La elección de Angela de la Cruz como finalista del Turner pone en evidencia al sector artístico español

La gallega residente en Londres Angela de la Cruz (A Coruña, 1965) se ha convertido en la primera española en optar al Premio Turner que convoca la Tate Britain. Angela, que hasta ahora carece de una galería que la represente en España -donde no ha tenido exposiciones individuales desde 2005-, trabaja desde hace tiempo con la londinense Lisson Gallery. Tras haber sufrido un derrame cerebral hace cuatro años que la dejó inmovilizada en una silla de ruedas y con dificultades en el habla, la artista española ha conseguido regresar al mundo del arte y acaba de inaugurar una exposición en el Camden Arts Centre de Londres bajo el título de " Angela de la Cruz: After". En los últimos tiempos, Angela sólo ha expuesto en España en algunas colectivas, entre las que han figurado muestras en las galerías madrileñas Max Estrella y Pilar Parra & Romero. Antes, en 2004, expuso en el MARCO de Vigo, comisariada por Carlota Alvarez Basso, una muestra que luego itineró al CAACde Sevilla en 2005.

Sus competidores en el Turner son la la escocesa Susan Philipsz (Glasgow, 1965), ya conocida en España donde ha celebrado exposiciones individuales en la Abadia de Santo Domingo de Silos, dependiente del Reina Sofía, en la Fundació Pilar i Joan Miró de Baleares y en CGAC - Centro Gallego de Arte Contemporaneo de Santiago de Compostela; el inglés Dexter Dalwood (Bristol, 1960); y el dúo The Otolith Group.

La feliz noticia de Angela ha vuelto a poner en evidencia al "establishment" artístico español, incapaz de promover más allá de nuestras fronteras a los artistas españoles que, con demasiada frecuencia, son avalados por galeristas extranjeros ante la pasividad de los representantes nacionales del sector. Cabría recordar aquí, entre los casos más sonados, los de Miquel Barceló, representado por el suizo Bruno Bischofberger; o Santiago Sierra (Madrid, 1966), que tras exponer en 1993 y 1994 con el galerista madrileño Angel Romero, emigró a México, donde recaló en la Galería Enrique Guerrero y en la -otra vez- Lisson Gallery de Londres. Sólo después fue fichado por la española Helga de Alvear, quien, al parecer, también se habría interesado últimamente por Angela de la Cruz. ARTEINFORMADO