Los March, los más grandes

El próximo 4 de noviembre hará 50 años desde que el empresario y financiero Juan March Ordinas creara la Fundación Juan March con una dotación de 2.000 M. de pts. de los de entonces, una cantidad sin precedentes en Europa, lo que le convertía en el mayor mecenas de la cultura e investigación en España. Para conmemorar este primer medio siglo de existencia -uno de cuyos hitos fue la adquisición en 1960, por 10 M. de pts., para la Biblioteca Nacional del "Cantar de Mío Cid"- su director, Javier Gomá, presentó la pasada semana el programa de actividades y anunció, también, el proyecto de ampliación del Museo de Arte Abstracto de Cuenca, aunque se encuentra aún en una fase muy inicial. "Se trata -declaró a ABC- de una propuesta del Ayuntamiento y consistiría en la duplicación del espacio actualmente disponible". Este proyecto de ampliación, de llevarse adelante, estaría a cargo del arquitecto Juan Navarro Baldeweg.

Gomá distinguió dos épocas en la vida de la institución, cuyo parteaguas fue la construcción del edificio de la calle Castelló, donde tiene actualmente su sede y que ahora cumple treinta años. "Cambió el signo de la fundación que, hasta entonces, se había dedicado fundamentalmente a otorgar becas, algo que entre 1973 y 1975 ya comenzaban a hacer otras fundaciones e instituciones públicas. El nuevo edificio permitió dedicar todo el esfuerzo a la promoción de actividades culturales de prestigio, en especial, exposiciones". De hecho, a lo largo de estos años se han concedido 5.300 becas y ayudas y se han celebrado 550 exposiciones monográficas de grandes artistas internacionales, principalmente del siglo XX, entre las que destacan las referidas a Picasso, Roy Lichtenstein, Matisse, Motherwell o Hockney. A este respecto, Gomá adelantó que, entre octubre y enero próximos, se realizará una gran exposición, titulada "Celebración del arte", en la que se reunirá una obra de los grandes maestros que han expuesto en sus salas, como Bacon, Cézanne, Chagall, Dalí, Degas, Giacometti, Gris, Kandinsky, Manet, Mondrian, Picasso, Munch, Rothko, Mondrian, Warhol, entre otros.

En la actualidad, el patrimonio de la Fundación alcanza las 1.600 obras, de las que 527 son pinturas y esculturas y el resto grabados y dibujos. Iniciada en la década de los 70, la colección se incrementó notablemente en 1980 con la donación, por parte de Fernando Zóbel, de su colección del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, que recibe anualmente unas 35.000 visitas. En 1987 compró la colección Amos Cahan de Nueva York. En 1990 se abrió el Museu d''Art Espanyol Contemporani de Palma de Mallorca, donde se ofrece una selección de 70 obras de arte español del siglo XX, correspondientes a 52 artistas. De los 9 M. de Euros que tuvo de presupuesto la Fundación en 2003, mas de 2 M. fueron destinados a actividades artísticas.

Una de las mayores fortunas del mundo

A su muerte, en 1962, Juan March era el hombre más rico de España y la séptima fortuna del mundo. En esa fecha su patrimonio rondaría los 60.000 M. de pesetas (1.000 M. de dólares), lo cual le posicionaría entre las más importantes fortunas del mundo, según se revela en la recién publicada y muy documentada pagina en internet canverga.com, creada por Miquel Monjo, descendiente de la hermana de Juan March. Después de su muerte apareció un sorprendente testamento que legaba casi todo su patrimonio a su hijo primogénito y a los descendientes de éste, en detrimento de su segundo hijo. Herido de muerte, tras un enigmático accidente, sus últimos pensamientos fueron para la Fundación que lleva su nombre, a la que habria donado otros 1.000 M. de pts. Lo propio hizo su hijo y principal beneficiario de su herencia, Juan March Servera, cuando falleció en 1973.

Ya en 2003, y segun la revista Forbes, los banqueros mallorquines Juan y Carlos March se sitúan entre los 216 más ricos del mundo, con 2.400 M. de dólares frente a los 1.700 del año pasado. Parece claro que los hermanos March no se han dedicado a vivir de las rentas, sino que han sabido conservar y acrecentar el capital recibido. De hecho, es la única fortuna clásica del franquismo -en contraposición al caso de los Fierro o los Coca- que no sólo ha pervivido, sino que ha crecido en tamaño e importancia de forma palmaria.

A diferencia de su abuelo, al que Arturo Dixon bautizó como "Señor Monopolio", los herederos de aquella inmensa fortuna han apostado por vender las grandes empresas que monopolizaban y fundir parte de este capital en la Corporación Financiera Alba (la cual por cierto es la derivación de Cementos Alba constituida por Juan March en 1954), para a su vez invertirlo en grandes empresas y multinacionales generalmente con porcentajes minoritarios.