La polémica en torno a la exposición de Mon Laferte en Valparaíso: Arte, clase y meritocracia en tensión

Actualidad 26 feb de 2025

por REDACCIÓN AI

       

Imagen vía La Tercera

Imagen vía La Tercera

La exposición de Mon Laferte en Valparaíso ha desatado críticas de más de 500 artistas, quienes acusan al PCdV de priorizar intereses mediáticos sobre creadores con trayectoria. La institución defiende la muestra por su impacto cultural, mientras la polémica revela tensiones sobre clase, meritocracia y acceso a espacios artísticos en un sistema que perpetúa desigualdades.

Valparaíso, Chile – La exposición Te Amo. Mon Laferte Visual en el Parque Cultural de Valparaíso (PCdV) ha desatado una intensa discusión en el mundo artístico chileno. La muestra, inaugurada el 14 de enero de 2025 y extendida hasta el 16 de marzo, has sido visitada por más de cinco mil personas en poco más de un mes, lo que llevó a la institución a prolongar su duración. Sin embargo, esta decisión ha generado un fuerte rechazo entre más de 500 artistas visuales, quienes acusan que la extensión de la exposición ha desplazado a creadores previamente programados, reduciendo los plazos de exhibición de sus obras. La controversia no solo pone en evidencia tensiones en la gestión cultural, sino que también abre un debate profundo sobre la clase, el arte y la meritocracia.

La carta firmada por les artistas denuncia que la programación del PCdV ha privilegiado a figuras mediáticas como Mon Laferte en detrimento de creadores con mayor trayectoria en las artes visuales. Según les firmantes, el despido del Jefe de Programación, Alonso Yáñez Avendaño, se habría producido por su insistencia en respetar los acuerdos previos con les artistas afectades. «La cultura no puede ser manejada bajo lógicas de espectáculo o conveniencia política», señala el documento, exigiendo transparencia y respeto a los compromisos adquiridos. Esta postura refleja una crítica a la mercantilización del arte y a la priorización de intereses mediáticos sobre el desarrollo cultural.

Entre les firmantes, destacan nombres importantes de la escena artística local, como Arturo Duclos, Catalina Mena Ürményi, Andrés Durán, Mario Navarro, Jorge Brantmayer, Leslie Fernández, Camilo Yáñez, Francisco Gazitúa, Marcela Trujillo, Patricio Vigel, Manuel Stewart, Rainer Krause, Paola Villegas, Álex Chellew, Leonardo Portus, Álvaro Hoppe y Daniel Santelices Plaza, entre otres.

Algunas de las pinturas que forman parte de la exposición «Te Amo. Mon Laferte Visual» en el Parque Cultural de Valparaíso (PCdV)

Desde el PCdV, sin embargo, se ha defendido la exposición de Mon Laferte, destacando su impacto y relevancia cultural. En un comunicado, la institución lamentó que se intentara «afectar la imagen de una artista tan destacada» y reiteró su compromiso con todes les artistas nacionales. Además, subrayó que el 74% de sus actividades son gratuitas, incluyendo dos exposiciones actuales: La presencia de los ausentes, del periodista Nelson Muñoz, y TOMA / Sub-urbe, del artista visual Nemesio Orellana Martínez. A pesar de estas justificaciones, la polémica ha puesto en tela de juicio los criterios de selección y gestión de los espacios culturales.

La curadora de la exposición, Beatriz Bustos, ha defendido la muestra argumentando que Mon Laferte es una artista integral cuya obra visual merece un lugar en los espacios culturales. Sin embargo, esta defensa no ha sido suficiente para calmar las aguas. La cantante, por su parte, ha respondido a las críticas a través de un emotivo video en Instagram, donde relata su vida marcada por la adversidad y su ascenso como artista autodidacta. «Yo no ando queriendo ocupar el espacio de nadie, pero tampoco voy a andar disculpándome por ocupar el mío», afirmó, reivindicando su derecho a ser reconocida como artista.

Francisco Tapia, en su columna "Mon Laferte y los 500: Una cuestión de falsa conciencia" publicada en sus redes sociales el 19 de febrero, ofrece una perspectiva crítica desde el análisis de clase. Según Tapia, les artistas que protestan actúan como «pequeñoburgueses", preocupades por proteger su capital simbólico y su estatus dentro de un sistema que, en última instancia, les explota. Aunque critican la preferencia por figuras mediáticas como Mon Laferte, su lucha no cuestiona las estructuras capitalistas que rigen la producción y distribución del arte, ni el elitismo que le separa de otros campos laborales. Tapia argumenta que les artistas, al ser dueñes de sus medios de producción y decidir sobre su proceso creativo, ocupan una posición privilegiada en comparación con otros gremios de trabajadores. Su movilización, por tanto, no busca transformar el sistema, sino asegurar su lugar dentro de él. Esto, para el autor, revela una desconexión con las problemáticas sociales reales y una falta de compromiso con la construcción de un relato cultural alternativo al capitalismo.

«Autopoiética», exposición de Mon Laferte en el Centro Cultural Matucana 100, Santiago, 30 oct, 2024 – 19 ene, 2025. Producción museográfica por Cromolux. Fotografía por Nicolás Abalo

La polémica también revela un falso binarismo entre el arte «mainstream» y el arte «alternativo». Según esta lógica, mientras Mon Laferte representa a una artista mediática que atrae grandes audiencias, les 500 firmantes encarnan a creadores que dependen de fondos concursables, espacios institucionales y del éxito en el mercado artístico para visibilizar su trabajo. Sin embargo, como señala Tapia, ambos grupos están sometidos a la lógica del capital. La disputa por los espacios culturales no cuestiona la mercantilización del arte, sino que reproduce las dinámicas de competencia y exclusión propias del sistema.

En un artículo de José Tomás Fontecilla, publicado por Artishock el 25 de febrero de 2025, titulado "Mon Laferte: El gusto y la distinción", se profundiza en esta discusión. Fontecilla sostiene que la polémica en torno a la exposición de Mon Laferte revela tensiones profundas sobre el gusto y la distinción en el campo artístico. Aunque la discusión ha abordado temas como el acceso a la cultura y el sistema capitalista del arte, el núcleo del rechazo radica en que Laferte no siguió el tradicional «vía crucis» de sacrificio y validación paulatina que exige el mundo del arte, lo que la convierte en una intrusa para muches artistas establecides dentro del sistema del arte contemporáneo. Este rechazo refleja una defensa gregaria de los espacios consagrados y una resistencia a romper con las estructuras jerárquicas del sistema, donde el reconocimiento de los pares es crucial para legitimar a un artista. Según el autor, la falta de coherencia en las críticas y la selectividad de las protestas evidencian que, más allá de argumentos altruistas, lo que está en juego es la preservación de un orden establecido que privilegia a quienes han pasado por el sufrimiento y la validación tradicional del circuito artístico para ganarse su lugar dentro del mismo.

Vista de la exposición «Te Amo. Mon Laferte Visual» en el Parque Cultural de Valparaíso (PCdV), Chile; 14 de enero al 16 de marzo, 2025. Fotografía por Pablo Ovalle

La polémica en torno a Mon Laferte y el PCdV trasciende el ámbito artístico para convertirse en un reflejo de las tensiones sociales y económicas de Chile. Por un lado, está la lucha de les artistas visuales por mantener su espacio y poder en un sistema que prioriza lo mediático y lo rentable. Por otro, está la defensa de Mon Laferte, quien, desde su experiencia de vida y su autodidactismo, reivindica su lugar en el mundo del arte. En medio de este debate, surgen preguntas que tensionan el binarismo con el que se aborda este caso: ¿quién decide qué es arte y quién merece exponerlo? ¿Cómo se equilibra la visibilidad de figuras mediáticas con el apoyo a creadores emergentes? Y, sobre todo, ¿cómo se construye una cultura que no reproduzca las desigualdades de clase y la lógica burguesa del elitismo?

En última instancia, esta controversia revela la necesidad de repensar la gestión cultural desde una perspectiva radical en cuanto a clase y redistribución de recursos. Mientras les artistas exigen transparencia y respeto a las instituciones, y Mon Laferte defiende su derecho a ocupar un espacio ganado con esfuerzo, el sistema cultural sigue operando bajo lógicas que benefician a unes pocos en detrimento de muches. La solución, tal vez, no esté en elegir entre lo popular y lo académico, sino en construir un modelo que integre ambas dimensiones sin sacrificar la diferencia y la conciencia de clase. Solo así el arte podrá cumplir su rol como herramienta de transformación y no como reflejo de las mismas desigualdades que busca cuestionar.



¿Quieres estar a la última de todos los premios y concursos que te interesan?

Suscríbete al canal y recibe todas las novedades.


Recomendaciones ARTEINFORMADO

Premio. 01 feb de 2025 - 28 feb de 2025 / Madrid, España

Artistas en Residencia 2025

Ver premios propuestos en España

Exposición. 21 feb de 2025 - 01 jun de 2026 / Museo Guggenheim Bilbao / Bilbao, Vizcaya, España

Tarsila do Amaral. Pintando el Brasil moderno

Ver exposiciones propuestas en España

Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España

Máster PHotoESPAÑA en Fotografía 2024-2025

Ver cursos propuestos en España