Actualidad 07 jun de 2017
por ARTEINFORMADO
Vista del evento
Dani Levinas: "Juntémonos diez coleccionistas y hagamos algo que muestre que no tiene importancia el tema de los impuestos, que queremos ayudar".
Fernando Panizo: En España "sobre todo lo que hay son coleccionistas silenciosos, que, por distintas circunstancias, no quieren proyectar su colección a la sociedad, ahí radica una diferencia notable entre el coleccionismo español y el latinoamericano".
Dos coleccionistas, el argentino Dani Levinas y el español Fernando Panizo, dialogaron ayer, por invitación de ARTEINFORMADO y el diario bez.es, ante un auditorio de unas 50 personas, muchos de ellos también coleccionistas además de galeristas, comisarios, gestores culturales y artistas, con la convicción de que, además de comprar arte, hay que impulsar otras muchas iniciativas en favor del arte.
Bajo el título de "Coleccionismo español vs. Coleccionismo latinoamericano. Modos de coleccionar", Dani Levinas, Presidente de la Junta Directiva de The Phillips Collection de Washington, dijo ubicarse entre ese grupo de coleccionistas que, al margen de sus colecciones, "están interesados en ayudar a la promoción del arte y yo me encuentro entre esa gente, si conozco un artista que me gusta, trato de promocionarlo, trato de hacer que ese artista lo conozcan en otras galerías, que otros coleccionistas lo conozcan, que los curadores sepan que existe, por eso abro mi casa en Washington a museos, escuelas, universidades, para que vean cosas que no se ven en los museos".
En la misma línea, el español Fernando Panizo, impulsor del espacio de presentación de artistas Tasman Projects de Madrid, recordó que si bien "es muy importante conocer a los coleccionistas, es más importante conocer aquellos proyectos que se están desarrollando en el ámbito nacional para apoyar el mundo del arte, que hay muchos pero poco conocidos". Y lo dijo desde la convicción de que "la crisis que hemos sufrido en estos años, que ha implicado una reducción enorme de los fondos públicos y sobre todo de los fondos dirigidos al mundo de la cultura" está aquí para quedarse, por lo que "tenemos que visualizar un escenario en que los fondos públicos no van a crecer especialmente y que tendrá que ser la sociedad civil, los interesados en el mundo del arte, no sólo los coleccionistas, todos, los agentes, quienes empecemos a tomar posiciones más proactivas en favor de la comunidad creativa, en el desarrollo de este mercado artístico".
Sin duda a este objetivo ayudará lo que Dani Levinas identificó como una tendencia imparable en el mundo: el blanqueo (de dinero). "El mundo -dijo- se está blanqueando, y cuando se blanquee todo la gente va a empezar a mostrar lo que tiene, hoy no lo muestra porque no está blanqueado, pero se va a blanquear, tardará un año o tardará diez, en EE.UU. la gente muestra porque todo el mundo sabe lo que tiene, no hay nada que ocultar, hay gente más privada que otra pero no es que no se sepa que lo tiene, todo el mundo sabe quienes son los coleccionistas en EE.UU., en Argentina está pasando exactamente lo mismo."
Una observación con la que coincidió Fernando, al señalar que "es totalmente cierto que a medida que se vaya normalizando la situación del mercado de capitales y sea cada vez más difícil la utilización de dinero no declarado, naturalmente que va a haber muchas más posibilidades de que coleccionistas puedan expresarse más abiertamente, ahora yo creo que todavía hay algunas personas a las que les puede preocupar el impacto fiscal, a lo mejor ni siquiera porque hayan utilizado dinero negro, si no porque viene de herencias, viene de familia, no están declarados, no tienen facturas, hay una casuística muy compleja, pero creo que es una tendencia natural". Y añadió que en España "sobre todo lo que hay son coleccionistas silenciosos, hay muy buenos y grandes coleccionistas pero son coleccionistas que, por distintas circunstancias, no quieren proyectar su colección a la sociedad, ahí radica una diferencia notable entre el coleccionismo español y el latinoamericano, que se expresan públicamente más, quieren participar socialmente, desean tener tener una presencia en las grandes instituciones públicas, museísticas o universitarias que tratan sobre temas de arte".
Otra cuestión fue el destino de las colecciones. En palabras de Levinas, "el coleccionista no tiene tantas opciones con su colección, sabemos que un día no vamos a estar aquí, entonces tenemos la opción de dejársela a nuestros hijos, venderla o donarla. Venderla sí que produce un coste de impuestos. Si se la dejo a mis hijos, van a tener que vender las obras para poder pagar el impuesto de herencia. Entonces esto de donársela a un museo o abrir un museo propio o hacer una fundación tiene ventajas fiscales, pero además tiene la ventaja de que queda una cosa que tu hiciste con tanto amor y trabajo para que la vea la gente, uno colecciona porque en el fondo quiere que se sepa lo que uno coleccionó y que la gente lo pueda ver". Y concluyó: "hay que donar, si acá están esperando la Ley de Mecenazgo, creo que el Mesías va a llegar antes que esta ley, juntémonos diez coleccionistas y hagamos algo que muestre que no tiene importancia el tema de los impuestos, que queremos ayudar, elijamos al mejor artista español jóven, démosles becas, hay ejemplos en todo el mundo, donde hay organizaciones privadas, con fondos privados que ayudan a los artistas, hagan sus obras que luego nosotros vamos a tratar de colocar esas obras, contactemos a los curadores, a los directores de museos para que estos artistas puedan ser mostrados en esos museos, no hay que esperar al Gobierno, es muy dificil convencer a un político de que esto es importante". Y puso algún ejemplo de EEUU, donde surgen muchas organizaciones emprendidas por gente jóven, sin dinero, que quieren ayudar a los artistas o que ellos mismos son artistas. "Cuando estas instituciones hacen un programa que es interesante, los coleccionistas les apoyan y ayudan económicamente", concluyó.
Sobre el tema, Fernando hizo una reflexión diferente y recordó "hay una diferencia importante, pues cuando en EEUU o en Francia se produce una donación, tienes una deducción fiscal, deducción que en España es muy inferior". "La restricción fiscal es muy fuerte en el caso español", señáló antes de preguntarse si una modificación de la misma cambiaría radicalmente el modelo de coleccionar hasta aumentar sustancialmente el número de coleccionistas, a lo que se autocontestó con un "probablemente no de manera sustancial, creo que ayudaría al coleccionismo, pero los coleccionistas debemos actuar sabiendo que ese es un marco de restricción como en cualquier ámbito de la vida al que te tienes que adaptar, tenemos que actuar sabiendo que existe esa restricción y desarrollar nuevas iniciativas en favor del arte, y no sólo por la vía de la compra".
En su línea de restar importancia al tema fiscal como motivación del coleccionista, Levinas recordó que efectivamente "los grandes coleccionistas latinoamericanos quieren estar en los boards de las instituciones, lo que no es gratis, estar en el MoMA puede costar 250.000 Dólares al año". Y añadió: "Ahí viene el debate, se dice que ellos pueden hacer eso porque lo deducen de impuestos, es también falso, porque aunque lo puedan deducir de impuestos, también les cuesta, no les costará 100 de 100, pero les cuesta 70 de 100, lo hacen porque tienen un interés en aprender, por estar conectados con los curadores, por saber cuáles son las exposiciones que van a venir, lo hacen por ego, por información, hay muchas razones para estar en esos boards, en esos patronatos, así como hay diferentes coleccionistas que coleccionan diferentes cosas, tambien hay diferentes coleccionistas que están en diferentes lugares por diferentes motivos, no todos los coleccionistas son iguales, coleccionamos de forma diferente y queremos participar y ayudar de forma diferente", concluyó.
Y una observación última de Levinas: "Como participante de organizaciones sin ánimo de lucro en EEUU, cuya mayor preocupación es juntar dinero, porque no recibimos ayudas del Gobierno, tenemos envidia de los europeos que tienen tanta ayuda del Gobierno y sentimos envidia de los museos que aparecen en las pequeñas ciudades, hay que tomar conciencia de que para hacer las cosas, los ciudadanos tienen que empezar a hacerlo y en este caso somos los coleccionistas, con los galeristas, con los artistas, con los curadores y, quizá, hasta con la ayuda de los museos públicos, quienes tendremos que hacerlo". Y recordó el caso del museo donde él está, The Phillips Collection: "tenemos un presupuesto todos los años de 12 M. de Dólares, que hay que juntar. De ellos tenemos una cuota de 3 M. de Dólares que produce nuestro propio capital, que es un 'endowment', pero el resto hay que juntarlo, el director del museo ocupa el 70-80% de su tiempo en buscar dinero, más que en estar buscando qué exposicones va a hacer, eso se lo tiene que dejar a los curadores".
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