Entrevistas 17 mar de 2020
por Gustavo Pérez Diez
Karin Ohlenschläger. Cortesía de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial
"Tenemos muy claro el papel que el arte puede jugar en los procesos de transformación de la sociedad a la hora de hacer frente a los retos que nos han tocado vivir".
"LABoral puede tener un papel catalizador muy importante en la colaboración entre distintos ámbitos artísticos, científicos, tecnológicos y sociales para producir nuevas experiencias y conocimientos".
Las consecuencias y retos futuros, y por qué no, los aprendizajes, aún impredecibles, que nos dejará una crisis sociosanitaria global como es la que está provocando el coronavirus (COVID-19) tienen todos los visos de convertirse en futura materia de estudio, investigación y análisis dentro del marco de las actividades interdisciplinares de investigación y producción artística que desarrolla LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, de Gijón.
Un centro, que, desde la periferia, como nos comenta su directora artística, Karin Ohlenschläger (Hanover, 1959), "genera y nutre una mirada crítica y creativa sobre el impacto de la era digital en el conjunto de la sociedad, en la construcción de nuestras identidades, en los procesos de aprendizaje, en las relaciones interpersonales, en el trabajo, la política o el medio ambiente".
Esta entrevista, que se realizó el 22 de diciembre, antes de que se declarase la nueva pandemia global, llega en un momento más que oportuno para darnos aún mayor cuenta de lo mucho que el arte puede hacer por la sociedad en general. Porque de las cosas que tienen más claras desde la dirección de LABoral, esa es: "el papel que el arte puede jugar en los procesos de transformación de la sociedad a la hora de hacer frente a los retos que nos han tocado vivir".
Si de toda crisis sale una oportunidad, esperemos que, tras años de incertidumbres en su operatividad, se produzca una total revitalización y puesta en valor de LABoral. Porque necesitamos un fortalecido centro asturiano, al que, sin duda, le esperan retos apasionantes, y, que, igualmente, está llamado a jugar un rol fundamental a la hora de impulsar "la construcción de otras realidades posibles; explorar nuevos modos de investigar, crear y producir de forma más transversal y colaborativa", como apunta Ohlenschläger, pero, quien, al mismo tiempo, se lamenta de la ceguera de los responsables políticos al frente de nuestras administraciones públicas a la hora de ver "los beneficios que la colaboración entre disciplinas podría aportar en determinados ámbitos de la investigación e innovación, en educación, urbanismo, medio ambiente, salud o inclusión social".
Por tanto, sería muy deseable, y bien haría la administración competente, en proporcionarle los recursos y medios necesarios para trabajar, dado que si, hasta ahora, su papel era importante, a partir de este momento, debería serlo aún mayor.
* (Para prevenir el contagio del COVID-19, LABoral ha cerrado al público sus instalaciones y cancelado todas sus actividades hasta nuevo aviso).
ARTEINFORMADO (AI): Situado en Gijón, Asturias, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial se inauguró en marzo de 2007, como una iniciativa del Gobierno del Principado de Asturias para fortalecer el ámbito de la cultura tecnológica como parte de una estrategia que busca implantar modelos alternativos de futuro. ¿Cree que se entiende el importante papel que juega el centro tanto en Asturias como en el resto del país? ¿De alguna manera se estaría desaprovechando su gran potencial?
Karin Ohlenschläger (KO): Los objetivos de LABoral están alineados con las actuales directrices de la cultura europea, cada vez más enfocada hacia nuevas dinámicas interdisciplinares de investigación y producción artística. En este contexto, el Centro genera y nutre una mirada crítica y creativa sobre el impacto de la era digital en el conjunto de la sociedad, en la construcción de nuestras identidades, en los procesos de aprendizaje, en las relaciones interpersonales, en el trabajo, la política o el medio ambiente. Nos enorgullece enormemente el reconocimiento en el ámbito internacional, incluso nacional. Pero a nivel local sabemos que tenemos que seguir trabajando, ya que existe una parte de la comunidad artística que no se siente representada y queremos que toda la sociedad asturiana entienda que LABoral es un proyecto cultural de toda la región. Muchos artistas del contexto más cercano participan en nuestro programa de exposiciones, residencias y disponen de nuestros laboratorios para sus producciones. Queremos que esta comunidad crezca cada vez más.
Además, hemos de reconocer que el centro sigue trabajando por trasladar a la opinión pública su identidad actual, muy alejada de los proyectos y gastos de sus orígenes, y mucho más enfocada a ser un servicio público a su entorno.
En este sentido, estamos deseando ponernos a trabajar con el nuevo equipo de la recién estrenada Consejería de Cultura, Política Lingüística y Turismo del Principado para lograr que LABoral cumpla todos estos objetivos.
AI: Como nuevo modelo institucional creado para dar a conocer la nueva cultura que surge de la utilización creativa de las tecnologías. ¿Qué papel está llamado a seguir jugando en los próximos años?
KO: LABoral, tal y como lo entendemos hoy, puede tener un papel catalizador muy importante en la colaboración entre distintos ámbitos artísticos, científicos, tecnológicos y sociales para producir nuevas experiencias y conocimientos. También para dinamizar la participación ciudadana, con metodologías que fomenten la construcción social y cultural más inclusiva de nuestras realidades. De hecho, a través del arte se visibilizan y experimentan otros imaginarios y narrativas, espacios de reflexión, debate y aprendizaje, sean éstos relacionados con la cuestión del género, el medio ambiente o el futuro de las ciudades en las que queremos vivir.
Tenemos muy claro el papel que el arte puede jugar en los procesos de transformación de la sociedad a la hora de hacer frente a los retos que nos han tocado vivir. El problema es que en términos administrativos se sigue actuando desde compartimentos estancos que no propician la colaboración más transversal entre los distintos ámbitos. Siguen separando entre artes escénicas, visuales y sonoras y tampoco propician colaboraciones del arte con la ciencia o la tecnología, ni ven los beneficios que la colaboración entre disciplinas podría aportar en determinados ámbitos de la investigación e innovación, en educación, urbanismo, medio ambiente, salud o inclusión social.
AI: Una de sus principales áreas de actuación es dar a conocer el trabajo de artistas y creadores que trabajan con las tecnologías actuales a través de exposiciones, performances, presentaciones… ¿Qué posiciones artísticas se han vuelto más relevantes desde su incorporación? Y, con miras al futuro, ¿en qué nuevas líneas programáticas ya están trabajando?
KO: Como acabo de explicar, mi programa está basado en un mayor diálogo y colaboración entre arte, ciencia, tecnología y sociedad, y eso puede realizarse desde cualquier disciplina, no sólo desde las herramientas tecnológicas. En este contexto, la tecnología sólo es un medio a través del cual se articulan nuevos modos de pensar, de interactuar con el entorno o visibilizar la condición humana contemporánea para contribuir con la construcción de otras realidades posibles; explorar nuevos modos de investigar, crear y producir de forma más transversal y colaborativa. Para reflexionar sobre todas estas cuestiones los y las artistas trabajan hoy con el código genético igual que con los algoritmos de inteligencia artificial, con entornos virtuales inmersivos o con arquitecturas sociales más inclusivas. No hay ámbitos ni disciplinas que les sean ajenas.
Entre las posiciones artísticas más relevantes, resaltaría aquellas que se caracterizan por un mayor compromiso social y medioambiental; aquellos que se abren a una reflexión crítica y creativa en el uso de los nuevos medios para pensar el tema de la identidad, la problemática del género, la convivencia, el futuro de nuestras ciudades o del entorno rural.
AI: LABoral no solo investiga y experimenta nuevas maneras de compartir la experiencia del arte, sino que, además, ofrece distintos recursos como fabLAB Asturias, Plataforma de Producción Audiovisual, Laboratorios, Residencias de producción. ¿Cuál es el perfil de artista que hace uso de estos recursos? ¿Cómo valora la utilización y participación de los artistas locales, nacionales e internacionales? ¿Cúantos han hecho uso de estos recursos desde su inauguración en 2007?
KO: Nuestros distintos programas de residencia, investigación y producción están abiertos a todo tipo de perfiles artísticos. En el fabLAB trabajan tanto artistas plásticos tradicionales -pintores o escultores-, como otros relacionados la música, el teatro, la danza o los nuevos medios más experimentales. Estamos abiertos a todo tipo de propuestas que nos vienen desde las artes plásticas, visuales, escénicas y sonoras (ver publicación digital LAB+10) pero también desde las ciencias o la ingeniería.
Los artistas asturianos tienen acceso a nuestras infraestructuras y espacios durante todo el año y a través de las distintas convocatorias de la Oficina de Proyectos y LABjoven Los Bragales. Pero también participan en otras convocatorias nacionales como es la Beca DKV Álvarez-Margaride destinada a artistas de mediana carrera o los proyectos europeos como son la European Media Art Platform (EMAP) o el European ARTificial Intelligence Lab. Al año podemos acoger una media de 12 proyectos asturianos, y ofrecer soporte a otros autora/es nacionales e internacionales relacionada/os con nuestros programas de residencia de producción europeos. Nuestras infraestructuras acogerían muchos más, pero el presupuesto y el personal no permiten atender a más artistas y proyectos.
AI: En el ADN de LABoral está el trabajo en red y llevar a cabo coproducciones con instituciones internacionales de gran prestigio: ZKM, Karlsruhe, Centre Pompidou, TBA21, Museum of the Moving Image, Ars Electronica, CA2M, MARCO Vigo, entre otros. ¿Es la colaboración la mejor vía para realizar grandes proyectos? ¿Con qué nuevas instituciones tienen pensado colaborar en 2020?
KO: Para centros como LABoral, ubicado en una provincia de apenas un millón de habitantes, las colaboraciones son imprescindibles para optimizar recursos y aumentar la visibilidad y el impacto. A nivel local, tenemos un programa de colaboración entre artistas y educadores para trabajar conjuntamente en la transformación del sistema educativo a través de la iniciativa AuLAB. Escuelas para el Siglo XXI. En este contexto, en el 2020 estamos trabajando no solo con las escuelas e institutos, sino también muy estrechamente con distintos centros de formación artística en Asturias, como son la Escuela de Arte de Oviedo, la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias (ESAPA) en Avilés y la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) en Gijón. También colaboramos con varios grupos de investigación de la Universidad de Oviedo, o próximamente con el Colegio Oficial de Arquitectos para un proyecto de 2021.
En cuanto al programa expositivo, nuestros partners siguen siendo instituciones asturianas como el Centro Cultural Valey de Piedras Blancas, centros nacionales como Etopia Zaragoza o internacionales como Ars Electronica, el Onassis Cultural Center de Atenas, la Science Gallery Dublin, el Center for Promotion of Science de Belgrado o el Hexagone Scène Nationale Arts Sciences de Grenoble, BOZAR en Bruselas o el Impakt Festival de Utrecht, entre otros.
AI: Desde hace años, tienen acuerdos con DKV Seguros o con la Colección Los Bragales para becas de producción. ¿Qué importancia le concede a este tipo de apoyos y patrocinios? Seguro que no está fácil, pero, ¿están intentando captar más?
KO: Las y los jóvenes asturiana/os se ven muy beneficiados por la beca de LABjoven Los Bragales. No sólo por el hecho de poder producir obra nueva que posteriormente forman parte de las distintas colecciones, sino también porque sus proyectos suelen itinerar por otras ciudades, incluso fuera de nuestras fronteras. La obra 'Arqueologías del futuro' de Fran Meana, por ejemplo, ha pasado por Londres; mientras el trabajo 'Skeens' de Elisa Cuesta ha sido solicitado recientemente para una exposición en Belgrado y en el Centro Cultural Valey de Piedras Blancas en 2020. Lo mismo ocurre con la beca de Beca DKV Álvarez-Margaride, cuyas producciones suelen itinerar igualmente por el territorio nacional. Por otra parte, gracias a las redes europeas, artistas como María Castellanos y Alberto Valverde han podido producir en nuestro centro obra nueva a través de convocatorias como Vertigo STARTS que después se ha expuesto en Viena, París o Berlín. Este tipo de apoyos y patrocinios son imprescindibles para generar patrimonio contemporáneo hoy y por supuesto nos interesaría que más instituciones públicas e iniciativas privadas se sumasen a esta experiencia. Estamos en ello.
AI: ¿Vd. es de los gestores culturales que demanda una mayor atención por parte de administración? ¿Cómo es de necesaría una nueva ley de mecenazgo? ¿Y en qué beneficiaría al binomio público-privado dentro del sector cultural?
KO: Desearía que la administración reconociese y se abriese más a las dinámicas transversales que el arte plantea hoy en día, de modo que pudiésemos recibir también otros fondos, tal y como mencionaba antes.
En cuanto al binomio público/privado, me siento afortunada con los acuerdos que tenemos. Pero he de reconocer que el hecho de que estemos haciendo nuestro programa en una ciudad pequeña y en una región de pocos habitantes, comparado con ciudades como Madrid o Barcelona, nos exige esfuerzos adicionales para llegar a todo el mundo.
AI: Uno de los retos de cualquier museo y centro de arte es llegar a nuevas audiencias y, de paso, sumar visitantes. ¿Cómo lo están trabajando? ¿Qué importancia le conceden a los programas educativos y públicos? ¿Qué iniciativas destacaría? ¿Los jóvenes son la asignatura pendiente de los museos?
KO: Damos mucha importancia a actividades educativas y a la creación de nuevos públicos a través de iniciativas como el Premio LAB<20 y AuLAB.Escuelas para el Siglo XXI, pero también con el programa de talleres y de formación profesional. Entre enero y noviembre de 2019, más de 5.000 personas se han beneficiado de estas actividades. Con eventos musicales como LEV o BAU llegamos a los adolescentes de la electrónica visual y del tecno. En nuestro caso concreto, la asignatura pendiente son más bien las personas mayores, la generación analógica.
AI: ¿Desde su llegada ha aumentado el presupuesto? ¿Qué nivel de autofinanciación tienen?
KO: Desde que he asumido la dirección artística del centro, nos han afectado muy negativamente las incertidumbres del gobierno central, las distintas prórrogas presupuestarias y los recortes en cultura. No obstante, hemos logrado otros patrocinios públicos y privados que suman un 50% adicional al presupuesto total que recibimos del Principado.
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