La colección de arte iberoamericano de AECID reune más de 3.000 obras

Más de 3.000 piezas de arte iberoamericano forman parte de la colección que la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (AECID) ha ido reuniendo desde hace más de 60 años, a partir de la creación del Instituto de Cultura Hispánica, posteriormente transformado en el Instituto de Cooperación de Iberoamericana (ICI) y, desde hace 26 años, convertida en AECID.

Como decimos, en Madrid, la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (AECID) posee una de las mayores colecciones de arte hispanoamericano de nuestro país. La sede, ubicada en la Ciudad Universitaria, se encuentra en un edificio palacio proyectado por Luis Mª Feduchi e inaugurado oficialmente en 1951. Fue construido expresamente para albergar el Instituto de Cultura Hispánica que tenía como finalidad el estudio, defensa y difusión de la cultura hispánica incluyendo a  todos los países de lengua española (América Latina y Filipinas).

La colección, formada por casi 3.000 piezas, es el fruto de los fondos generados desde su creación hasta la actualidad, una colección desconocida, de carácter y valor muy vario, como vario es también el origen y la procedencia de los objetos que la componen: pinturas, esculturas, fotografías, cerámicas, textiles, artesanía... la mayoría iberoamericanos y que pertenecen a la época del Instituto de Cultura Hispánica (ICH) y, desde 1978, al Instituto de Cooperación de Iberoamericana (ICI). Son donaciones en agradecimiento por las becas y exhibiciones realizadas en su sala de exposiciones, que anualmente se celebraban desde el mes de octubre a junio. Los artistas iberomericanos se alojaban durante un par de años, gracias a becas concedidas por el ICH, en el Colegio Mayor Hispanoamericano Nuestra Señora de Guadalupe -arquitectos y estudiantes de Bellas Artes en su último curso-.

El mayor número de piezas corresponde a pinturas (dibujos, grabados, acuarelas, óleos y otras técnicas) de artistas españoles e iberoamericanos que provienen de las exposiciones organizadas por el ICH desde 1951 hasta 1977, en las que se incluyen las Bienales Hispanoamericanas de Arte convocadas en 1951, 1954 y 1955 en Madrid, La Habana y Barcelona respectivamente. Artistas entonces desconocidos como Botero, Guayasamín , Obregón, C. Bernaldo de Quirós y, entre los españoles, Palencia, José Caballero, Ortega Muñoz, Redondela y Mallol, por citar algunos, y cuyas obras  se encuentran entre los fondos de la colección. La bienal permitió mostrar obras de las corrientes más avanzadas en ese momento y supuso un gran  impulso para el panorama artístico madrileño que se tradujo en la apertura de un mayor número de galerías de arte y abrió paso para las celebraciones y exposiciones de arte abstracto.

Otro acontecimiento importante fue la Exposición de Arte de América y España en 1963 que vino a cerrar la etapa de la política oficial de exposiciones iniciada 12 años antes. Se presentaron 663 obras de 195 artistas, de los cuales 43 eran españoles. Los países hispanoamericanos representados eran 26, incluidos EE. UU y Canadá. Las obras de los artistas premiados como Rodolfo Abularach, Jose Milner, Ramón Dorrego, Carlos Cañas, Carlos Colombino, Gastón Orellana y algunos más se conservan en la AECID.

El arte naïf, que era un movimiento desconocido y nada apreciado en España, fue impulsado desde el ICH con una exposición itinerante organizada y titulada "Primitivos Actuales de América" en 1967 con 169 obras de 48 artistas de diversos países hispanoamericanos. 26 de esas obras se conservan entre los fondos de la colección.

Un año después, en 1968, el ICH presentó en el Museo de América una macro exposición con 5.000 piezas, algo impensable en nuestros días,  sobre Arte Popular de América y Filipinas, donadas por sus propietarios al Instituto. De ésta, sólo se conserva un número reducido en la sede, ya que el resto se encuentra depositado en un museo canario.

En definitiva, todas las corrientes artísticas desde los años 50 están, en mayor o menor medida, representadas: informalismo, arte pop, abstracción geométrica, neofiguración, expresionismo abstracto,...

De la etapa de la AECID como organismo creado hace 26 años, adquirió en 1990 una colección de esculturas shonas (procedentes de Zimbabwe). Se trata de esculturas en piedra serpentina de artistas que hoy son muy estimados internacionalmente. También en cuanto a escultura hay una buena representación de obras africanas de Guinea, de artistas como Fernando Nguema o Leandro Mbomio.

Más de 300 fotografías de artistas que hoy forman parte de la historia de la fotografía en España: Gyenes y Muller, húngaros afincados en Madrid desde los años 40 del siglo XX, documentaron con sus cámaras la vida social y artística de toda una época. Dentro de la fotografía hispanoamericana destacamos a Alfredo Testoni, el fotógrafo más importante de Uruguay que legó una serie de imágenes realizadas en los años 50.

Así pues, en conjunto, la colección artística de la AECID reúne buena parte de lo que aconteció culturalmente primero en el ICH con su "política de hispanidad", más tarde el ICI volcada entre otros acontecimientos con la preparación del V Centenario del Descubrimiento de América y por último la AECID cuidando y protegiendo este patrimonio, que se expone en su mayoría por el palacio de Feduchi. Por María Blanco Conde.