La familia Chillida orquesta una gran operación comercial en Nueva York

A menos de cuatro meses del fallecimiento de la matriarca de los Chillida, Pilar Benzunce, y con las negociaciones con el Gobierno Vasco para la reapertura del museo Chillida-Leku (Hernani, Guipúzcoa) empantanadas, sus hijos comienzan a mover la obra de su marido, el escultor vasco Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924 - 2002), organizando una gran exposición, en pleno corazón de Nueva York, dirigida por la marchante de arte española Pilar Ordovás, quien viene colaborando con la familia del escultor vasco desde hace dos décadas y que supone la tercera exposición que organiza sobre Chillida.

No obstante, esta operación, con marcados tintes comerciales y promocionales, algo que ha reconocido Ignacio Chillida, uno de los hijos del escultor, y la propia Pilar Ordovás, en declaraciones al diario ABC, debe haberse iniciado hace ya bastantes meses atrás, dada su complicada gestión.

Lo que sí queda claro, es que se ha planificado con dos objetivos prioritarios, "reintroducir a Chillida en las nuevas generaciones de coleccionistas americanos", según Ordovás, lo que es lo mismo que decir en el mercado mundial, y, por supuesto, encontrar comprador para seis de las ocho obras que han viajado desde Chillida-Leku, todas de gran formado y ejecutadas por Chillida entre 1990 y 2000, cuyo valor oscila entre los 2 y los 12 M. de Dólares por pieza.

Dada la embergadura y dimesiones de las obras, alguna de ellas alcanza las 21 toneladas, la exposición temporal o de formato pop-up, titulada "Chillida: Rhythm-Time-Silence", estará abierta al público del 30 de octubre al 19 de diciembre en la sede temporal de Ordovas en Madison Avenue 488, un impresionante espacio expositivo en el midtown neoyorquino de casi 1.000 metros cuadrados recientemente remodelado por los arquitectos Thomas Croft y David Hotson. 

Así, los viandantes podrán comtemplar algunas de las más emblemáticas obras en gran formato del considerado como el escultor español contemporáneo más importante, quien no tenía una exposición monográfica en la gran manzana desde la que le dedicó el Guggenheim Museum en 1980.

Por ello, tampoco parece casualidad, que para poner fin a un cuarto de siglo de ausencia en esta ciudad, la apertura de la exposición coincida con el inicio de la temporada de subastas de otoño en Nueva York, y, menos aún, que dicha exposición pop-up se encuentre en los aledaños de la sede de la casa de subastas Christie's, vecina al Rockefeller Center, por lo que, Ordovás, quien trabajó en Christie's Londres durante 13 años, habría planificado la inauguración teniendo muy en cuenta el gran número de renombrados coleccionistas y directores de los principales museos del mundo que acuden durante este arranque de temporada.

Por otro lado, a pesar de que Ordovás es una gran conocedora del mercado primario y secundario londinense, donde ha desarrollado la gran parte de su carrera profesional, no ha dudado en plantear tan significativa operación comercial en Nueva York.

Esto último, no sorprende, y menos en el caso de una gran experta del mundo del arte, dado que la mejor plaza para volver a posicionar a gran altura la obra de un artista es la capital financiera del mundo, donde Ordovás para la gestión de dicho proyecto habría abierto una oficina, según figura en la web de su galería.

Y es que, la ciudad de los rascacielos, que a nadie se le escape, sigue siendo, un año más, pero si cabe aún más fortalecida, la capital mundial del mercado secundario de arte contemporáneo, con el 97% de las ventas en EE.UU. y con el 36% del mercado mundial de más alta gama, según refleja el último informe de Artprice para este segmento.

Con esta operación comercial, los Chillida, mientras siguen esperando una respuesta positiva del Gobierno Vasco para poner en funcionamiento el Chillida-Leku, lanzan un fuerte órdago en el principal plaza del comercio del arte, donde se encuentran las mejores galerías, los mejores museos y los más importantes coleccionistas del mundo.