La Fundación Cerezales Antonino y Cinia estrenará nueva sede en 2016

La Fundación Cerezales Antonino y Cinia, en la localidad leonesa de Cerezales del Condado, tiene previsto inaugurar su nueva sede, diseñada por el arquitecto madrileño Alejandro Zaera-Polo, durante el primer semestre de 2016, según avanza su comisaria jefe, Rosa Yagüez, en conversación con Gustavo Pérez Diez de ARTEINFORMADO. Gracias a este nuevo edificio, realizado enteramente en madera y totalmente sostenible, la fundación pasará de 240 metros cuadrados -actualmente se aloja en lo que eran las antiguas escuelas- a 2.700 metros cuadrados, entre los que se ubicarán una sala de exposiciones con 500 metros cuadrados, dos almacenes, uno de ellos climatizado, y un auditorio.

Por otro lado, Yagüez comenta que, además de ampliar las instalaciones, se siguen poniendo las bases de una colección futura, a la que se refiere como "una colección pública desde el ámbito privado". Se trata, según la curadora jefe, de una 'colección archivo', ya que sirve de registro de las actuaciones que han realizado y les sirve de ayuda para promover la difusión y la colaboración con otras instituciones. Pero si de algo se siente orgullosa Yagüez, en los seis años que lleva operando la Fundación, es de "haber conseguido entrar y formar parte de la vida de la gente del territorio". Estas son sus respuestas.

ARTEINFORMADO (AI): ¿Cuándo tenéis prevista su apertura? ¿Cuál será la inversión realizada?

ROSA YAGÜE (RY): La fecha prevista de fin de obra será entre octubre y noviembre de 2015 y su apertura nos gustaría que fuese durante el primer semestre de 2016, antes del inicio del verano. No tenemos ninguna presión de cortar cintas ni nada. La inversión es de 3,5 M. de Euros, sin impuestos. Esta cifra es la que salió a concurso con los arquitectos, por lo que se trata de un punto de partida para ellos, ya que luego habrá que sumarle otras partidas importantes como los equipamientos, etc...

AI: ¿Qué mejoras funcionales y organizativas traerán las nuevas instalaciones?

RY: Son evidentes. Pasamos de 240 metros cuadrados -el de las antiguas escuelas que pasarán a ser las oficinas-, a tener en torno a 2.700 metros cuadrados. No todos son aprovechables porque ahí están incluidas tambien instalaciones y equipamientos que están embutidas en el edificio para no sacarlas fuera. La mayor parte del edificio es de una altura, como la sala de exposiciones, el lobby y el auditorio, pero hay zonas con dos. Entonces pasamos de la estrechez y de las ataduras que supone un espacio tan pequeño a tener los espacios adecuados para cada actividad que realizamos, como una sala de exposiciones de 550 metros cuadrados y aulas de etnoeducación, aulas para impartir talleres relacionados con las exposiciones.

En estos años hemos medido muy bien las necesidades en relación con las actividades que hacemos

AI: Estáis ya trabajando sobre la nueva programación. ¿Nos puedes adelantar algúna información al respecto?

RY: Sí, claro. Las líneas de trabajo van a continuar siendo las mismas. Actualmente, nuestro equipo lo conforman siete personas y tenemos cien actividades anuales. No podemos ir mucho más allá. Pero si que vamos a potenciar más el programa destinado a música, ya que contaremos con un auditorio, dos salas de ensayo y camerinos. Pero todo ello lo desarrollaremos en colaboración con otras instituciones de España con las que ya venimos colaborando.

AI: En estos momentos tan complicados, con fuertes recortes en el sector público, es el sector privado quien está cobrando un mayor protagonismo, ¿Qué papel debe jugar una institución privada, sin ánimo de lucro, como la vuestra?

RY: Nuestro capital fundacional es de 3 M. de Euros y como fundación tenemos un tope legal con el que debemos funcionar, que son los intereses que produce ese capital, pero el 25% tiene que reinventirse en el capital fundacional. Por otro lado, nuestro presupuesto lo hemos ido incrementando cada año poco a poco. Empezamos con 200.000 Euros y actualmente es de 350.000 Euros. En un futuro habrá un incremento pero será muy controlado y previamente aprobado por el Patronato.

Por otro lado, para esta expansión que estamos haciendo hemos recibido una nueva aportación fundacional de Antonino Fernández para garantizar la sostenibilidad. De hecho, esto último lo hemos tenido muy presente para acometer este proyecto. Te pongo un ejemplo. Nos va a costar energéticamente al mes menos que ahora las escuelas, porque es un edificio totalmente sostenible. En lo que más hemos invertido es en temas de sostenibilidad. Además, las escuelas también se van a adaptar.

Como sabes, estamos ocupando un pequeño espacio en la zona rural leonesa que consideramos que está desatendida. Creemos que a futuro si que podrá ser un aportación importante por las implicaciones que tiene y lo que vemos que estamos ya recogiendo. A nivel práctico estamos muy penalizados por un IVA del 21%, porque nosotros al ser fundación no lo recuperamos y esto empequeñece aún mas nuestro presupuesto. Estamos muy decepcionados con que la Ley de Mecenazgo no haya salido aún. Teníamos muchas esperanzas depositadas en ella.

AI: ¿Qué numero de proyectos expositivos programáis al año y, sobre todo, por qué tipo de proyectos vais a seguir apostando?

RY: Depende del año. Este 2014 hemos hecho dos. En relación a arte hacemos al año tres exposiciones, que pueden ser un artista único, como fue con Carlos Irijalba (Pamplona, 1979), o exposiciones que siguen un proyecto, que son colectivas y que se puede decir que entran dentro de una idea de ciclo. Luego, además, hacemos trabajos de producción.

A nivel de proyectos hemos decidido no dar una beca. Porque pensamos que las becas se dan más para beneficar más a las instituciones que las crea. "Nosotros lo que hacemos es financiar tiempo de creación de artistas". Se habla con distintos artistas que normalmente son artistas que nos interesa la línea que siguen. Y que su trabajo pueda beneficiar a los objetivos que perseguimos y que case con nuestra línea de actuación. Hay un seguimiento por parte del artista y de la Fundación. Por otro lado, en una beca hay un timing y un dinero, sin embargo, aquí, eso no existe a priori. Dependiendo del proyecto surgen unas necesidades que se cubren, pero siempre en relación a nuestro presupuesto.

Es el equipo curatorial en todo momento quien decide los proyectos

Comenzamos con "Territorio_archivo" de Chus Domínguez (León, 1967), un proyecto que sigue realizándose. Se trata de un proyecto muy importante para nosotros. Este año es Daniel G. Andújar (Almoradí, Alicante, 1966), quien ha estado en Cerezales. El proyecto va sobre "bibliotecas personales en el mundo virtual" y ha puesto el punto de vista en lo comunal. Son distintas personas del entorno de Cerezales y de la zona las que participan y aportan pues todo lo que piensan que puede encajar en esta biblioteca. Este proyecto va a formar parte de la exposición individual "Sistema Operativo", que inaugura, el próximo 20 de enero, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

Además, estamos trabajando con el fotógrafo Álvaro Laiz (León, 1981) en un proyecto que se llama "Amba" que ha sido seleccionado por la agencia Mágnum. Nos interesamos por él, estaba con la galería Fúcares, y hace dos años empezamos hablar con él de intentar hacer algo, y nos gustó y nos comentó de hacer esto, y aunque el proyecto está en otra parte del mundo, en el Extremo Oriente Ruso, la idea al final es la misma, estamos contando lo mismo, el respeto al territorio.

AI: Colaborar con instituciones y galerías forma parte de vuestro ADN. Explícanos, ¿Cómo desarrolláis y cómo son este tipo de relaciones?

RY: A día de hoy, siempre es que nos interesa algo que queremos mostrar en la Fundación. Por ejemplo, con La Casa Encendida de Madrid con la exposición del británico Luke Fowler (Glasgow, 1978) o con la Fundación Luis Seoane de A Coruña con la actual de Eduardo Outeiro (A Coruña, 1981), "Cabañas para pensar". Nos ponemos en contacto con ellos y se produce una colaboración que muchas veces pasa de la itinerancia como ha ocurrido con los dos ejemplos citados. O por ejemplo con la exposición de Xavier Miserachs (Barcelona, 1937 - 1998), que la hicimos con Fundació Fotocolectania de Barcelona, nos remitíamos a "Territorio_archivo", al estar también hablando de archivos fotográficos. Conseguimos que el Macba nos dejara los contactos de sus fotografías que los tiene en depósito.

Al ser una fundación pequeña necesitamos coproducir

Nos dirigimos a estas instituciones buscando esas historias que queremos contar, en cada momento, en nuestras exposiciones. Somos una institución pequeña y no podemos hacer grandes producciones por eso nos viene mejor colaborar para ahorrar costes. Ahora nos cuesta menos contactar con otras instituciones pero al principio fue más duro.

AI: Cuando se cumplen seis años de la apertura de la Fundación. ¿Qué balance haces de lo acontecido en ella?

RY: Balance muy positivo. Lo más destacable es que hemos conseguido entrar y formar parte de la vida de la gente del territorio, que era lo que más nos preocupaba. Poder integrarnos en este espacio y que no nos vieran como agentes externos, que nos parecía el objetivo más complicado. Era sin duda, el objetivo mas complicado. Por otro lado, hemos avanzado mucho como equipo y eso queda reflejado en la programación. Y por último, a nivel de visitas y participantes, en estos seis años, hemos logrado más de 50.000 en un pueblo de 30 habitantes censados.

Hemos conseguido entrar y formar parte de la vida de la gente del territorio

AI: Hace poco, en el segundo encuentro de Bcollector, en Gijón, te referiste a la colección que estáis creando como "una colección pública desde el ámbito privado". ¿Cuándo comenzasteis a coleccionar?  ¿Cuántas piezas integran actualmente la colección?

RY: Actualmente, contamos con diez piezas. No es nada. Pero sí que pensamos que es el germen para comenzar una 'colección archivo'. Hay escultura, con piezas de Eduardo Arroyo,  Castorina Fe Francisco y Tadanori Yamaguchi. También tenemos obras de Cristina García Rodero, Chema Madoz y Luis Gordillo, etc... Todas estas piezas hablan de la actividad que ha habido en la fundación desde sus inicios, por eso es como un archivo.

Queremos que sea una colección muy viva y no una wunderkammer, en torno a la cual trabajar en otras actividades futuras de la fundación, a nivel didáctico y a nivel de préstamos con otras instituciones. Además, el almacén donde se guarde la colección queremos que sea visitable. La evolución de la colección ha sido el de la Fundación y esto va a seguir siendo así en el futuro. No hay un presupuesto asignado para la colección, las piezas provienen de exposiciones y colaboraciones con los artistas, y esto está en otros presupuestos. Son el resultado de nuestras actividades y es como lo tenemos planteado.