Un año y algunos meses después de su apertura en enero de 2007, la galería especializada en fotografía contemporánea cámara oscura, de Madrid, se ha hecho un sitio en el mercado galerístico madrileño. A ello, sin duda, ha contribuido su participación, desde el primer momento, en ferias internacionales, como PhotoLondon -este año suspendida- y PhotoMiami así como en la edición de 2008 de Art Chicago Next, y nacionales, como ArteSantander, además de su inclusión, ya en 2007, en el programa de PhotoEspaña. Entre sus proyectos de futuro entran Art Basel y Art Shanghai.

Tras este proyecto galerístico está Juan Curto, coleccionista de arte desde 1996, pasión que, desde 2007, tiene una nueva extensión, su propia galería en el mismo triángulo de oro del arte madrileño, junto al Paseo del Prado y el recién inaugurado Caixaforum. Un proyecto empresarial al que llega con formación en el mundo del marketing, aunque ajeno al sector del arte. Y al que define como "una galería de arte especializada en fotografía contemporánea internacional: nuestra propuesta de valor consiste en presentar al coleccionista la mejor fotografía actual, seleccionada con un criterio profesional, alternativo y transgresor, así como promocionar a nuestros artistas con una visión de futuro". Y para alcanzarla, una convicción: las ferias de arte son "la mejor manera de vender y promocionar a los artistas internacionalmente". Lo está haciendo, entre otros con el fotógrafo sudafricano, Johann Ryno de Wet, o con la malagueña Cristina Martín Lara, de la que ha vendido alguna obra a la Junta de Andalucía.

Respecto al mercado nacional, tiene la sensación de que no evoluciona como debería. "Seguimos respetuosamente los pasos de ARCO y bailamos a su son, sin ver un poco más allá", señala Curto en entrevista con ARTEINFORMADO. Por su parte, Elisa Hernando, directora de la consultora Arte Global y asesora externa de Juan Curto, apunta de éste que "es alguien que está en el sector por pasión, vocación y amor al arte, ... es un galerista fácil, cercano, que valora el papel de los asesores en coleccionismo como nosotros, lo que no siempre ocurre".

Como coleccionista y galerista, el arte inunda su vida personal y profesional, y se siente profundamente satisfecho por ello. Juan Curto termina confesando que no busca nada útil en el arte, dejándose llevar por un camino evocador y emotivo, maravillosamente "inútil", realmente vital. Por Encarna Pérez Yanes - ARTEINFORMADO