Entrevistas 16 mar de 2020
por Gustavo Pérez Diez
Patricia Velasco. Fotografía de Ricar-2. Cortesía de la Fundación Sala Mendoza
"La Fundación Sala Mendoza es una iniciativa privada de la familia Mendoza. A mi juicio, es admirable que durante 63 años continúen desafiando los múltiples inconvenientes que supone mantener una institución como la Sala Mendoza".
"Quizá esa fidelidad de los directores hacia su filosofía y misión, es el resultado de un reconocimiento a la labor constante, sostenida y férrea de la familia Mendoza por mantener activo un espacio que esta al servicio de la sociedad venezolana".
"La intención o propósito originario de la Sala se ha mantenido fiel a la pulsión que la impulsó cuando se fundó en el año 1956: trabajar por y para el arte venezolano, para sus diversas audiencias apostando por el arte emergente y por la educación". Así de clara y rotunda se expresa Patricia Velasco, actual directora y séptima en ocupar el cargo a lo largo de la historia de la veterana Fundación Sala Mendoza, de Caracas.
Ni que decir tiene, que, en la Venezuela actual, dadas las complicadas condiciones que atraviesa el país, esta histórica institución se torna, si cabe, más necesaria que nunca para la sociedad venezolana. Pero, a pesar de este complicado panorama, hay motivos más que suficientes para que estén tranquilos todos los usuarios, colaboradores y seguidores de la Sala Mendoza, porque, como reconoce la directora en la entrevista que pueden leer a continuación: "Vamos por buen camino".
* (Debido a los sucesos más recientes en relación al COVID-19 y las consecuentes medidas de prevención que deben ser implementadas para su contención, han decidido postergar hasta nuevo aviso su programación extraordinaria (inauguraciones, eventos, talleres, diplomados, entre otros.)
ARTEINFORMADO (AI): La Fundación Sala Mendoza se ha convertido en una de las instituciones culturales de referencia en Venezuela, desde su fundación en 1956. ¿Cuál ha sido la evolución de la fundación a lo largo de estos años?
Patricia Velasco (PV): La Sala Mendoza es, efectivamente, una de las instituciones más fuertes del país. Y en mi opinión esa fortaleza se ha logrado porque durante sus 63 años de vida ha mantenido fuertes convicciones institucionales que regulan su misión. En este sentido, la intención opropósito originario de la Sala se ha mantenido fiel a la pulsión que la impulsó cuando se fundó en el año 1956: trabajar por y para el arte venezolano, para sus diversas audiencias apostando por el arte emergente y por la educación. A partir de ese norte, los siete directores que han pasado por la Sala han generado, a partir de esa convicción, una programación y unas actividades singulares que definen un estilo propio, pero que responden a una filosofía institucional. Aquellos que hemos tenido el reto de dirigir este importante espacio hemos trabajado por adaptar sus programas medulares a los tiempos que atravesamos, bien sea estableciendo cambios frente a la exigencia de la realidad y el contexto, reformulando los programas originales sin desvirtuar la esencia básica que los vio nacer o bien creando nuevas estrategias de acción en sus líneas programáticas.
Un ejemplo de estos constantes cambios o evolución es el Premio Eugenio Mendoza. Creado en el año 1981, el actual salón es el resultado de una transformación necesaria. Es decir, el paso de un programa expositivo como 11 tipos que convocaba a las voces más jóvenes y emergentes del escenario de las artes visuales, a un salón de confrontación de arte experimental con reconocimiento y galardones públicos. Los siete directores que han dirigido la institución han mantenido este importante programa, pero las bases que regulaban el premio en los años 80 no son las mismas de esta década. Cada director se enfrentó al salón entendiendo su realidad contextual y, fiel a las directrices que motivaron su nacimiento, ha adaptado el premio a las necesidades de su tiempo. En mi caso particular heredé un salón en el cual un curador convocaba a losartistas por invitación. Y dada las dificultades del país, a las pocas convocatorias públicas o privadas que en la actualidad tienen los creadores para confrontar su trabajo, pensamos que el Premio Mendoza debería regirse por unas bases en las cuales todo aquel que cumpliera con los requisitos de edad pudiera presentar su proyecto, de manera de abrir las posibilidades de participación a todos los artistas. Y sumar no sólo a curadores locales, si no convocar figuras internacionales para que los creadores tuvieran la oportunidad que sus líneas de trabajo fueran revisadas y conocidas por curadores no solo locales sino también, foráneos. Y multiplicar los premios y reconocimientos. Este es sólo un ejemplo de las transformaciones de nuestros programas. Que la totalidad de directores que han dirigido la institución mantengan un programa como el Premio Mendoza supone una fortaleza institucional que no es común en nuestro país. Lo que me gustaría resaltar más allá de este ejemplo, es que cada director ha entendido la necesidad de serle fiel a las convicciones que motivaron la creación de un espacio como este, sin abandonar suspropias inquietudes intelectuales, sin dejar un sello de su gestión en la historia de la institución.
También es fundamental hacer una última acotación, quizá sustancial al planteamiento anterior. La Fundación Sala Mendoza es una iniciativa privada de la familia Mendoza. A mi juicio, es admirable que durante 63 años continúen desafiando los múltiples inconvenientes que supone mantener una institución como la Sala Mendoza. Quizá esa fidelidad de los directores hacia su filosofía y misión, es el resultado de un reconocimiento a la labor constante, sostenida y férrea de la familia Mendoza por mantener activo un espacio que esta al servicio de la sociedad venezolana.
AI: ¿Cuáles son sus principales objetivos e intereses en programación expositiva? ¿En qué nuevas líneas programáticas están trabajando?
PV: Bajo mi gestión la programación se establece a partir de los siguientes criterios: se programan cuatro muestras al año, dos colectivas y dos individuales. El Premio Mendoza es de carácter bienal, con lo cual un año siempre tendremos el Premio Eugenio Mendoza, muestra de naturaleza colectiva. Uno de los galardones otorgados a los ganadores de ese premio es una exposición individual, con lo cual al año siguiente tenemos los espacios comprometidos con muestras de esa naturaleza. Quedan, por lo tanto, dos individuales y una colectiva un año y el próximo, dos colectivas y una individual. La programación siempre se define a través de un comité que se rige y le es fiel a la esencia y misión de la institución, es decir, apoyar el arte joven, el arte emergente, al arte experimental. Esta será una línea constante en la programación, pero también sepresentan, como tradicionalmente lo ha hecho la Sala Mendoza, a artistas consagrados.
La programación, por lo tanto, es amplia en sus objetivos pero también diversa en sus lenguajes, incluyente en sus contenidos. Convoca entonces a diversos agentes y curadores para darle cabida a una amplia gama de miradas a fin de ofrecer diversidad, siempre y cuando los proyectos cumplan con altos estándares de calidad y profundidad teórica e intelectual. En los actuales momentos hemos apostado por darle voz a jóvenes desconocidos que desarrollan cuerpos de trabajo a partir de un lenguaje que goza de una alta fortuna crítica en estos momentos: la fotografía. Para el año 2020 estaremos presentando el resultado del primer visionado de fotografía de la Sala Mendoza 2019, bajo la curaduría de Ricardo Gómez Pérez. Esta iniciativa se presentará en los espacios del Centro Documental. "Al alimón" es otro de los proyectos que se llevarán a cabo este año, dándole la oportunidad a una voz joven que se forma en el campo curatorial, Cecilia Pérez-Muskus, de llevar a buen puerto este programa expositivo. Se trata de propiciar encuentros para confrontar y leer, al alimón, el cuerpo de trabajo de dos artistas. El blog de la Sala Mendoza, también se perfila como un espacio virtual de exposición. Esta iniciativa nació a finales del 2019 y cuenta con dos espacios que son plataforma de promoción para los artistas. El primero, la PhotoGalería, es un espacio dirigido a fotógrafos emergentes para que presenten un conjunto de imágenes que forme parte de alguna de sus series. El segundo espacio es la Hoja de artista, en el cual un determinado creador tiene la posibilidad de desarrollar en el soporte virtual, un planteamiento estético y discursivo. Estas serían algunos de los programas en los que actualmente estamos desarrollando, pero, continuamos trabajando y buscando una ventana hacia el exterior, a fin de internacionalizar a nuestros artistas ofreciéndoles alternativas a través de otros espacios y plataformas. Vamos por buen camino.
AI: ¿Qué importancia le conceden a los programas educativos y públicos? ¿Qué iniciativas destacaría?
PV: La educación es uno de los pilares fundamentales de la Fundación Sala Mendoza y una de las áreas a la que la institución le presta mayor atención. Desde sus inicios fue así y en la actualidad, dada las condiciones en las que se encuentra el país, más aún. Destacaría varias iniciativas que llevamos a cabo en el marco de mi gestión como directora de la Sala: por un lado los diplomados de arte contemporáneos por su novedad y por tener titulación universitaria. Por otro lado, el programa Girasol, anteriormente denominado artistas de papel. Se trata de una iniciativa que atiende a una audiencia con discapacidad intelectual y que busca sensibilizar a este colectivo al mundo de las artes visuales. El objetivo final de este programa es lograr la inserción laboral de este colectivo en el ámbito de las artes visuales. Vamos avanzando y estamos seguros de poder conseguir apoyos para este sensible y hermoso proyecto que tanta falta hace en nuestro país y que se adapta a las necesidades sociales definidas en la agenda 2030. La Regadera es otra propuesta lúdica de aprendizaje y disfrute que estamos comenzando a fortalecer. Se trata de un programa vacacional que le brinda a niños y jóvenes un espacio de esparcimiento y disfrute. Un espacio que apuesta por la sostenibilidad y por el cuido del planeta, pues su programación se desarrolla siempre bajo estos criterios, también afines a la agenda social 2030. Arte y Gerencia es otro proyecto interesante que, en alianza a la Fundación Eugenio Mendoza, busca ayudar a los artistas y artesanos a desarrollar su actividad desde la perspectiva de la productividad. O el blog de la Sala Mendoza, iniciativa que busca estar al día con las nuevas estrategias de difusión de contenidos a través de la tecnología. Este proyecto, además, convoca nuevas voces del panorama cultural que encuentran, en este espacio virtual, la posibilidad de darle difusión a sus investigaciones y reflexiones teóricas y creativas. O los cuadernos de la Sala, una iniciativa que esperamospoder continuar desarrollando y que supone la publicación de textos contemporáneos y referenciales que recoge las preocupaciones teóricas y discursivas de nuestros curadores e investigadores. Estos, y los programas ad-hoc que desarrollamos en el marco de las exposiciones hacen de la Sala Mendoza una institución comprometida con el crecimiento intelectual y formativo que tanto necesita la Venezuela actual.
AI: ¿Con qué centros nacionales se relacionan? ¿Con qué centros de la región así como de otras latitudes han trabajado o trabajan para darle un matiz más internacional a la institución?
PV: La actividad que desarrollamos desde la Fundación Sala Mendoza exige mantener una red de intercambio con instituciones locales y foráneas:
A nivel nacional y al estar ubicados dentro de los espacios de la Universidad Metropolitana, mantenemos una relación estrecha con este centro educativo que benefician a ambas instituciones. Así mismo, establecemos proyectos y alianzas puntuales con otros espacios dedicados a promover el arte contemporáneo (Galerías privadas, centros de arte, grupos editoriales, plataformas, grupos y colectivos de artistas etc). Constantemente buscamos sumar a nuestros proyectos a diversas empresas, embajadas, instituciones, coleccionistas y personalidades de renombre que aporten y apoyen la diversidad de actividades que constantemente estamos produciendo.
A nivel internacional nos hemos vinculado con Lugar a Dudas en Cali, Colombia; Hangar en Barcelona, España; Proyectos artísticos Casa Antonino en Gijón, España; Soma en México DF sólo por nombrar algunos espacios de residencias internacionales con las cuales hemos mantenido relaciones durante estos últimos años. Así mismo, diversos comisarios hispanoamericanos son interlocutores para uno de nuestros proyectos más emblemáticos, el Premio Eugenio Mendoza. Galerías internacionales, algunos museos y centros de arte así cómo el Banco Interamericano de Desarrollo, sólo por nombrar algunos espacios e instituciones, han sido partícipes de la ingente actividad que llevamos a cabo. En la actualidad, estamos fortaleciendo nuestra actividad internacional desarrollando proyectos que nos permitan promocionar el arte venezolano fuera denuestras fronteras y ofrecer miradas foráneas sobre diversos temas a nuestras audiencias locales.
Quizá destacar, también, que intentamos establecer vínculos colaborativos con otros espacios que desarrollan actividades similares en algunas áreas. Con el Centro Documental de Lugar a Dudas, por ejemplo, estamos iniciando una labor de colaboración y contacto que sea nutritivo para ambas instituciones. Interconectar no sólo centros y espacios con fines semejantes sino artistas que puedan discutir temas comunes. Ese es un proyecto que dará frutos este año, pues se establecerán duplas entre jóvenes creadores venezolanos y españoles que, durante un período de tiempo, mantendrán conversaciones virtuales para pensar temas comunes generando un documento que recoja los resultados de ese intercambio. Ping Pong es el nombre seminal de estos encuentros de ida y vuelta que queremos desarrollar durante el año 2020. O la iniciativade intercambio que en alianza con algunas galerías estamos comenzando a establecer para poder presentar el trabajo de los artistas venezolanos en diversos espacios, centros de arte y museos internacionales. Seguimos apostando por estas iniciativas.
AI: En cuanto a su colección: ¿Cuántas piezas la integran en la actualidad? ¿Cuáles son los canales de ingresos más habituales? ¿Disponen de un presupuesto de compra anual?
PV: La Fundación Sala Mendoza no posee, como tal, una colección. En ese sentido no tiene una política de coleccionismo, pues no forma parte de sus objetivos. No obstante, cuenta con un fondo de obras que se conforma a partir de dos estrategias de acción:
Premio Eugenio Mendoza: este programa que se lleva a cabo desde el año 1981, es una confrontación de arte joven y emergente que convoca a creadores venezolanos. La(s) obra(s) ganadoras del premio y sus menciones son premios adquisición, por lo tanto, las obras ganadoras pasan a ser propiedad de la Fundación Sala Mendoza. De esta manera, la institución resguarda y conserva un conjunto de piezas que documentan el transitar de un premio que es emblemático de la historia del arte contemporáneo Venezolano. La importancia de esta singular colección es, entonces, de naturaleza histórica. Obras de diversos artistas que con los años han sido, en la mayoría de los casos, figuras medulares del arte venezolano.
Obras adquiridas a través de intercambios varios: sin ningún lineamiento que defina una política como tal, existen un conjunto de piezas que forman parte del fondo de obras de la Fundación Sala Mendoza. Estas pueden ingresar a través de intercambios acordados con los artistas o como una contraprestación previamente negociada con diversos agentes culturales. Se incluyen en este apartado donaciones espontaneas.
AI: Finalmente, ¿cómo se financia el museo? ¿Cuentan con el respaldo de una asociación? ¿Con algún programa de patrocinios y socios?
PV: La Fundación Sala Mendoza es una institución privada, sin fines de lucro, creada con un endowment familiar en la que se ha impuesto un modelo de gestión cultural sostenible. Definimos una programación que cumpla con los lineamientos de su presupuesto anual y mantenemos una relación cercana con coleccionistas e instituciones diversas que apoyan nuestra labor. Apostamos por una política de fundraising y de financiamiento como venta de obras, alianzas institucionales, el desarrollo de programas educativos, entre muchas otras actividades de recolección de fondos.
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