Lo que la ruralidad ha unido que no lo separe la urbe: una aproximación al futuro de lo rural desde el arte actual

Sería un error no reconocer que la pandemia está sirviendo de catalizador a la hora de seguir impulsando y acelerando la renacida manera de proyectar el ámbito rural desde el arte actual, pero, igualmente, lo sería tratar de buscar en esta emergencia sanitaria su única causa. 

Y es que el auge y surgimiento de nuevos centros rurales así como un cada vez mayor grupo de artistas españoles tratando temás actuales y futuros de gran calado como sostenibilidad, ambientalismo, cambio climático, alimentación, territorio, despoblación, nueva ruralidad, crisis sanitarias, escasez de recursos, extractivismo..., es una realidad que lleva años imponiéndose.

Una de las últimas iniciativas en montarse al carro es el nuevo Centro Cultural Ras de Terra, en Villanueva de la Vera (Cáceres), que acaba de abrir sus puertas con la exposición "Lugares de Abandono" de la artista madrileña Mónica Sánchez-Robles. 

Sus responsables ya avanzan una programación cultural con diversas actividades para todos los públicos y la apertura de Residencias Artísticas, previstas para principios de 2022. 

Entre los objetivos de Ras de Terra está el establecer diálogos entre creadores de diferentes ámbitos y la ciudadanía local en línea con los valores de la iniciativa de la UE, Nueva Bauhaus Europea, un prestigioso programa del que forman parte desde el pasado mes de abril como 'Official Partner'. 

Quizás es demasiado pretencioso hablar de una red de centros e iniciativas rurales para el arte actual, o, quizás, no. Eso depende con la vara con la que se mida. 

Desde luego, que centros con enfoques y pretensiones hacia lo rural dando voz al arte actual no faltan en España, desde el ahora en horas bajas Centro de Arte y Naturaleza (CDAN), a la cada vez más asentada Fundación Cerezales Antonino y Cinia, pasando por Centre d'Art i Natura de Farrera (CAN), el Museu de la Vida Rural, el Centro de Arte y Naturaleza Cerro Gallinero o el Centre d’Art la Panera.

De hecho este último, atendiendo a la consabida "la unión hace la fuerza", convoca anualmente las "Becas de Arte y Naturaleza la creación", en colaboración con el de Farrera, el Museu de la Vida Rural y la Fundación Cerezales, con el objetivo de promover la investigación y la creación en el campo de las artes visuales. 

Algo similar propone la Convocatoria NUDO/KNOT para artistas e investigadores, impulsada por la referida Fundación Cerezales Antonino y Cinia, desde donde también están organizando junto la Universidad de León, "Materia (in)distinta. Imágenes, futuros y ecologías a cielo abierto", unas jornadas para abordar la relación entre humanos y no humanos, la biosfera, la imagen y la tecnología, que están enmarcadas en las actividades de mediación de la exposición actual de la Fundación, "A punto de ser nada" y son dirigidas por Luis D. Rivero Moreno, profesor de la Universidad de León; y Alfredo Puente, curador de la Fundación, con quien hace poco charlamos.

Cómo no, lo digital también ha entrado en juego. Ahí, esta enclavada la iniciativa MUV, impulsada por la Fundación María José Jove, de A Coruña, donde los creadores españoles preocupados y atentos por el futuro de lo rural tienen una buena aliada.

Y, como no podría ser de otra manera, algunos de esos creadores están, desde hace años, en la punta de lanza de la nueva ruralidad a nivel internacional. 

Son los casos, por citar solo dos, de Asunción Molinos Gordo (Aranda de Duero, España, 1979) o Fernando García Dory (Madrid, 1978).

Gordo cuestionando las categorías que definen "la ‘innovación’ en el discurso dominante actual, explorando las diferentes formas de dominación intelectual desde lo urbano a lo rural". 

Y García Dory, trabajando en el campo del arte y activismo, desarrollando proyectos de arte y estrategias de colaboración, vinculados a la cuestión agraria en nuestros días, a través de sus iniciativas INLAND - Campo Adentro y CAR - Centro de Acercamiento a lo Rural.

Además, son cada vez más lo eventos que buscan tratar el tema del futuro de lo rural. Así, hace unos días, se inauguró en Portillo (Valladolid) el proyecto "Re_hacer", donde 20 artistas contemporáneos intervienen en 6 alfares.

Como defiende el sociólogo estadounidense Richard Sennet en 'El Artesano', "se plantea la necesidad de rehacer, en el sentido de repensar la vigencia de los saberes tradicionales, el futuro del medio rural y el consumo sostenible, planteando una reflexión coral desde múltiples disciplinas". 

Por su parte, la artista Bettina Geisselmann, coordinadora del proyecto y participante de la muestra, explica: "Entendemos que la pertinencia de modelos de fabricación artesanales cobra sentido desde una perspectiva actual, dentro de una economía sensible a la escasez de recursos y al medio ambiente”.

Igualmente, desde tierras valencianas llega el 1 de octubre "AVAN / 01: Sembrar mons",  una propuesta multidisciplinar en el medio rural organizada por AVAN, una red de centros rurales y asociaciones de las localidades de Vilanova d'Alcolea, Villafranca, Forcall, Vivero y San Mateo que tiene como objetivo crear comunidad y reforzar el sentimiento de pertenencia, además de establecer sinergias y encontrar sistemas de colaboración entre los diferentes instituciones y colectivos implicados en el proyecto.

Y en la localidad riojana de Viniegra de Abajo hace más de un año que opera VACA - Viniegra Asociación de Cultura & Arte con el objetivo de trabajar "desde la economía de recursos, la sostenibilidad de las acciones, la calidad de las propuestas y el respeto al lugar."

Del mismo modo, hasta el próximo 7 de noviembre se exhibe en el Museo de Zamora la muestra "FUERA DEL MAPA. Paisaje y distopía", un proyecto fotográfico de Cristina Zelich en torno a la radical transformación del territorio zamorano originada por la construcción de grandes infraestructuras para la producción de energía.

Fuera del mapa "surge como reflexión sobre un modelo concreto de desarrollo energético y su abrumadora impronta espacial, determinada por el fracaso de algunas iniciativas como la construcción de la central nuclear de Moral de Sayago o por el severo impacto de otras, como las grandes obras hidráulicas, que acarrearon la desaparición de paisajes completos y el nacimiento de otros nuevos a una velocidad desconocida hasta entonces".

Y, también hace tan solo unos días, tuvo lugar "Vivir juntos. Territorio, comunidad, recursos", un ciclo de debates y seminarios  en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), que, bajo el comisariado de los directores de la XV Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo -Óscar Miguel Ares, Eugeni Bach y Anna Bach- junto con el equipo del CCCB, se ha tratado de repensar, desde la arquitectura y el urbanismo, "cómo se puede equilibrar la vida y las comunidades entre las zonas más y menos pobladas del país, manteniendo siempre una actitud respetuosa con el territorio y sin perder de vista que las zonas rurales son las que nutren los núcleos urbanos en cuanto a alimentos, energía y materias primas".

Aunque no es fácil mantener un equilibrio que establezca de forma continuada y sostenible la conexión entre lo rural y lo urbanita, y lo local y lo global, a través del arte actual, en momentos de crisis intelectual (y sanitaria), este tipo de proyectos e iniciativas así como los artistas y curadores que los impulsan, lo tratan de establecer, convirtiéndose en una de las pocas esperanzas (entre tanto sinsabor capitalista) en encontrar salidas/respuestas a las acuciantes cuestiones del tiempo presente e inmediato futuro.