hace unos meses".

Este historiador del arte contemporáneo, especializado en historia de la fotografía, y escritor, que dirigió la programación de la sala Canal de Isabel II (1993-2000), el Espacio Uno del Museo Reina Sofía (1997-2000), el departamento de artes plásticas de Casa de América (2001), que fue el primer director del MUSAC de León (2002-2009), comisarió La Noche en Blanco de Madrid (2009) y dirigió la Fundación Santander 2016 (2009-2010), ahora, tras siete años sin dirigir una institución, vuelve con las máximas ganas a tomar las riendas de un centro fotográfico del siglo XXI en donde continuar con la labor de fomento y difusión de la fotografía tanto en el ámbito nacional como en el internacional. A continuación tiene sus respuestas completas.

Centro Andaluz de la Fotografía 

ARTEINFORMADO (AI)Almería es su patria de adopción y la fotografía su pasión. ¿Se puede decir que ganar el concurso público para la plaza de dirección del Centro Andaluz de la Fotografía (CAF) de Almería es lo más parecido a un sueño cumplido?

Rafael Doctor Roncero (RDR): Realmente mezclar las dos cosas que más te apasionan en la vida puede parecer lo más parecido a un sueño, pero todos sabemos que cuando nos acercamos a los sueños van apareciendo por medio demasiadas cosas con las que no contabas y que además la realidad transforma con su contundencia lo volátil de que habías imaginado y proyectado. No obstante, es un proyecto por el que he tenido que luchar con uñas y dientes y superar unos obstáculos difíciles. Ahora estoy aquí y lo importante es trabajar y proyectar lo mejor posible ese sueño.

AIRegresa a la dirección de un centro público, tras su salida, a principios de 2009, del Musac de León, al parecer motivada por cierto hastío, como reconoce en una entrevista reciente en Canal Sur. ¿Por qué ha decidido volver a tomar las riendas de un centro de arte? ¿Con qué ideas nuevas llega? ¿Qué retos se ha marcado?

RDR: Cuando salí del Musac prometí no dirigir ninguna institución en un tiempo y sin embarbo fui débil y estuve un año dirigiendo la Fundación Santander 2016 con quien me pegué un golpe duro de asimilar por lo incomprensible de entender el peso de la política en las decisiones culturales. Ahí, si que me dije ya no más. Han pasado siete años y, como bien has dicho, quedó esta plaza libre y pensé que debía intentarlo pues de otra manera sería difícil vivir en el lugar que he elegido y trabajar en mi gran pasión al mismo tiempo.

No obstante, cuando salí de León el hastío que tenía era del puro agotamiento, de haber dedicado siete años completos de mi vida a poner en marcha algo que se hizo mucho más grande de lo que habíamos previsto y sobre todo tener que soportar la presión de mantenerlo día a día. El Musac fue para mi la escuela absoluta de la vida, allí aprendí lo mejor y lo peor de la condición humana, pero sobre todo perdí en buena parte mi fe en el sistema que rige el arte como espacio válido para cambiar el mundo. Sigo creyendo en el arte, creo que solo creo en eso dentro de lo que el ser humano puede hacer, sin embargo, sigo sin recuperar la convicción de sus sistemas y engranajes y es por eso que lucho por cambiar las cosas que puedo tanto desde fuera como desde dentro.

AIEl CAF está de aniversario, nada menos que 25 años, de un centro único y pionero en España, que ha realizado más de 500 exposiciones, tanto en Almería como en diversos lugares de la geografía española y en el ámbito internacional, e innumerables actividades formativas que hace de Almería uno de los puntos referenciales de la cultura fotográfica de nuestro país e internacional. ¿Qué nos puede adelantar sobre la programación que rodeadará esta efeméride desde este próximo otoño hasta finales de 2018?

RDR: Iniciamos todo con un proyecto que arranca con las "I Jornadas de Creación Fotográfica de Almería" con las que pretendemos iniciar una forma de trabajo y de diálogo con el sector. Nuestra primera fase parte de ahí, de poner en valor a la fotografía de esta región que es además la base de la fundación de esta institución. En este entorno inauguraremos un gran exposición comisariada por Jesús Micó titulada "Un cierto Panorama", que es una versión ampliada de la que ofreció en el Canal de Isabel II hace unos meses. Aquí nos hemos centrado en mirar el trabajo de 13 fotógrafos andaluces que el trató en su investigación. Paralelamente ofreceremos una gran muestra de los carteles de 25 años del CAF en el Patio de la Escuela de Artes y Oficios y además una muestra de la revista Nueva Lente en la Biblioteca del CAF y un espacio informativo visual sobre la Asociación Acuíferos Vivos, con la que pretendemos llamar la atención sobre la gigantesca problemática que Almería vive con la sobreexplotación de sus aguas subterráneas.

La función del comisario

AI: En los últimos tiempos ha llevado a cabo distintas iniciativas, como director de la editorial 'Los Doscientos' y fundador de la 'Asociación Capital Animal', eso sí, complementadas con su faceta de comisario independiente. Una colaboradora suya en el Musac, como lo fue Blanca de la Torre nos decía en otra entrevista que "ser comisaria es mi manera de contar cosas, que tiene que ver con un modo de vivir también" y que "para mi lo ideal, y lo que creo más sano para el sistema, es pasar temporadas dentro y fuera de lo institucional, para controlar bien las fortalezas y debilidades de los dos ámbitos". ¿Se siente identificado con lo que dice? ¿Sigue pensando, como nos comentaba en una entrevista, que "Hacer exposiciones es fácil... lo dificil es que interesen al público"?

RDR: Absolutamente de acuerdo con lo que dice Blanca, aunque este tipo de cuestiones son muy personales. Hay quien vive y siente la institución como parte esencial de su vida y hay otras personas que necesitan desligarse para recargarse y poder aportar dentro de ellas. Y si, sigo pensando que la esencia de nuestro trabajo es ofrecer algo que interese a las personas, abrir puertas desde la obra de arte al entendimiento y pensamiento individual que devengan en algo positivo en la vida del que está enfrente. No puedo comprender a los profesionales que hacen trabajos sin pensar en el destinatario. Es por eso que hay que tener en cuenta al máximo el contexto donde se realizan las cosas y a veces en el mundo del arte da la impresión de que se hace algo de la misma forma en una pequeña ciudad que en Berlin y creo que eso dificulta mucho el objetivo esencial de lo que se muestra.

Coleccionismo y animalismo

AI: Otra faceta muy importante en su vida es la de coleccionista de fotografía. Son 30 años, los mismos que de carrera profesional, los que lleva atesorando miles de fotografías de las que se han podido ver alguna selección en varias muestras. Como muy activo y consumado coleccionista, ¿qué le parece lo que nos dijo en otra entrevista su colega Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, de que "son los grandes coleccionistas los que están marcando el canon artístico"?. ¿Esto es bueno para el sistema del arte? o ¿tendrá consecuencias no deseadas a futuro?

RDR: Hay muchas formas de ser coleccionista. Lo que me imagino que quería decir Manuel es que el coleccionista no institucional tiene más libertad y eso le permite experimentar más, ampliar el campo de visión de su colección y sobre todo moverse con una agilidad que dentro de una institución es difícil.

Yo soy coleccionista sin planteamiento de serlo. Empecé a recoger fotografías de anónimos pues en ellas veía las mismas cosas que encontraba en las fotografías de los autores que al mismo tiempo estaba estudiando en la canónica Historia de la Fotografía. Soy coleccionista de fotografía pues ese ejercicio me hizo deconstruir todo lo aprendido hasta que publiqué "una historia (otra) de la fotografía" en el año 2000 que pretendía ser una declaración de principios sobre el inmenso campo abierto que es la fotografía y cómo rompe con los esquemas de la historiografía.

Para mi coleccionar es un acto creativo. El mundo está tan repleto de imágenes que las que uno rescata del olvido se convierten en imágenes de uno mismo, como si fuesen tomas que uno hubiese realizado. Esa subversión de la autoría me interesa mucho, pero sobre todo lo que más me atrae es la reflexión sobre la fuerza bruta de una imagen ajena a todo tipo de información. Mi colección se basa esencialmente en miles y miles de fotografías anónimas aunque al mismo tiempo he desarrollado una sección propia sobre los orígenes del ver.

El siglo XIX es fascinante se observe desde donde se observe y para los que amamos las imágenes, allí encontramos el germen de todo lo que vendrá después... pero un germen curiosamente aún abierto y dispuesto a reescribirse constantemente.

Sin embargo, la faceta más importante de mi vida es la del Animalismo y es a ella a la que quiero vincular todo lo que hago de forma directa o indirecta. La colección quiero que se convierta en poco tiempo en el germen de una fundación capaz de canalizar la energía animalista tan amplia que existe en el mundo de la cultura, el arte y el pensamiento contemporáneo, que es lo que ya hemos empezado a hacer desde Capital Animal.

Mi perdida de fé en el sistema artístico contrasta con mi absoluta fe en la obra de arte y en el artista como individuo capaz de aportar respuestas a este mundo atroz y para la causa animal es muy importante unirse. Pensemos que la tauromaquia persiste entre otras cosas por el hecho de que los poderosos han dicho que es cultura y la han protegido y atado con este argumento desquiciado, perverso y amoral. El mundo está así y tenemos que luchar para cambiar ese rumbo.

Cristina García Rodero. Traspaso de energía. 2006. Cortesía de Rafael Doctor Roncero

AI: Siguiendo con coleccionistas y colecciones, en nuestro país están surgiendo nuevos centros privados impulsados por importantes mecenas y coleccionistas como los recientemente inaugurados Centro Botín en Santander o Bombas Gens en Valencia, a los que parece se sumarán en el futuro otro también en Valencia a cargo de la Fundación Hortensia Herrero. Además, algunas administraciones públicas reconocen estar negociando para hacerse con grandes colecciones privadas como el Ayuntamiento de Madrid con las de Patrizia Sandretto Rebaudengo y Ella Fontanals-Cisneros, o la Comunidad de Castilla-La Mancha por la de Roberto Polo. En dos tiempos: ¿Vamos hacia el modelo anglosajón de que lo privado al tener sobrados recursos va ocupar el lugar dejado por lo público que carece de ellos? ¿Se está haciendo lo correcto al destinar fondos públicos para acoger estas colecciones privadas?

RDR: Yo no estoy muy convencido con esa fórmula. Cada una de estas propuestas, de todas formas, hay que estudiarlas individualmente pues no es igual hacer algo en Madrid que en Toledo. Lo que me parece preocupante es que la administración tenga que ceder ante estas ofertas que siempre tienen más contraprestaciones de las que uno puede conocer de primeras. Ese es el problema. Por otra parte no entiendo la manía de los ricos que hacen su trabajo a medias y esperan que al final una administración pública los premie con este tipo de trabajos.

En la mayoría de los casos estoy totalmente en contra de estas acciones que además se hacen sin un estudio de necesidades sociales y suelen tener una carga altísima de ego de rico coleccionista mezclada con oportunismo político. El resultado difícilmente va a ser bueno. Por otra parte, a todo este tipo de acciones les falta lo esencial: altruismo, generosidad, regalo,… Dar es dar, y esta gente con grandes fortunas no suelen dar nunca nada por si, al final la sociedad con estos gestos suyos les está entregando muchísimo más de lo que están dando y eso es perverso.

La función del arte y los centros expositivos

 AISi, por contra, echamos un vistazo al panorama actual de los centros y museos de arte contemporáneo públicos, éste ha cambiado sustancialmente tras la llegada de la crisis en 2008, con grandes recortes en los presupuestos, que han acarreado severos recortes de plantillas, reducción de programaciones o la desaparición de la partida para compras de obras, y, peor aún, dejando algunos centros en la picota como el MARCO de Vigo o LABoral de Gijón, por citar solo dos ejemplos. ¿Usted que va a dirigir uno ve el vaso medio lleno o medio vacío?

RDR: Hay muchos vasos y en algunos lugares están vacíos del todo y en pocos están llenos. La situación es preoucupante pues hemos entrado en una fase populista para la que el arte a penas cuenta. El problema, no obstante, es de raíz, por la mala planificación que en general tienen la mayoría de los contenedores de arte de nuestro país. Al nacer la mayoría como proyectos políticos y haber prescindido de todo tipo de estudio de necesidades de una sociedad, es normal que se puedan quebrar cuando la misma política vira sus intereses.

El problema es que la sociedad no se revela y permite que esto suceda y de esta forma pierde el privilegio que supone tener estos espacios en su ámbito. Un sector amplio ha culpabilizado de una forma muy violenta lo que en arte ocurrió en nuestro país desde los ochenta y ha impuesto un sentimiento de culpa que a mi me parece injusto en buena medida. No nos hemos sentado despacio y nos falta un verdadero análisis que nos permita reconducir todo.

AITocando lo que es puramente la creación. ¿Qué destacaría como positivo y negativo de la situación artística española? ¿Qué cree que necesita la escena artística española para ser más internacional?

RDR: Siempre hemos dicho ante esta pregunta que aquí tenemos un alto nivel de artistas, pero realmente es algo difícil de demostrar e incluso de ser cierto faltaría la fase de expansión de los mismos. El arte está dejando de interesar en el mundo actual. En las épocas pasadas recientes al menos se le intentaba sacar rendimiento a través de sus contenedores o sus brillos ocasionales. Ahora hemos llegado a una fase en la que unos segundos de Cristiano Ronaldo valen más que todo lo que desde este sector se haga en toda una temporada. Para mi, lo positivo de la creación española está sus disidentes esencialmente, pero no en los disidentes oficiales, sino en las verdaderas personas que están ajenas al sistema planteando alternativas reales.

De la misma forma, la segunda parte que más me interesa es la de los que yo llamo activistas travestidos de artistas que son los que utilizan el paraguas permisivo del arte para conseguir denunciar situaciones desde la plataforma de la creación. Entre medias hay de todo y todo tiene su sentido particular. Lo que sin embargo me parece una crueldad es la obsesión impuesta de internacionalizarnos. Esta asignatura constantemente suspendida hay que reformularla de una manera distinta o seguiremos siempre igual. Ante la globalización del arte, nosotros somos minúsculos y va a ser difícil que se entienda lo que aquí hacemos como sector. Pueden destacar nombres propios pero eso no significa que el arte español empiece a tener reconocimiento internacional. El día que nos detengamos a valorarnos más a nosotros mismos y a dirigirnos a la sociedad a la que pertenecemos sin complejos, quizás podemos empezar a plantearnos tener un papel fuera.

Creo en el artista que es consecuente con su tiempo mucho más que el que responde al espacio del arte como un ente aislado y propio. Detesto al artista obsesionado con su papel en las listas de las bienales y en su reconocimiento por parte del sector. Aborrezco ya sobremanera a los profesionales erigidos en popes que actualmente están trazando las líneas "válidas" del arte actual. Adoro sobremanera a quien es capaz de sobrepasar estos espacios y definir un trabajo ajeno a este esquema caduco, tóxico y perverso. El arte está o puede estar en todas partes, posiblemente donde menos esté es en el espacio que hemos creado para el arte.

AIFinalmente, siempre se ha dicho que son los fracasos de los que más se aprende. ¿Qué lección/es positiva/s extrajo tras el duro golpe sufrido como director de la Fundación Santander 2016 encargada de la candidatura de la ciudad de Santander a Capital Cultural Europea en 2016 y que, ahora, le pueden ser útiles para su nueva etapa en el CAF?

RDR: De Santander 2016 salí llorando literalmente. Me juré, como he dicho, no volver a nada institucional. Pero, como ves, no he sido fiel a mi compromiso. La lección fue durísima: la cultura es una herramienta que puede ser usada políticamente por el poder sin ningún tipo de pudor. Aprendí del trabajo que hice allí con gente maravillosa. El golpe y humillación sufrida en el proceso realmente es algo del que no se aprende. Uno se avergüenza de pertenecer a un sector tan manejable y siente que está a expensas de otros intereses y, lo peor de todo, que el arte y la cultura está gestionada por personas que a veces incluso la aborrecen. Miremos en nuestro país los dos últimos ministros de cultura. No es casual que pongan a este tipo de gente. Somos peligrosos y es mejor anularnos lo más posible pero sin que se note del todo.

Todo artista es un librepensador y este sistema ya no tiene miedo en decir que no los necesita o que incluso le estorban. Por eso es necesario hoy más que nunca luchar para intentar devolver a la sociedad el sueño de vivir en diálogo permanente con otras ideas y sentir que es uno de los privilegios que debemos tener y potenciar para ser útiles y no simples marionetas de la decoración de un estado de bienestar ultraneoliberal que es la base del sistema de arte-gestión-mercado vigente actualmente.



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