Entrevistas 25 ene de 2010
por Gustavo Pérez Diez
Manuel Borja-Villel
Cuando se han cumplido ya dos años de su nombramiento como director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el castellonense Manuel Borja-Villel (Burriana, Castellón, 1957) ha impreso un ritmo progresivo al centro bandera del arte contemporáneo en España, que lo apuntala con firmeza dentro del panorama museístico internacional. Y lo hace con presupuesto de compra, con un modelo propio de trabajo en red y con el apoyo del público. Gustavo Pérez Diez, colaborador de ARTEINFORMADO, le ha entrevistado.
ArteInformado (AI): Parece que la crisis económica ha generado el pasado año al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía "oportunidades únicas" para adquirir determinadas obras que en otras circunstancias más favorables, posiblemente no hubiesen salido al mercado. Sobre todo estamos hablando de obras específicas de las vanguardias históricas. ¿Podría decirse que se ha encontrado con una "oportunidad única" para recuperar el tiempo perdido y rellenar algunos de los vacíos existentes dentro de la colección?
Manuel Borja-Villel (MBV): Sí. La crisis en este sentido es beneficiosa para los museos a dos niveles. Por un lado, no es que los precios bajen excesivamente pero sí que es cierto que están apareciendo obras que antes no aparecían. Hemos comprado algunas ya importantes como un "frottage" del 62 y un "Smithson". Y esto, yo creo que es un cambio sustancial. Pero por otro lado, la oportunidad viene dada por el hecho de que la crisis también implica que el modelo de un museo espectacular, más canónico, más dirigido a los grandes nombres ha entrado en crisis. Por tanto, es necesario replantearse las propias bases sobre las que se sustentan este tipo de instituciones. Una institución que está en proceso como es el Reina Sofía, que es una institución relativamente joven en relación a otros museos, creo que tiene una posición de ventaja en estos momentos.
AI: Completar la colección con obras de las vanguardias históricas y de la segunda mitad de la pasada centuria, es y sigue siendo algo prioritario en su política de adquisiciones. ¿Pero qué importancia se le otorgará y dotará, de cara a futuras adquisiciones, al arte emergente y los nuevos lenguajes artísticos?
MBV: La importancia es central. De hecho el que estemos trabajando en vanguardias históricas, en los procesos artísticos de los años 60 y 70, no significa que no se trabaje en lo que está ocurriendo hoy en día, si no todo lo contrario. Todo museo vive en su época. Y eso, lo tenemos muy claro, especialmente claro en un lugar como el Reina Sofía, que es museo y centro de arte. Y que por tanto, tiene una obligación histórica de favorecer la creación contemporánea. De hecho, a través del "Programa de Fisuras", a través de un programa de la promoción de la creación de obras nuevas estamos también interviniendo en el momento en el que vivimos. Y por tanto, es absolutamente central para una institución de las características del Reina Sofía.
La colección del Reina Sofía es más importante que la de la Tate
AI: Usted ha dicho en algún medio que con el actual ritmo de compras (13 millones de inversión este año), la colección del Reina Sofía será en cinco años una colección sustancial que se situará por encima de la Tate Modern. ¿Qué características diferenciadoras tendrá esa colección sustancial del Reina Sofía?
MBV: A nivel de números totales para entendernos, en estos momentos la colección del Reina Sofía, es para mí, más importante que la de la Tate. Considerando sobre todo grupos importantes que tenemos como: surrealismo, Juan Gris, todo lo que es años 30, etc. Pero eso no es lo importante, lo importante es la oportunidad de replantear como se escribe la historia del arte. Ya que de algún modo siempre se ha escrito, centrada y muy circunscrita a identidades que eran eurocéntricas y que se han pretendido universales. Justamente lo que pretendemos en el Reina Sofía es el ser un museo donde la identidad sea plural, donde no haya una voz sino una pluralidad de voces. Y ese, es el cambio sustancial.
Mucha piedra y pocos proyectos
AI: En España se ha practicado un "coleccionismo casi clónico" en las últimas décadas por parte de muchos museos y centros de arte contemporáneo. ¿Esto puede haberse debido a que las instituciones están demasiado pendientes e influenciadas por el mercado y por un capitalismo museístico y global a la hora de conformar sus colecciones?
MBV: En España se ha hecho mucho énfasis en la piedra, en la construcción de edificios pero luego ha habido poco dinero, poco énfasis en los proyectos, ha habido poco pensamiento sobre cómo se estructuraban todas estas colecciones y ha habido unos ciertos modelos que se han ido imitando a lo largo de todo el territorio. Todo el mundo ha querido tener su Guggenheim, su Reina Sofía cuando lo interesante no es la homogeneidad, si no la diferencia. Lo cierto, es que en general las colecciones que hay en España son tal vez muy homogéneas, y con la vista puesta hacia el mercado o puesta en lo más canónico, más de moda. Precisamente la situación actual lo que permite y exige es la necesidad de cambiar este paradigma. El darse cuenta de que hay vida más allá del mercado, de que cada lugar tiene su especificidad. Articulando todas estas diferencias se puede hacer un conjunto poliédrico, un conjunto más complejo y un conjunto más fuerte que puede tener mucho más interés hoy en día.
Hay que integrar a sociedad civil en la cultura
AI: Los distintos agentes del sector piden reformas fiscales que apoyen y mejoren las condiciones para la compra e inversión en arte. ¿En qué se debería cambiar o modificar la actual Ley de Mecenazgo para que fuese un instrumento más efectivo y catalizador del coleccionismo en nuestro país?
MBV: En este país hace falta un plan donde se articulen las líneas que vayan desarrollando potencialmente los diferentes museos. Que se coordinen no quiere decir que no haya confrontación. Se trata de que haya un cierto antagonismo, que haya cosas que puedan estar en diversos museos al mismo tiempo pero que haya un plan donde se articulen grandes instituciones, se articulen centros de recursos, residencias que son muy necesarias y donde se articule pensamiento y educación, cosas que no son espectaculares. En este país se ha hecho mucho énfasis en lo espectacular, y es necesario crear un humus, un tejido de pensamiento, de creación. Por otro lado, creo que también es fundamental intentar integrar a la sociedad civil y para integrarla hay que crear leyes que favorezcan su integración y estas leyes son de patrocinio, de mecenazgo que en estos momentos yo creo que son francamente deficientes. Son deficientes porque no favorecen y esto es una asignatura pendiente.
AI: En la actual exposición que acoge el Mncars de "Los Encuentros de Pamplona de 1972", vemos como la familia Huarte en aquel momento entendió la idea, la financió, colaboró y la difundió. La futura fundación privada que usted pretende poner en marcha dentro del museo ¿tiene entre sus objetivos atraer mecenas que entiendan, financien y colaboren en la promoción y difusión de ese tipo de ideas?
MBV: La idea de la fundación dentro del museo sería triple. Por un lado, conseguir recursos sobre todo en una época en la que todos deberemos generar nuestros propios recursos. Por otro lado, apoyar un proyecto. En una época global los museos son globales y por tanto es necesario tener una estructura que no sólo sea estatal sino que pueda tener capítulos internacionales, podría tener un paralelo en EE.UU., en Latinoamérica, de modo que se vayan generando recursos para toda una red de actividades. Y luego, finalmente una fundación también permitiría generar actividades tal vez mucho más rápidas, actividades en las que por las estructuras propias de la administración son muy difíciles, muy complejas de desarrollar a través del propio museo.
AI: Ser Agencia Estatal es sinónimo de alcanzar el mayor status, jurídicamente hablando, dentro de la Administración del Estado. ¿Podría concretar en que medida/s ayudará a mejorar la gestión del futuro MNCARS?
MBV: Son básicamente tres aspectos: Flexibilidad, agilidad y eficacia. Sobre todo un museo de arte contemporáneo debe tenerlos para poder realizar su trabajo y en este momento nosotros somos muy poco flexibles. La falta de flexibilidad hace que ahora algunas cosas que hacemos son más caras que como deberían de ser. Cambiar de un sistema funcionarial de trabajo donde cada uno tiene una serie de tareas asignadas de antemano, cambiarlo por un sistema por objetivos. Donde cada uno tiene unos objetivos que se van cambiando según como va cambiando el museo. Esto es importante en cualquier institución pero especialmente en un museo de arte contemporáneo y centro de arte donde los artistas van generando cambios, van cambiando estructuras. Y este cambio de estatuto lo que buscaría sería justamente eso. Sería adecuar una estructura de funcionamiento a nuestro propio objeto de estudio que de por sí es creativo, que nos exige cambiar nuestras formas de trabajo.
La idea de red es más rica que la de franquicia
AI: Usted propone "museos en red", sin centro, sin autoridad geográfica ni cultural. Trabajando en red, coproduciendo exposiciones con otras instituciones de prestigio como la Tate, el Macba, etc., programando exposiciones de gran formato como la próxima dedicada a Aby Warbug. ¿Son estas las variables de la ecuación para que el MNCARS consiga dar un salto cualitativo y ocupe el lugar que le corresponde en el escenario internacional?
MBV: El modelo que los grandes museos están tomando y copiando de las grandes empresas es la "franquicia". Frente a esto, yo contrapongo la idea de red que es mucho más rica. En cultura tú te enriqueces no sólo cuando te dan sino cuando das, es otra lógica. El Reina Sofía puede de algún modo liderar este modelo, es el gran museo, la gran institución, aunque sólo sea por tamaño, del Sur. Entonces este modelo se basa en el conocimiento, justamente en la relación, en la coproducción con otros centros de su propio tamaño como pueda ser La Tate, el Moma, con los que estamos trabajando sino también centros de estructura más pequeña como sea la UNIA en Sevilla, etc, Con lo cual se van generando estructuras de escala que son cambios de perspectiva y nos da profundidad de campo. Esto a nivel de proyectos, luego a nivel de colección, en relación a aquello de narrar, y luego finalmente, el énfasis en la pedagogía, en la intermediación. Y de hecho, parece que funciona a nivel cuantitativo: los visitantes estos dos años nos está dando la razón, porque en dos años con un programa entre comillas denominado "elitista" hemos aumentado el 30% de visitantes, que es muchísimo.
¿Lo más complicado?: Trabajar con una estructura administrativa arcaica
AI: Su proyecto se impuso al del resto de candidatos participantes en el concurso público internacional convocado para cubrir la plaza de director. ¿Cuál ha sido la tarea más complicada a la que ha tenido que hacer frente en estos casi dos años de gestión?. ¿Y cuál ha sido la que le ha reportado una mayor satisfacción?.
MBV: Bueno, la más complicada es el día a día de trabajar con una estructura administrativa muy arcaica, esto es lo más complicado. Los ritmos de las instituciones no son los ritmos de las personas. Por otro lado, ahora que han pasado dos años veo una serie de logros que se están empezando a consolidar, por ejemplo, el programa de exposiciones empieza a tener un nivel internacional importante, creo que la colección está empezando a estar estructurada. Y el ver cómo ya en pocos años, la idea que se tiene del Reina Sofía ha cambiado, es bastante satisfactoria.
Nos ha faltado saber cuál era nuestro papel en el mundo
AI: La visibilidad fuera de España del arte español sigue siendo muy reducida. En su opinión, ¿qué se ha hecho mal y, por contra, qué debería hacerse por parte de todos (gobierno, galerías, museos,...y los propios artistas) para que dentro de 20 años tuviéramos una cuota de artistas reconocidos fuera de nuestras fronteras correspondiente a nuestra importancia como país?.
MBV: Tal vez por la situación histórica de España, porque es un país joven y porque ha habido dinero muy rápidamente, ha habido un encantamiento con lo más espectacular, con lo más hegemónico. Hemos querido ser el alumno aplicado. Nos ha fallado darnos cuenta de que el mundo hegemónico es un mundo cerrado antagónico a la esencia del arte que es dudar, cambiar y esto no lo hemos sabido ver. Por otro lado, ha habido muy poco énfasis muy poco interés en la parte "académica", académica en el buen sentido de la palabra, en el debate, en el discurso, en las ideas. Y luego, nos ha faltado saber cuál era nuestro papel en el mundo, darnos cuenta que el mundo ha cambiado muchísimo, que Europa y EE.UU. ya solo son una provincia del mundo. Darnos cuenta de que España tenía un lugar privilegio en el Sur, el "Sur geopolítico", en relación a Latinoamérica, en relación al Mediterráneo y esto creo que no lo hemos sabido aprovechar. Crear un estructura legal, fiscal, etc. que favorezca la iniciativa privada, el que aparezcan elementos autónomos.
AI: Por último, He leído unas declaraciones suyas, en las cuales decía que Damien Hirst no estaría en la colección del Reina Sofía. ¿Que artista no está y debería o debiera estar en la colección del Mncars?
MBV: Tal y como está trabajando Damien Hirst, la posición es antitética a lo que queremos desarrollar en estos momentos. Dicho esto, por ejemplo Eva Hesse, es una artista extraordinaria, que tendría mucho sentido aquí, y ésta por ejemplo, va a ser muy difícil que esté. Este museo tiene que liderar la investigación hacia un tipo de prácticas artísticas que no han estado recogidas en los museos hegemónicos y no sólo no están recogidas sino que además por la propia estructura de los museos hegemónicos por su tradición no tienen cabida. Hay áreas importantes, como los "conceptualismos del sur", el área conceptual tanto de Latinoamérica como de España de los 60 y 70. Por otro lado, las vanguardias históricas de los años 10, 20 y 30 ya no podemos y ya están en otros sitios. Pero hay otras ideas de vanguardia en los años 30, cuando la idea de vanguardia y modernidad se confrontan. Luego, están ese tipo de manifestaciones artísticas que no cuadran realmente en los conceptos heredados de la historiografía tradicional que no hemos recibido, como pueda ser cierto interés por el concretismo que hay en Latinoamérica, esto también tendría cabida. Hay una serie de artistas muy claros como Pedro G. Romero, como Alice Kreisel que trabajan en un tipo de actividad que está a caballo entre la antropología, la historia pero que al final lo que acaban haciendo es arte. Justamente este partir de no hacer arte y acabar haciendo arte hoy en día tiene un interés muy importante. Estas son líneas que no se están desarrollando demasiado, al menos en las grandes instituciones. Y creo que el Reina puede tener un papel importante.
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