Manuel Olveira: ''No podemos permitir la destrucción del sistema público de cultura''

Entrevistas 20 jun de 2017

por Paula Alonso Poza

       

Manuel Olveira

Manuel Olveira

''Hemos planteado toda una serie de exposiciones cuyo valor principal es lograr el equilibrio entre lo local y lo internacional, además de tratar temas candentes de la agenda del arte''  
''Trabajamos con la idea de que no existe un público en singular, existen los públicos en plural. Intentamos que el museo refleje esa diversidad de la propia sociedad.''  

El MUSAC está de enhorabuena. En 2015 celebró su décimo aniversario y comenzó a revertir su pérdida de visitantes hasta alcanzar  los 62.708 espectadores que visitaron sus salas en 2016, lo que supuso un incremento del 5,4% con respecto al año anterior. Ha aumentado su programa educativo y social, consiguiendo un fuerte arraigo en León, y este mes inaugura un ambicioso ciclo expositivo que incluye, entre otras, la primera muestra de la argentina Adriana Bustos (Bahía Blanca, 1965) en España, una producción sobre ecosostenibilidad y una exposición mas local, cuyo resultado es fruto de su convocatoria Laboratorio 987.

El artífice detrás de la nueva cara del Musac es su director, el coruñés Manuel Olveira, que este mes celebra cuatro años a cargo del principal centro expositivo de arte contemporáneo de Castilla y León. Con motivo de la inauguración de estas exposiciones, con las que el museo da el pistoletazo de salida al verano, Olveira ha conversado con Paula Alonso, redactora de ARTEINFORMADO, y ha hecho una profunda valoración de la situación actual del museo y del delicado momento que atraviesa la cultura a nivel institucional.

La entrevista tiene lugar en la sala que acoge la exposición ''Hybris'', que contrarresta la destrucción medioambiental sin más armas que el arte contemporáneo. Es el lugar perfecto para hablar de la renovación del museo y de su deseo de ser mucho más que un mero centro de artes visuales.

ARTEINFORMADO (AI): Este mes se cumplen cuatro años de su llegada a la dirección del Musac. ¿Qué puntos de la hoja de ruta que tenía pensada se han cumplido? ¿En qué momento se encuentra el Musac?

MANUEL OLVEIRA (MO): En estos cuatro años lo primero y más importante era, por un lado, estabilizar el museo, que estaba a la deriva y con muchos problemas. Hemos conseguido normalidad y estabilidad y, para lograrlo, hemos creado una nueva orden. Ya en el 2005 se hace una orden de fundación del museo, pero sin especificar nada, así que en 2014 sacamos una nueva por la cual se establece cómo se eligen y cuáles son las funciones de todos los órganos de dirección del museo. Es muy importante ser consciente de que una institución no es solo un edificio, sino que también es una ley que ordena y da legitimidad social. Por ello hemos establecido esta orden que delimita las funciones de los órganos que componen el museo y, unido a ello, ha habido una reordenación presupuestaria y de departamentos.

Básicamente, lo que se hizo fue aumentar, por un lado, los presupuestos de educación para que la parte más social del museo quedara cubierta y garantizada y, por otro lado, se han organizado más actividades, hemos aumentado el número de exposiciones, hemos bajado el precio de la entrada de cinco euros a tres euros, hemos aumentado las horas de gratuidad... También hemos puesto en marcha algunos programas que me parecen muy importantes, precisamente para conseguir arraigo social, como puede ser León Film Rural, que es un programa de cine itinerante que va a los pueblos de León durante el verano, o el programa de actividades de verano, en el que abrimos los patios del museo por la noche para hacer cine y música.

Además, como he comentado, hemos planteado toda una serie de exposiciones cuyo valor principal es lograr un equilibrio entre lo local y lo internacional y, por otra parte, tratar temas muy candentes, como la naturaleza y le ecología. También tratamos temas que están muy presentes en la agenda del arte, como lo decolonial, el feminismo, la identidad, todo el tema de los movimientos sociales

AI: Con respecto a los públicos que ha mencionado, ¿todo este aumento de actividades educativas y locales pone énfasis en algún tipo de público concreto? Un público que tal vez antes no fuera tan cercano al museo.

MO: No, en realidad lo que nosotros hacemos es trabajar el término de público con la idea de que no existe un público singular, existen los públicos en plural. Entendemos que cada grupo y sector de edad tiene unos intereses muy concretos, por lo que intentamos, en la medida de lo posible, hacer actividades que reflejen esa diversidad de la propia sociedad. Dependiendo de la exposición, tratamos unos temas u otros, pero intentamos, ser lo más plurales posible teniendo en cuenta que trabajamos con la mitad de presupuesto y la mitad de personal. Podemos hacer actividades de ecología con niños, cine histórico vinculado a la ecología para adultos... Son muy variadas. Tenemos programas cuyo alcance, en términos de población, es muy pequeño, por ejemplo, un programa que está entre doce y quince personas para trabajar temas de salud mental, pero también tenemos programas con un alcance mucho más amplio como los de educación para colegios. Intentamos tratar a todo el mundo todo lo que podemos. Si un turista está una hora en el museo, hacemos todo lo posible para que utilice el arte como herramienta de conocimiento, igual que hacemos con grupos que vienen una vez por semana al museo. Esto es un servicio público e intentamos atender a todo el mundo.

AI: Con respecto a esto, en nuestra última entrevista, en 2014, habló de su intención de convertir el MUSAC en algo más que un museo de artes visuales. Este interés se ha visto reflejado en su programación en algunas de las muestras más recientes, como en ''Poesía experimental'' y, también ahora, con el nuevo ciclo expositivo muy heterogéneo con muestras sobre ecoestética, naturaleza y arte-ciencia. ¿Se va a mantener esta línea expositiva? ¿Qué aporta?

MO: Yo creo que es una línea coherente con nosotros, en el sentido de que trabajamos de forma muy contextualizada, muy situada, intentando que todos esos problemas de tipo global aparezcan representados en lo local. Podemos hablar de los mismos problemas que hay en Berlín desde León porque tenemos muy claro que este museo está situado en el contexto, y eso me parece muy importante. Esa perspectiva internacional pero desde lo local es muy importante. Hoy en día el mundo es muy plural, están pasando muchas cosas, e intentamos que todo lo que ocurra en la agenda del arte y en la agenda de la política o de la cultura esté en sintonía. De hecho, ocurre con el tema de la ecología, que ahora tratamos, y antes con la escritura expandida. Un poco más atrás hicimos proyectos de feminismo muy potentes y temas de movimientos sociales. El museo, al final, hace lo mismo que hacen el arte y los artistas, que es preocuparse por lo que nos rodea, que es todo. Aún así, intentamos verlo desde nuestra perspectiva y nuestra situación en León, aunque hablemos hacia el mundo.

AI: Cuando accedió al cargo, en 2013, el MUSAC carecía de plan museográfico. Se planteó entonces crear uno y presentarlo este año. ¿Ya lo tienen terminado? ¿Cúales son las líneas fuerza del mismo?

MO: Se presenta a finales de año. Es un plan museográfico que toca lo que habitualmente tocan todos los planes. No hay un cambio radical. Una cosa es la programación, en la que hay muchas innovaciones, así como en las actividades relacionadas con las exposiciones, pero en términos de plan museográfico... El plazo que nos dio el Consejo Rector, fruto de esa orden de 2014, es la presentación a finales de este año, imagino que en diciembre.

AI: La colección sigue creciendo y cubriendo vacíos. De hecho, el año pasado, el presupuesto de adquisición de obra se destinó a la compra de obras de los años 70 para suplir la escasez de piezas de ese periodo. ¿Cuál es el planteamiento de adquisición de este año? ¿Cúal es el presupuesto para la partida de compras en 2017?

MO: Nosotros, con lo poquito que tenemos, intentamos hacer de todo, algo muy difícil con 70.000 euros al año. (Incidimos para saber si es la misma partida presupuesta para este año y el director del Musac nos lo confirma). Intentamos que la colección crezca hacia atrás, porque empezó en el año 89, pero creo que, historiográficamente, esa fecha no se sostiene como inicio de una colección. La colección debe empezar a finales de los años 60, que es cuando realmente hay un corte en el arte contemporáneo. Intentamos que la colección crezca históricamente y siempre compramos alguna pieza histórica. Intentamos ser muy quirúrgicos con lo que hacemos. Detectamos que queríamos, por ejemplo, una pieza de Concha Jerez (Las Palmas de Gran Canaria, 1941), o de Darío Corbeira (Madrid, 1948), o de Darío Villalba (San Sebastián, 1939), o de Isidoro Valcárcel Medina (Murcia, 1937). También internacionalmente, hemos comprado obra del holandés Herman de Vries (Alkmaar, 1931). Intentamos enriquecer la colección desde lo internacional y desde lo local, continuar partes muy fuertes del museo como puede ser cierta presencia de Europa del Este y de Lationamérica, presencia, obviamente, de Castilla y León, y luego, cómo no, de artistas más jóvenes.

AI: En la referida entrevista de 2014, nos contaba que el MUSAC encadenaba cuatro años consecutivos de pérdida de visitantes. Ahora, los números se han invertido y el número de visitantes ha aumentado en los últimos años. En 2016, el museo experimentó un crecimiento de más del 5%. ¿Cuál es su valoración de esta subida?

MO: El número de visitantes creció mucho durante el primer año por la redistribución y el aumento de presupuesto de las actividades. A partir de ahí, hemos seguido creciendo a un ritmo un poquito más lento. Obviamente, si no hay una redistribución del dinero no podemos, pero sí estamos creciendo, y creo que eso es un reflejo de esta política de hacer más actividades y poner énfasis en el arraigo social del museo.

(En este momento la entrevista se interrumpe momentáneamente. Manuel Olveira debe acompañar a Blanca de la Torre , comisaria de la exposición ''Hybris'', en la presentación de la muestra al público general leonés. Son las seis de la tarde y el grupo es ya muy numeroso. Pasados cinco minutos, Olveira nos sigue atendiendo).

AI: Ha hecho referencia a la precariedad presupuestaria que hay ahora mismo en el sector museístico, ¿cómo ve la delicada situación que atraviesan sus vecinos de comunidad el Patio Herreriano de Valladolid, DA2 de Salamanca y Esteban Vicente de Segovia, así como los lindantes MARCO de Vigo y LABoral de Gijón?

MO: Yo creo que, tristemente, estamos asistiendo a la destrucción de todo lo que levantaron nuestros padres. Una generación que se mató a trabajar haciendo horas extras y levantó este país... están destruyendo todo lo que ellos consiguieron: aumentar el nivel de vida, jubilaciones, sanidad universal, un sistema público de enseñanza de calidad... Todo eso lo hemos destruido. Yo soy un producto de unos trabajadores que, gracias a trabajar mucho y gracias a que el Estado me dio becas, pudo estudiar. El hijo de un obrero en los 70 podía estudiar, el hijo de un obrero hoy no puede hacer nada porque no puede pagar estudios universitarios, por eso digo que se está destruyendo todo lo que nuestros padres consiguieron, incluida también la infraestructura cultural. Hubo un momento en el que España, sobre todo a partir de los 80, hizo un esfuerzo por colocarnos a la misma altura que países de nuestro entorno y generó una red museística. Este museo es uno de los últimos que se hicieron dentro de ese movimiento que hubo de construcción de museos, y de la misma manera que se están destruyendo derechos sociales, sistemas sanitarios, sistemas educativos, etc., se está también destruyendo el sistema público de museos. De hecho, no es de extrañar que los tres grandes museos que se han abierto en España este año sean todos privados (la Fundación Botín, Bombas Gens en Valencia y la Fundación Cerezales). Es maravilloso que se diversifique el sistema cultural, pero es muy curioso que los grandes museos hoy los abran empresas privadas y no el Estado, que está destruyendo su propia infraestructura. Todos los ejemplos que me han propuesto tienen casuísticas diferentes pero su origen es la misma desatención , desafección y desinterés por el sistema público de arte contemporáneo. No todo obedece al mismo motivo, pero, en el fondo, lo que hay es la destrucción del sistema público de cultura que, o bien se le asfixia económicamente, o bien se le desatiende.

(La entrevista llega a su fin. Ya en una conversación más distendida, lamentamos haber terminado la entrevista con esta reflexión, que ha dejado un sabor algo amargo).

MO: Bueno, yo creo que es muy importante hablar hoy en día de las cosas que hay y que nos preocupan y nos afectan, siempre intentando buscar soluciones. Por ejemplo, nuestra exposición de ecología (Hybris) no es una exposición para denunciar, es una exposición en la que tratamos de ser proactivos en la búsqueda de soluciones. Por eso creo que la gente del mundo del arte debe ser consciente del momento tan tremendo que estamos viviendo, pero también debemos buscar soluciones alternativas. Es verdad que la economía ha cambiado y es verdad que tenemos que acostumbrarnos a trabajar de otra manera, tenemos que aprender de nuestros errores, pero no podemos permitir la destrucción del sistema público de cultura, porque la cultura está garantizada por la Constitución. Tanto que se nombra la Constitución como garante de muchas cosas... pues acordémonos de la Constitución cuando hablamos de cultura y hagamos que un derecho constitucional como es el acceso a la cultura esté satisfecho también.



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