Entrevistas 11 oct de 2024
por REDACCIÓN AI
Del proyecto documental "De las Américas al Rastro: La Familia Pascual Síboris" sobre Leocadia Pascual. Fotografía por Malcolm Riascos Bazán. Imagen cortesía del Archivo Familia Pascual Síboris
Conversamos con el colectivo Madrid Negro, un laboratorio artístico y de investigación antirracista, para hablar sobre su labor en la recuperación de la memoria histórica de las comunidades negras y afrodescendientes en Madrid. A través de un diálogo con sus integrantes, conocimos las motivaciones que impulsan su trabajo, sus metodologías creativas y los desafíos a los que se enfrentan al confrontar la hegemonía cultural y estructural que perpetúa el racismo en la sociedad española contemporánea.
Con una diversidad de disciplinas que abarcan desde la historia y la politología hasta el cine, el arte y la poesía, el colectivo Madrid Negro se posiciona como un laboratorio de investigación artística arraigado en la memoria de las personas negras y afrodescendientes en Madrid. María Irizarry Guzmán, Yeison F. García López, Nieves Cisneros Pascual, y Malcolm Riascos Bazán, sus integrantes, combinan sus habilidades y pasiones en un proyecto destinado a rescatar las historias y memorias de estas comunidades. Desde la meticulosa investigación en archivos hasta la emotiva producción audiovisual, Madrid Negro se propone amplificar las narrativas silenciadas por el relato hegemónico occidental, explorando la intrahistoria y sus implicaciones en la sociedad madrileña y, en una escala aún mayor, cómo se concibe, experimenta y aborda la racialidad en España y sus ex-colonias.
En esta entrevista, nos sumergiremos en el enfoque colaborativo y la urgencia de reinterpretar el pasado para practicar un presente-futuro antirracista y anti-colonial. A través de un diálogo con les integrantes del colectivo, desentrañaremos cómo Madrid Negro fusiona la rigurosidad académica con la sensibilidad artística para amplificar la potencia crítico-imaginativa de experiencias marginadas y desplazadas. Además, nos cuentan cómo estas iniciativas no solo enriquecen el panorama cultural de Madrid, sino que también desafían los estereotipos y prejuicios arraigados en la sociedad, contribuyendo así a un debate más amplio sobre la identidad, la memoria y la justicia social en la España contemporánea.
Entiendo que Madrid Negro se consolida como parte de un movimiento antirracista en España que desde hace tiempo se organiza a través de varios espacios, entre ellos, el campo cultural. ¿Cuáles son algunas especificidades de dicho movimiento antirracista que motivan la organización de Madrid Negro?
Madrid Negro nace de una necesidad que, como bien señalas, se llevaba gestando desde hace años y no es otra que la de construir un relato histórico antirracista y anticolonial.
Inicialmente, este laboratorio de investigación surgió en el 2021 de la mano de nuestro compañero Yeison F. García López, quien a partir del libro La esclavitud a finales del Antiguo Régimen. Madrid 1701-1831. De moros de presa a negros de nación, de José Miguel López García, diseñó una dramaturgia para las calles del barrio Malasaña. A partir de finales del 2023, es cuando el proyecto ha comenzado a mutar de forma y ampliar sus objetivos.
Para los movimientos antirracistas que trabajamos dentro de las fronteras del Estado español es imprescindible que aboguemos por la reparación, conservación y difusión de la memoria histórica de las personas negras y afrodescendientes que habitamos dentro del territorio; sin obviar que ésta es una labor que no puede limitarse a la contemporaneidad temporal ni a la inmediatez geográfica.
La cuestión negra en España no es una problemática nueva ni sólo relacionada con las migraciones contemporáneas. Al contrario, lo Afro está profundamente enraizado a lo que entendemos hoy como España y las problemáticas que predatan su formulación como Estado-nación.
Es por esto por lo que más allá de ser un proyecto que explora el espacio urbano de Madrid, somos un proyecto que reta las fronteras historiográficas. Dentro de la historia de la capital también existen hilos de investigación que nos continúan atando a las historias africanas, afrolatinoamericanas y afrocaribeñas; el hilo más fuerte es aquel tejido por el legado del imperialismo español y la trata transatlántica.
Al apelar al concepto de memoria histórica y democrática, queremos ampliar la forma en la que se entiende, para que también sea incluido en el debate todo lo concerniente al pasado colonial y esclavista.
Las consecuencias de la trata transatlántica y el comercio de personas esclavizadas en España, sigue teniendo consecuencias hoy en día. Pensemos, por ejemplo, en cuán fácil es trazar la continuidad entre la represión del cimarronaje en Madrid mediante la vigilancia, el encarcelamiento y la tortura y los incidentes tan rutinarios de brutalidad policial que son el pan de cada día para muchas personas afroespañolas y las comunidades afromigrantes sin importar la comunidad autónoma. Tan rutinarios son que, de acuerdo a un informe publicado en el 2020 por el Grupo de Trabajo de Expertos sobre los Afrodescendientes de la ONU, España es segunda solamente ante Estados Unidos en número de señalamientos en su contra por violencia institucional anti-negra.
¿Por qué les parece importante que Madrid Negro participe articulando pensamiento crítico en torno a las artes visuales y la cultura visual en España?
Madrid Negro es un laboratorio de investigación artística que busca romper con los estereotipos, mitos y creencias derivados del relato hegemónico de la historia española. Una narrativa que, como diría el historiador Antumi Toasijé, ha sido retroactivamente blanqueada.
Las artes visuales son una valiosa oportunidad que no sólo nos hacen reflexionar desde una posición pasiva, sino que nos agitan e invitan a buscar otras verdades, como es el caso de las historias de los personajes que estamos investigando.
La constitución de referentes no es algo anecdótico, afecta de forma directa en la mirada y en la escucha de la sociedad, especialmente de la juventud. Además, la escritura y la materialización de estas narrativas son un acto de (re)generación de memoria. La memoria no es algo pétreo e inamovible, está viva, configura nuestro presente y futuro.
Encarnar las lagunas de la historia, tal y como se nos ha dado a conocer, desde las artes visuales, nos da pie a cuestionar el relato, a jugar desde sus límites y fragilidades. Nos permite desvelar lo prohibido, lo marginal, lo grotesco, lo repudiado, el expolio. Nos hace replantearnos la manera en la que contamos las cosas, nos da pistas para crear un archivo colectivo que ya sé está generando a raíz de proyectos como Sevilla Negra o In The Wake. Laboratorio experimental de pensamiento negro; o el nuestro, Madrid Negro.
¿Cuáles son algunas de las acciones o actividades con las que Madrid Negro ha comenzado?
Madrid Negro nace como recorrido anticolonial en el 2021. Desde esa fecha se han realizado más de 20 recorridos, en cada uno de ellos han participado un mínimo de 10 personas.
De ser un recorrido pasa a ser un laboratorio de investigación artística en el 2023. Desde entonces nos hemos concentrado en trabajar internamente para poder re-definir lo que se venía haciendo hasta ahora, abrir nuevas rutas y pensar en nuevas acciones más orientadas al ámbito expositivo, de mediación cultural, archivo y museístico.
Marzo y abril han sido dos meses donde hemos podido probar cosas de la nueva propuesta dramatúrgica. Han sido muy gratificantes los dos recorridos que hemos realizado junto a adolescentes de entre 15 y 16 años y junto a estudiantes universitarios. De ambos grupos hemos recibido diversas reacciones y observaciones significativas.
El pasado 4 de junio participamos con nuestra activación Móstoles Negro en la Picnic Session 2024. […] Fui al monte y traje cosita buena pa uté, comisariada por José Ramón Hernández Suárez, para el CA2M (Museo Centro de Arte Dos de Mayo). Una ruta cimarrona basada en los acontecimientos de la Revolución y Constitución de Haití, así como en la Constitución española de 1812 y la ocupación francesa en ambos territorios. En este recorrido contamos a su vez con el testimonio vivencial de compañeras afrodescendientes de Móstoles, poniendo en conversación el pasado con el presente de la villa.
El propósito de estos recorridos es activar la curiosidad de las personas que nos acompañan. Aunque nuestro grupo asuma la batuta de guía, el público puede adoptar un rol activo, ya que la dinámica está pensada para ello. En esta acción entra en juego la poesía y la performance con la finalidad de sumergirnos en las historias y conmemorar la memoria de las personas esclavizadas que habitaron las calles de Madrid.
Asimismo, nuestro compañero Yeison García realizó una ponencia en el Museo del Prado sobre el trabajo que venimos realizando, conecto el pasado colonial de las calles de Madrid con la presencia de pintores en el museo como José Carlos de Borbón, persona esclavizada por Carlos III, que perteneció a la denominada “Casa de los negros”. También sobre la historia de Juan de Pareja, persona esclavizada por Diego Velázquez, y visibilizó la historia de la niña María de la Luz Dávalos de Tinoco, quien fue regalada a María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, XIII Duquesa de Alba de Tormes, y retratadas ambas por Francisco de Goya.
Por último, los días 4, 5 y 6 de octubre estuvimos en La Casa Encendida, donde dentro del contexto del Festival Conciencia Afro dimos a conocer parte del proyecto que venimos haciendo hasta la fecha.
¿Con qué otras organizaciones o colectivos colaboran o se tienen diálogos y relaciones de complicidad?
Obviamente, destacamos nuestra casa, el Centro Cultural Espacio Conciencia Afro, donde ha germinado esta semilla y desde la cual podemos llegar a diferentes públicos y, por supuesto, contar con su ayuda para necesidades específicas del proyecto.
También hacemos mención especial a nuestro compañero José Ramón Hernández Suárez, fundador del espacio Osikán Vivero de Creación y comisario de la Picnic Session 2024. […] Fui al monte y traje cosita buena pa'uté.
Igualmente hemos mantenido diálogos con otras hermanas y hermanos que están impulsando recorridos, desde otras dinámicas y perspectivas tanto en el propio Madrid, como Afro Hispánica Tours, o en Sevilla con la asociación Sevilla Negra. Sabemos que hay más recorridos en nuestro país y una idea que ya hemos compartido con algunas, es la de crear un congreso o jornada de proyectos que estén trabajando la memoria desde la generación de recorridos.
Asimismo, realizamos una visita al archivo de la Fundación Gladys Palmera. Nuestra idea es poder generar un marco de colaboración que parta de la investigación artística y la generación de nuevas acciones que visibilicen la presencia en Afro en Madrid.
Además, contamos con varios semestres de experiencia trabajando con el programa Tufts-Skidmore España, un programa financiado por las dos instituciones antes mencionadas en aras de concientizar a les estudiantes estadounidenses sobre cómo se manifiestan los sistemas de opresión en España. Para lograrlo, estamos especialmente en deuda con la profesora Esther Mayoko Ortega, quien imparte clases en el programa sobre las interseccionalidades y quien ha fungido como una figura de apoyo esencial a nuestro desarrollo a nivel pedagógico.
Creemos que compartir la memoria y el conocimiento nos puede hacer crecer como colectivos investigadores, además de inspirar a otras personas para seguir generando materiales, crear archivos y patrimonio. Ni la memoria, ni el patrimonio, ni la construcción de archivos nos pertenecen a un solo colectivo o proyecto. Es preciso que se fomenten diferentes ramificaciones, diferentes líneas de investigación, que se crucen, que asuman la complejidad de generar procesos de reconocimiento de nuestra memoria.
¿Cuáles son los principales desafíos y obstáculos que enfrenta el colectivo?
El principal desafío como colectivo es conseguir nuestro objetivo de generar un debate que permee a diferentes sectores de nuestra sociedad. En este sentido, creemos que es urgente que se amplíe la idea que tenemos de memoria histórica. Hasta la fecha, en los debates sobre memoria histórica y democrática, no hay espacio para hablar sobre colonialismo y esclavitud. Pensamos que este es un déficit democrático que afecta en la forma en la que abordamos nuestro pasado, pero principalmente en cómo analizamos nuestro presente y futuro.
También pensamos que, si la apertura de estos debates no está conectada con la necesidad de cambios estructurales antirracistas, se estaría abordando esta cuestión sólo de manera superficial. Uno de nuestros grandes retos es, junto a muchos otros colectivos, proyectos y personas, hacer que la conciencia histórica antirracista, que conecta la idea de cambio de imaginarios con la de cambios estructurales, esté al centro del debate sociocultural de España. Allí las herramientas de la creación artísticas son fundamentales para llegar a lugares que el discurso activista no llega.
Por otra parte, al igual que sucede en otros colectivos, tenemos el desafío de contar con los recursos económicos suficientes para poder llevar a cabo nuestras labores de investigación y de creación. En ese sentido, estamos presentando el proyecto a diferentes convocatorias, bienales y becas. Hasta la fecha, gran parte de nuestro trabajo es voluntario.
Quisiera que nos platicaran por último sobre sus impresiones en torno a la política económica del ecosistema cultural de Madrid. ¿Qué significa que mucho del trabajo de pensamiento y praxis decolonial y antirracista se lleve a cabo desde el voluntariado y la dificultad de sostener económicamente los proyectos? ¿Qué falta para que espacios como Osikán o La Parcería, después de varios años activos, logren sostenerse a largo plazo?
La política económica del ecosistema cultural de Madrid está encerrada en prácticas y narrativas que reproducen el orden colonial-racial. Estas dinámicas de jerarquización racial atraviesan gran parte de los procesos de acceso a los espacios de poder y a la financiación pública y privada. Aunque organizaciones como Osikan, La Parceria, Conciencia Afro, Felipa Manuela, Colectivo Ayllu y muchas otras organizaciones, con su trabajo, están cambiando ciertas dinámicas entorno a la inercia histórica de exclusión racial que todavía sigue muy presente. Es por ello que, aunque hay conceptos decoloniales y antirracistas que están cada vez más presentes en los debates que se producen en el ecosistema cultural, realmente no hay un reconocimiento de la agencia política y creadora del tejido cultural antirracista de Madrid. Esto nos lleva a preguntarnos si la utilización de nuestras narrativas responde más a un momento coyuntural, a un gesto exotizador de la blanquitud, a un intento de neutralizar los procesos que se están generando en el contexto madrileño.
Sea lo que sea, el sostenimiento a largo plazo de nuestros proyectos dependerá de cómo nos situamos estratégicamente en este contexto, en cómo generamos estrategias de acuerpamiento comunitario, en cómo ensanchamos aquellos lugares en los que empezamos a estar para entrar todas las que podamos, la blanquitud no lo hará por nosotras.
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