Entrevistas 10 feb de 2020
por ARTEINFORMADO
Mercedes Basso. Cortesía de CaixaBank
"El mecenazgo necesita una regulación que reconozca el derecho de la sociedad a participar en el interés general y que lo impulse por la vía de iniciativas tanto o más importantes que la fiscalidad: ampliar las figuras mecenables, crear un registro de proyectos de mecenazgo, reconocimiento y otros".
"El patrocinio cultural necesita que empiece a valorarse el retorno que aporta, basado en parte en la cuantificación de intangibles, y que no se cuestione su eficacia. Es muy importante que las empresas consideren una y otra iniciativa como un valor y no como pérdidas".
Una dilatada y contrastada trayectoria convierte a la barcelonesa Mercedes Basso en una de las voces profesionales más respetadas y autorizadas en España en lo tocante a políticas de mecenazgo artístico y cultural.
De ahí, que la opinion experta de la actual Directora de Filantropía de Banca Privada de CaixaBank, no podía faltar en nuestro nuevo informe "100 Activos Patrocinadores y Mecenas del Arte en España".
Dicho informe se presentará en un evento programado para el próximo sábado 29 de febrero a las dos de la tarde en la Sala de Presentaciones de la feria ARCOmadrid 2020, donde, también Basso participará en un coloquio junto a Guillermo Penso, Presidente de la Fundación de Arte Otazu; Pepe Font de Mora, Director de la Fundación Foto Colectania; y Carlos Guerrero, Director de ARTEINFORMADO.
ARTEINFORMADO (AI): Como directora de Filantropía de Banca privada de CaixaBank, después de haber dirigido durante toda su existencia la ya desaparecida Fundación Arte y Mecenazgo, también dependiente de La Caixa, ¿cómo son los mecenas españoles? ¿qué perfiles encontramos? ¿qué les interesa? ¿cómo operan?
Mercedes Basso (MB): Las personas que en España llevan a cabo acciones o programas de mecenazgo tienen una profunda motivación y en su trayectoria personal han disfrutado de una intensa relación con la cultura. Esa experiencia que les produce un gran placer está muy presente cuando sienten la necesidad de compartir con la sociedad, de contribuir. Esa motivación marca la orientación de su contribución. A pesar de un contexto poco propicio y de tener pocas referencias en nuestra historia más cercana, son personas muy implicadas.
En cuanto a perfiles es difícil hablar de patrones. Los casos más visibles son aquellos que se han constituido en una Fundación como vehículo que organiza su actividad (divulgación, apoyo a artistas, educación..) pues han tenido éxito en el plano profesional y deciden destinar una parte de sus beneficios a una causa de interés general que tiene que ver con sus gustos personales; en otros casos realizan acciones puntuales como la donación de obras a un museo o la colaboración en la producción de obras; otros apoyan al arte emergente. Personalmente valoro mucho a las entidades vinculadas a un museo que atraen a numerosas personas apasionadas por el arte y que, con la suma de sus aportaciones, participan de la compra de obra para la colección del museo o programas de divulgación del museo. Destaca la Fundación de Amigos del Museo del Prado, Fundación Macba, Fundación Amigos Museo Reina Sofía, y de tantos otros museos.
El perfil del mecenas actual en España está muy centrado en arte contemporáneo pues valoran y disfrutan de la relación con artistas. Iniciativas como el espacio OTR, en Madrid, promovido por José Antonio Trujillo y Elsa López son muy destacables. Algunos proyectos (colecciones y/o fundaciones) han pasado de generación en generación reuniendo, conservando y divulgando un rico patrimonio, que también actualizan en cada nueva etapa. Un ejemplo de ello es la Fundación Masaveu. AI: ¿Tenemos en España un nivel de patrocinio y mecenazgo homologable al de otros países de nuestro entorno y nivel de renta? ¿Cómo ha evolucionado en los últimos años? ¿Detectas algún tipo de similitudes o diferencias que nos permitan extraer conclusiones y/o, sobre todo, mejorar la posición y relevancia de nuestros mecenas y/o patrocinadores?
MB: Empecemos hablando de nuestro mercado del arte, y para ello me gustaría citar a la Dra. Clare McAndrew quien comentaba en una conferencia de 2013 a raíz de la publicación del primer informe del mercado del arte:
En los mercados de arte más consolidados existe un grupo de población más numeroso en los segmentos de mayor renta. (El mercado español se encuentra en el medio del ranking a este respecto, pero con el perfil de una economía desarrollada). En términos de renta, los niveles más elevados son fundamentales para el mercado del arte porque les confiere profundidad y sostenibilidad. Este ha sido un problema en España, un mercado en el que el coleccionismo se concentra en un segmento mínimo de la población. El número de coleccionistas per cápita es relativamente bajo y, en tanto que el mercado español no acoge ventas de relieve internacional, su tamaño ha sufrido las consecuencias.
Nuestro mercado es pequeño, joven, centrado en arte contemporáneo y con un peso muy claro de mercado primario, es decir que discurre en el campo de las galerías. Es nuestra realidad y la evolución normal de nuestra historia. No podemos compararnos con centros globales como Londres o Nueva York, porque además de tener un grupo muy numeroso en el segmento de mayor renta, consiguen atraer renta de otros países. Además, tienen tradición, ecosistema y una fiscalidad que les favorece.
El mecenazgo lo ejercen de manera muy voluntariosa instituciones y personas sin un marco regulatorio que lo impulse y con escaso reconocimiento social. Es decir, un contexto difícil.
El patrocinio está infrautilizado. Normalmente más centrado en el ámbito deportivo, las empresas podrían explorar mucho más esa vía (en Estados Unidos ha crecido muchísimo en los últimos años) que además de devolver notoriedad en los términos tradicionales de inversión publicitaria, permitiría alcanzar segmentos de público a los que cuesta mucho llegar y sobre todo introducir la cultura en las empresas, tanto para los empleados como para asociar valores. Se trata de crear entornos de colaboración donde se benefician todos los actores: sociedad, empresa y cultura. Ana Casado, doctora y profesora del departamento de Economíay Administración de Empresas de la Universidad de Málaga, está haciendo un excelente trabajo sobre Patrocinio Cultural, centrando su investigación sobre la reputación de los museos junto con el profesor Cees Van Riel de la Rotterdam School of Management, gran experto en la materia.
Gracias a su actividad de divulgación al respecto vamos avanzando en positivo, aunque queda mucho recorrido hasta que las empresas entiendan los beneficios de su asociación a la cultura. Por otro lado, la cultura y sus instituciones también tienen que aprender a relacionarse con mecenas y patrocinadores, pero este es un largo debate que dejo para otro momento.
Si pudiera influir en la manera cómo tanto mecenas y patrocinadores pueden contribuir animaría a apoyar a los artistas (en España aunque tengan galería, hayan expuesto y vendan de vez en cuando siguen teniendo enormes dificultades para seguir viviendo de su trabajo) produciendo obra, apoyando su educación y experiencias internacionales, favoreciendo el intercambio de profesionales del ámbito de la crítica y del comisariado y en general dinamizando proyectos educativos que integren y normalicen la cultura en amplias capas de la sociedad.
AI: Por cierto, ¿cuáles serían las diferencias entre mecenas y patrocinadores? ¿Qué necesita cada uno de estos perfiles para impulsar su desarrollo?
MB: Patrocinio es una estrategia de publicidad. Necesita como decía entender que la cultura es un canal muy positivo para integrar en la empresa y que le permite llegar a públicos nuevos y segmentados.
El mecenazgo contribución a la sociedad, al interés general, sin esperar nada a cambio. La palanca que lo activa es una motivación personal, interés/ilusión por participar y por supuesto que esa aportación tenga impacto. Recomiendo la lectura de un gran trabajo que lideró nuestro admirado y muy recordado profesor Francisco Calvo Serraller, Los cauces de la generosidad, Cuaderno Arte y Mecenazgo.
El mecenazgo necesita una regulación que reconozca el derecho de la sociedad a participar en el interés general y que lo impulse por la vía de iniciativas tanto o más importantes que la fiscalidad: ampliar las figuras mecenables, crear un registro de proyectos de mecenazgo, reconocimiento y otros.
El patrocinio cultural necesita que empiece a valorarse el retorno que aporta, basado en parte en la cuantificación de intangibles, y que no se cuestione su eficacia.
Es muy importante que las empresas consideren una y otra iniciativa como un valor y no como pérdidas.
AI: Y por último, ¿qué tendría que hacer el mundo de la cultura para acercarse y ser más atractivos para mecenas y patrocinadores?
MB: Si tuviéramos una Ley de Mecenazgo tendríamos el marco que establece las reglas de esta relación. Con frecuencia desde algunas instituciones y también desde la sociedad suenan voces que desprecian la participación privada pues sospechan que les muevan intereses oscuros. Son mitos. Se tienen que establecer los códigos para favorecer una relación enriquecedora para todos entendiendo el factor "enriquecedor" como una experiencia positiva. Apelar al mecenazgo como fuente de financiación es reducir la relación a un intercambio económico asumiendo que la fiscalidad es el centro de la ecuación. El interés puramente centrado en lafinanciación nunca atraerá al mecenazgo.
Para atraer patrocinio el mundo de la cultura debe ser muy creativo a la hora de plantear el retorno que obtendrán las empresas.
En ambos casos, estamos frente a un campo abierto.
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