Entrevistas 27 nov de 2009
por ARTEINFORMADO
Rafael Doctor
Cuando aún no hace un año que renunció, por motivos aún no suficientemente explicados, a la dirección del MUSAC leonés, su primer director, el manchego Rafael Doctor Roncero (Calzada de Calatrava, Ciudad Real, 1966) ha vuelto a embarcarse en una aventura apasionante que, esta vez además, cuenta con el apoyo económico del primer banco del país, el Banco de Santander, y la Fundación Marcelino Botín. Gustavo Pérez Diez, colaborador de ARTEINFORMADO, le ha entrevistado.
ArteInformado (A.I.): Tras su exitoso paso por la dirección del MUSAC, acaba de ser elegido para dirigir la candidatura de la ciudad de Santander a Capital Cultural Europea en 2016. Vinculado desde muy temprano al ámbito de la cultura en general -en 2002 recibió la Medalla al Merito Civil por su contribución a la difusión de la cultura española-, escritor -en 2006 publicó la novela "Masticar los tallos de las flores regaladas"-, parece tener el perfil más idóneo para hacerse cargo de este nuevo proyecto cultural en el que ha decidido embarcarse. ¿Qué es para usted la Cultura?
Rafael Doctor (R.D.): Antes de nada gracias por esta pregunta cargada de elogios. Puedo asegurar que efectivamente este tipo de trabajo estaba perfectamente diseñado para un perfil como el mío. Después de más de veinte años trabajando en diversos sectores de la cultura artística contemporánea, pasar a realizar un plan integral en torno a una candidatura para capital europea de la cultura es algo que me está fascinando. De hecho creo que en mi vida he volcado tanta energía en un trabajo como lo estoy haciendo en este momento. Mi idea de cultura está en relación al aspecto vivencial de la misma. No creo en la cultura que de base se separa de la sociedad y cada vez me encuentro más reacio a los aspectos exclusivamente elitistas del arte. En España hemos hecho demasiado ruido durante mucho tiempo y no hemos trabajado lo suficiente en el aspecto esencial que soporta todo: la educación.
A.I.: León y ahora Santander. Las dos tienen en común que son ciudades periféricas y del norte de España. Nuevamente elije para desarrollar un proyecto una ciudad alejada del influjo de las grandes capitales culturales españolas. Seguro que es pura coincidencia, pero ¿qué le sedujo de este nuevo reto?, ¿quizás se ha decidido por él, porque intuía que iba o va a experimentar un entorno absolutamente novedoso, en el que seguir enriqueciéndose?
R.D.: No soy yo quien elige... las ciudades me eligen a mi. Yo soy del sur y tiendo a estar en el sur siempre y sin embargo encuentro mis mejores opciones de trabajo en el norte y las desarrollo lo mejor que puedo. Poner el Musac en marcha fue un reto que fue posible gracias a que conté con un equipo magnífico y a unos políticos que supieron apoyar la propuesta radical que estabamos lanzando para una zona en principio alejada de la cultura artística contemporánea. El resultado fue mucho mejor de lo que habíamos imaginado y nos encontramos con un buque que se había hecho inmenso y en el que el pilotaje era toda una experiencia diaria. Cambiaron ciertas condiciones, y no me refiero a las económicas, que había en el principio y opté por abandonar el proyecto. Pero este no es el tema que ahora corresponde.
Después de haber comisariado La Noche En Blanco de Madrid este año, un proyecto como éste era el mejor reto posible. Trabajar en un proyecto de cultura integral es el mejor reto posible y si se trata de una ciudad como Santander, que tiene una tradición cultural muy asentada y viva, mucho más. Estoy, como he dicho antes, más volcado que nunca en un proyecto en mi vida, pues la energía viene de todos lados y se trabaja de cara a una ciudad, con todos y cada uno de los ciudadanos. Aquí no es incitar a la gente a que vaya a ver una exposición, aquí es salir nosotros a su paso, incorporarnos en su vida diaria y compartir un sueño colectivo.
A.I.: Un objetivo que parece que consiguió en el Musac, y que no es fácil lograr en ciertas corporaciones públicas, es generar sentimiento de equipo y que la gente sienta el arte de forma diaria, ¿como se consigue ésto que a tantos gestores de instituciones se les resiste?
R.D.: Eso que dices es el gran reto que aquí tengo y el reto esencial que tuve en el Musac. Siempre he dicho que hacer exposiciones es fácil si se cuenta con buenos profesionales, buen espacio y presupuesto. Lo difícil es hacer que esas exposiciones interesen y que sean miradas y leídas por un amplio público. A mucha gente les molesta que el público no esté vinculado a la alta cultura y que pueda tener una visión superficial de la obra. Esto puede ser un problema, pero cuando te lanzas en una sociedad que no tiene vinculación con este tipo de manifestaciones tienes que empezar siempre por encontrar una primera atracción, trabajar en despertar interés, en luchar contra el rechazo que en general está relacionado con todo lo que se desconoce. En este sentido en el Musac hicimos un esfuerzo gigante por abrir el museo para todos y que a través de esa gran abertura se fuesen definiendo los usos que cada uno podía hacer de lo que tenía enfrente. Algunos podrían escarbar y profundizar en lo que había expuesto, otros solo disfrutaban de un paseo más rápido y más descomprometido. No obstante, era importante, pues tras un paseo sigue otro y sin duda que muchos se afianzarían en su rechazo hacia lo contemporáneo, pero otros encontrarían un hilo del que tirar y para eso la contínua programación les podría dar unos estímulos que al final tendría frutos en su interés. Siempre dije y lo mantendré, que el Musac no era sus exposiciones, que considero, por otra parte, magníficas? El Musac para mí es su espíritu, alejado del distanciamiento que en general es vendida la cultura contemporánea. De la misma forma que ahora en Santander 2016, nos pusimos a trabajar en realizar un proyecto socio-cultural. No estamos en París o en Londres, donde hay una tradición de consumo de cultura contemporánea, estamos en ciudades medianas españolas que luchan por poner su pié en el siglo XXI de la forma más digna posible.
A.I.: Para este proyecto se ha vuelto a rodear de colaboradores muy próximos a usted, como son Kristine Guzmán y Tania Pardo, a las que conoce muy bien tras su paso por la dirección del Musac. ¿Tiene esto algo que ver con ese sentimiento de equipo al que he aludido en la anterior pregunta?.
R.D.: Absolutamente. Yo sin mi equipo soy muy pequeño. Con estas dos personas, que fueron el alma absoluta del Musac desde sus primeros días, me siento con toda la fuerza del mundo para llevar a cabo los objetivos marcados. Los años de trabajo juntos nos confieren una agilidad necesaria en un proyecto como éste. Por otra parte lo que aportan Tania y Kristine, junto a Rocío Gracia que pertenece a RMS y estuvo vinculada a Casa Encendida durante varios años, no es algo medible. Compartimos la dirección de todo y nos involucramos como grupo en todas las decisiones. Yo en los proyectos he sido la cabeza visible y esa función ha sido necesaria para posicionar los proyectos siempre, sin embargo el trabajo que hay detrás es tan importante como el mío o incluso más. Lo que tenemos ahora enfrente es un proyecto de tal dimensión que en vez de achantarnos lo que hacemos es soñar y posicionarnos con fuerza sabiendo que unos somos los pilares de los otros. No concibo un trabajo sin un equipo implicado. Posiblemente es el problema de ciertos organismos en el que sus directivos se afianzan en el poder y en el que las personas que trabajan a su lado se funcionarizan. En cultura nada puede tomar asiento, es la agitación y el movimiento lo que da sentido a todo lo que sucede o debe suceder.
A.I.: Son 16 ciudades españolas o agrupaciones de ellas las que optan por la capitalidad. Las últimas encuestas les sitúan en primer lugar. ¿Nos podría adelantar las líneas que encierra su proyecto para hacer de Santander Capital Europea de la Cultura 2016?
R.D.: Dentro de unos días daremos a conocer el proyecto. Aún no puedo hacerlo. Solo puedo adelantar que el proyecto es absolutamente radical, con una estructura muy estudiada y supone un reto sin precedentes para esta ciudad. No se trata de hacer unas acciones culturales u otras, que también las habrá, por supuesto. Lo que vamos a presentar es un proyecto integrador de toda una ciudad que se movilizará para luchar por su objetivo. Vamos a asumir nuestro reto del 2016 desde ya? con fases precisas, con pasos firmes y contundentes? pero hasta dentro de unos días no puedo adelantar nada más.
A.I.: En el anterior cargo de director de museo, seguía más el modelo americano centrándose sobretodo en labores de gestión. ¿Se considera o se siente más cómodo en el papel de comisario que en el de director?
R.D.: Siempre he estado en contra de la idea del director de un museo que es comisario de todo. Es contraproducente para el equipo que está con él y sobre todo hace que su responsabilidad primordial se diluya demasiado. En el Musac he estado detrás de muchos comisariados pero siempre los he compartido y he preferido normalmente no figurar. Exposiciones como Emergencias, que fue la inagural, las de Pipilotti Rist, Sujeto, Existencias, Enrique Marty, Angel Marcos,etc.. han sido proyectos que he desarrollado pero en los que he intentado siempre no estar como único abanderado. Considero que un trabajo como el que hacía era otra cosa y comisariar solo era una de ellas. Diseñar una programción ya es en si la principal forma de comisariar, pero con todo, siempre lo hacía con mi equipo y nunca decidía de una forma absoluta individual.
A.I.: Se ha despedido del Musac comisariando una exposición de Jorge Galindo, ¿tuvo algo que ver en su dimisión del cargo anterior, la necesidad de tener más tiempo para investigar y comisariar de forma más profunda?.
R.D.: Es muy temprano para que hable de mi dimisión del Musac con detalles. Yo llevaba a nivel personal muy bajo de energía desde hace un par de años y eso precipitó todo. No obstante hay muchas razones que siempre he preferido callar o aminorar para que el proyecto que estaba en marcha no sufriese. Me fui lo mejor que pude y se me respetó que acabase los proyectos que tenía ya en marcha. He realizado la exposición de Jorge Galindo y otra más en Argentina en el Museo de Bellas Artes, que ha sido toda una gran experiencia y con ello pongo punto y final a mi vinculación con el museo. Desde la institución se había pactado que yo llevase el quinto aniversario del Musac, que estará en torno a la colección de Latinoamérica, pero consideré sano apartarme del tema y por otra parte el gran proyecto para 2011 sobre los desaparecidos políticos en el mundo, en el que llevo trabajando varios años con Gervasio Sánchez, y que he tenido que ceder el comisariado a Sandra Ballcells por absoluta falta de tiempo para poderlo desarrollar al mismo tiempo que este trabajo en Santander que ocupa el cien por cien de mi tiempo y energía.
A.I.: ¿Si no está en contacto directo con el arte es de los que piensa que no merece la pena? .
R.D.: Es que el arte solo tiene razón de ser siempre y cuando es vívido. A mi no me interesa ni como objeto ni como fetiche y lo aborrezco cuando se convierte en retórica.
A.I.: ¿Como valora su reciente experiencia como primer comisario invitado, encargado de la parte central de la programación de la Noche en Blanco?.
R.D.: Fue una de las mejores experiencias profesionales de mi vida. Trabajar con Pablo Berastegui y Manuela Villa me hizo un bien increíble. Me sentí por primera vez mayor, debido al gran respeto con el que me trataban. Pero fue magnífico sobre todo por las grandes dificultades que hubo en el proceso, es un año raro, raro para la cultura y sus presupuestos,? pero sobre todo la experiencia de la noche? el baile entre alta y baja cultura es algo increíble y lleno de lecturas nuevas, de nuevos estímulos, fue un experimento que llevamos con mucho cariño y que salió, a mi entender, muy bien.
A.I.: ¿Que condiciones tendría que reunir un proyecto de dirección en España o en el extranjero para que lo considerase?
R.D.: Esto que voy a decir a mucha gente le parece una boutade? pero a mi es que me interesa la cultura española y lo que se produce aquí? considero España como un lugar posible, así es UN LUGAR POSIBLE para desarrollar cultura y a la cultura española la considero con la fuerza suficiente de tener su propio ecosistema. No hablo de proteccionismo, nacionalismo ni nada por el estilo.. Hablo de fé en nuestro espacio, como lugar de tránsito de otras cosas y de despegue hacia otras esferas de lo nuestro? Aunque estamos viviendo en un mundo globalizado con pocas distancias, creo que no podemos tender a vincularnos constantemente hacia el exterior, como si fuese el paso siguiente, como si nosotros fuésemos una segunda división o algo parecido? el problema es nuestro complejo de inferioridad con respecto a otras culturas u otras estructuras culturales, pero eso es complejo, no es una realidad?
A.I.: Por último, ¿cuál es en estos momentos la exposición con la que sueña? Si sueña con alguna...
R.D.: Sueño con un gran proyecto expositivo que estamos preparando en Santander pero que aún no puedo comentar. Pero como sueño más profundo yo solo sueño con exposiciones de fotografía del siglo XIX, con albúminas, papeles salados, con LeGray, Fenton, Bisson, Margaret Cameron, Charles Negre, Nadar,... cosas muy poco contemporáneas pero que las tengo pegadas al alma desde hace mucho tiempo.
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