Martí Manen comenta su experiencia en 'Les Cliniques de Es Baluard' tras sus recientes nombramientos

Entrevistas 30 abr de 2018

por Gustavo Pérez Diez

       

Cortesía de Martí Manen

Cortesía de Martí Manen

"Les Clíniques te ofrecen un tiempo, un seguimiento y -además- un grupo de otros artistas con los que estar en algo así como un contacto permanente.... son un buen marco en el que definir lo que se quiere hacer".
"No todo es mercado ni todo puede serlo. Con lo que si dejamos que las instituciones caigan o que el peso esté en las grandes galerías -por ejemplo- vamos a dejar fuera una parte de la gramática que podemos utilizar, con lo que estaríamos empobreciendo nuestro contexto". 

Desde hace ya algún tiempo, el comisario y crítico de arte catalán Martí Manen (Barcelona, 1976) se ha convertido, por derecho propio, en uno de los más influyentes y respetados comisarios españoles, tanto dentro como fuera del país.

En estos momentos, Manen no puede estar de más actualidad. Si hace apenas unas semanas se conocía que iba a ser el próximo comisario de la décima edición de la bienal noruega Momentum, hace tan solo unos días también fue anunciado como el nuevo director de Index - The Swedish Contemporary Art Foundation, en Estocolmo, la ciudad donde tiene fijada su residencia desde hace años.

No obstante, el verdadero motivo que ha provocado esta entrevista -realizada vía email- no es otro que su estreno como uno de los "tutores-coaches" en la tercera edición de "Les Clíniques d’Es Baluard", un innovador programa de enseñanza no reglada para artistas, organizado por Es Baluard - Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma y bajo la batuta de su directora, Nekane Aramburu, que es posible gracias al apoyo del Institut d’Estudis Baleàrics (ILLENC) a través del programa 'Circuit d’Arts Visuals TALENT IB 2018' y la colaboración con el ArtCenter/South Florida.

A continuación la entrevista al que es, sin duda, el comisario español del momento:

ARTEINFORMADO (AI)Acaba de concluir la tercera edición de "Les Clíniques d’Es Baluard", en donde ha sido uno de los "tutores-coaches". ¿Se estrena en el programa? ¿Cómo valora la experiencia?

Martín Manen (MM): Sí, primera vez. Bien, se trata de un programa en el que son las personas participantes las que marcan el nivel y es mediante su implicación que puede ser más o menos efectivo. La idea es comprender los tiempos para producción o para pensar en la práctica artística, así que básicamente va de ritmos y de que los artistas vayan definiendo su práctica desde la consciencia de que es esto lo que están haciendo. En esta ocasión éramos tres personas acompañando (y también la institución, con Nekane en frente) que aportábamos puntos de vista. Ana Laura Aláez desde la complicidad y la sinceridad del diálogo de artista a artista, y David Barro y un servidor desde dos ópticas relacionadas con la exposición y la crítica.

AI: Para aquellos artistas que no lo conozcan áun. ¿Qué les diría sobre este programa de enseñanza no reglada para artistas? ¿Les animaría a hacerlo?

Martín Manen (MM): A ver, creo que cada persona sabe lo que necesita. Les Clíniques te ofrecen un tiempo, un seguimiento y -además- un grupo de otros artistas con los que estar en algo así como un contacto permanente. La enseñanza no reglada (así como la experimentación no formal) permite un grado de flexibilidad alta y resulta que te encuentras las máquinas institucionales dando respuesta individualizada a cada una de las personas que participa. Así que en términos de deseos específicos sí que son un buen marco en el que definir lo que se quiere hacer.

Cortesía de Es Baluard

AILa directora del museo Es Baluard así como del programa, Nekane Aramburu, ha contado también con otros profesionales de reconocido prestigio dentro del sector artístico como Ana Laura AláezDavid BarroManuela Moscoso y Natalia Zuluaga. ¿Cúal es la metodología de trabajo que desarrollan? ¿Cómo plantean sus intervenciones y sus sesiones prácticas?

MM: El proceso se basa en un primer encuentro grupal en Es Baluard que sigue después en forma de tutorías individuales y termina de nuevo con otro encuentro grupal en el que se testan algunos de los procesos frente al público. Es interesante que estemos hablando de varias voces, de que el input no sea unidireccional hasta que las personas que estamos dando las tutorías podamos llegar a contradecirnos. También es importante que aparezcan voces con otros ritmos, como Manuela Moscoso y Natalia Zuluaga. Va de asumir también la complejidad y de que cada persona entienda Les Clíniques como una serie de recursos que sirvan para replantear, para ver reacciones, para tener más información, para observar, para comentar referencias, para ir a sistemas tangenciales en relación a la obra… es muy flexible y con una implicación fuerte por parte de todo el equipo. Entre los tutores hemos estado muchísimas horas hablando sobre los participantes y analizando cada caso y su potencial, algo a lo mejor no tanto habitual.

Cortesía de Es Baluard

AI: ¿Cúantos artistas han tomado parte en esta nueva edición? ¿Cómo ha visto el nivel de los participantes?

MM: Han sido doce participantes y hay una variabilidad alta, tenemos a gente con más experiencia, gente con menos… también así se establecen comunicaciones interesantes.

AIEn su papel de "tutor-coach", ¿qué tipo de consejos les ha dado para afrontar su carrera profesional con garantías y para que sean más competitivos en el sector del arte?

MM: No preocuparse demasiado por cosas como "carrera profesional" y mucho menos de "ser competitivos". Lo importante es la obra y el trabajo, si los artistas jóvenes focalizan demasiado en el entorno hay la posibilidad de que no puedan pensar en libertad ni de que puedan aportar su singularidad, con lo que no hay opción a algo interesante. Así que para mí es mucho más hablar de obra que no de estrategias.

Cortesía de Es Baluard

AICentrándonos en su carrera, se puede decir que esta Vd. de plena actualidad. Si hace tan solo unas semanas, se anunciaba que va a ser el nuevo curador de la bienal noruega Momentum 10, ahora se conoce que será el nuevo director de Index en Estocolmo, a partir de agostod. Desde luego, no le va a faltar trabajo en los próximos meses, pero, ¿cómo vive y saborea lo que, a todas luces, se puede intuir como un dulce momento profesional? Y de forma breve, ¿qué tiene pensado para Momentum y para el Index?

MM: Pues bien contento! Se trata de dos contextos con dos ritmos distintos, una bienal y una institución. Voy a comisariar la décima edición de Momentum, así que creo que es importante mirar atrás y recuperar parte del material que se ha expuesto anteriormente para ponerlo en una situación de diálogo con producción nueva desde cierta idea de lo emocional, creo que con el arte tenemos la opción de reaccionar de otro modo y desde cierta posibilidad emocional hay un cambio de relación con el mundo y su historia. Son veinte años y repasar el trabajo de muchos de los artistas que han pasado por allí es algo más que apetecible.

Index es una institución donde lo importante son las ideas y donde hay un respeto absoluto hacia los artistas. Es un lugar en el que muchos artistas suecos internacionales han tenido esa exposición definitoria, también es el lugar en el que se ha trabajado una idea de historia crítica en la que es importante incorporar otras voces. Y con esto seguiremos, la identidad de la institución está por encima de sus directores aunque es evidente que cada director ha ido incorporando modos de hacer y tonos específicos, lo que la hace también más interesante. Nos vamos a mover por coordenadas conceptuales, una idea de transparencia, vamos a combinar ritmos y a nivel institucional un pensamiento editorial en la organización será algo así como definitorio. Y vamos incorporar la idea de distribución en los procesos.

AIAunque, en los últimos años, cada vez son más, siguen no siendo demasiados los comisarios de arte españoles que deciden fijar su residencia en el exterior. En su caso, ¿por qué elegió para vivir y trabajar Suecia? ¿Recomiendaría a los jóvenes comisarios probar a salir de la zona de confort?

MM: Creo que es importante trabajar en un doble nivel, ser consciente de un contexto pero tener también in mente otros. Casi como un sistema de salud ya que es así cuando todo lo contextual es relativo. Pero no me atrevería a dar indicaciones generalistas de qué se debe hacer, creo que cada cual tiene su propia idea y sus propios deseos. Eso sí, abrir campo no puede ser nunca algo negativo.

AI: Si bien el grueso de su carrera profesional, como decimos, la ha venido desarrollando desde ese país nórdico, donde ha ocupado distintos puestos en museos y centros de arte como el Bonniers Konsthall o el Statens konstråd, no ha dejado de mantener una ligazón con España, más concretamente, con la escena artística de su Barcelona natal. Uno de los mejores ejemplos que lo ilustran, y a la vez, uno de sus más sonados comisariados, fue el Pabellón de España para la Bienal de Venecia de 2015. Aunque ya hablamos sobre él en su momento. Con el paso del tiempo, ¿cómo recuerda esta experiencia? ¿La considera un punto de inflexión en su trayectoria?

MM: El pabellón sigue estando muy presente. Es fantástico ver como aún están pasando cosas vinculadas con eso y cómo se va leyendo de nuevo. Sigo admirando el trabajo de Cabello/CarcellerFrancesc Ruiz y Pepo Salazar y veo la capacidad de sus trabajos y su recepción. Y Dalí, como no. Piensa que ahora mismo estoy comisariando el Spring Show en Konstfack -una de las dos facultades de bellas artes en Estocolmo-, se trata de una exposición con 180 participantes, con una complejidad enorme en la producción, con un proceso intenso para entender qué hacen cada uno de los participantes… bien, pues cuando estudiantes en Estocolmo te muestran fotos de Pepo Salazar como un referente para ellos entiendes que algo ha pasado, más de lo que pensamos.

Cortesía de Cooperación Española

AISiguiendo con bienales, en los últimos tiempos, comprobamos como algunas de estas grandes citas internacionales están probando nuevos formatos curatoriales. Sin ir más lejos, en la próxima Bienal de Sao Paulo, su curador general, el también español Gabriel Pérez-Barreiro, a quién, por cierto, hace años, Vd. entrevistó en A*Desk, con motivo de ser el curador general de la Bienal do Mercosul (Brasil), ha invitado a una serie de artistas a comisariar exposiciones. ¿Qué opina sobre implementar cambios en los formatos curatoriales?  ¿Estamos antes verdaderos intentos de renovación? ¿Son necesarios dado que muchos profesionales del sector del arte consideran el modelo de bienal clásico como agotado? ¿Hacía dónde deberían posicionarse -curatorialmente hablando- estos eventos? 

MM: La exposición es un formato en constante evolución. No es algo estático o que deba cerrarse. Lo utilizamos para relacionarnos con la realidad o para escapar de ella, y por este mismo motivo es necesario entender muy bien el momento y la situación. Así que es lógico que las exposiciones vayan fluctuando al ritmo de la política, la sociedad, el contexto emocional o el pensamiento filosófico de cada momento. Y las bienales, pues resulta que se trata de exposiciones en las que hay tiempo para pensar, con lo que pueden afectar en la construcción de discurso y pueden mantenerse durante más tiempo en la retina que una exposición al uso. O así debería ser. Pienso también que por una cuestión ecológica es importante que tengamos varios sistemas y estructuras para el arte. No todo es mercado ni todo puede serlo. Con lo que si dejamos que las instituciones caigan o que el peso esté en las grandes galerías -por ejemplo- vamos a dejar fuera una parte de la gramática que podemos utilizar, con lo que estaríamos empobreciendo nuestro contexto. Lo mismo con las bienales, eliminar por eliminar no tiene mucho sentido, es como cerrar centros de arte. Replantear y trabajar con ello críticamente sí.

AIPor último, antes hemos citado a la plataforma independiente de crítica A*Desk, fundada, en 2002, por Montse Badia y David G. Torres, y a la que se unió Vd. más tarde. Por ello, al ejercer también la crítica de arte, nos gustaría preguntarle, ¿qué momento vive la crítica de arte? y, sobre todo, ¿qué papel está llamada a jugar en el futuro?

MM: Pensamos en A*Desk desde el principio como algo que tenía que ser muy generoso y, al mismo tiempo, un contexto para una crítica libre. Recuerdo bien esas primeras charlar con Montse y David y también con Chus Martínez. Si miras por ejemplo toda la gente que ha pasado por allí resulta evidente que ha sido y es una amalgama de voces fantástica, hemos visto crecer a mucha gente allí. Desde hace ya unos años ya no estoy vinculado aunque sigo escribiendo de vez en cuando allí, algo de lo que realmente disfruto. Va siendo tiempo de que alguien entienda y demuestre la importancia de plataformas frágiles como A*Desk, que aguantan en la dificultad de seguir publicando y abriendo sus puertas a otras personas. No es algo que se mantenga solo, necesita apoyo y diálogo. Mucho apoyo por parte de quien tenga responsabilidad. Sobre la crítica y el futuro tendríamos mucho a decir. La crítica está cambiando de manos y también en sus formas. La crítica será siempre necesaria, no es factible comprender un contexto creativo sin crítica.



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