Jean Marie del Moral: "La idea romántica del estudio de artista está desapareciendo poco a poco"

Desde el último cuarto del siglo XX hasta nuestros días han sido cientos los retratos de ateliers de artistas los ejecutados por el fotógrafo español nacido en Francia Jean Marie del Moral (Montoire, 1952). En estos días se presentan dos magníficas ocasiones de conocer esas cuatro décadas investigando la relación entre los artistas y su lugar de creación gracias a dos muestras individuales.

Una en Es Baluard de Palma de Mallorca, donde sus fotografías dialogan con obras de la colección, y la otra en Tabacalera de Madrid, con 52 fotografías de artistas internacionales de Miró a Ai Weiwei, que muestran el atelier como un laboratorio mental. La primera está comisariada por Nekane Aramburu, directora de Es Baluard, mientras que la segunda corre a cargo de la comisaria María Toral Oropesa

Este reconocido fotógrafo, hijo de exiliados españoles republicanos y ahora instalado en Mallorca, siempre ha manifestado que su interés por recoger los testimonios de los talleres de artistas tuvo lugar a raíz de su visita, en 1978, al estudio de Joan Miró en Palma de Mallorca.

"Había cuadros en proceso y de todos formatos apoyados en las paredes", recuerda Del Moral.

Desde entonces, su cámara nos ha desvelado los procesos creativos de otros artistas icónicos como Roy Lichtenstein, Robert Motherwell, Antoni Tàpies, Antonio Saura, Julian Schnabel, Pierre Soulages, Miquel Barceló, etc.

En todo este tiempo también hay oportunidades perdidas. "No pude retratar a Hernández Pijoan. Lo lamento mucho. Quedamos varias veces, pasó el tiempo, y su muerte lo impidió".

Del mismo modo, también parece lamentar como han cambiado las cosas en lo referente a ese aura mágica que envolvía al taller: "Sí, desgraciadamente. Hoy es otro mundo. Han cambiado los artistas, los galeristas, los coleccionistas".

Pero Jean Marie no para. Su próxima sesión prevista será en el estudio de Palma de Ramon Canet.

A continuación sus respuestas completas:

ARTEINFORMADO (AI): Este 2018 se cumplen 40 años que investiga la relación entre los artistas y su lugar de creación, el taller o estudio como laboratorio mental donde se produce el hecho creativo. ¿Por qué le marcó tanto su visita, en 1978, al estudio de Joan Miró en Palma de Mallorca?

Jean Marie del Moral (JMDM): El estudio de Miró me marcó primero por su diseño, obra de Jose Lluís Sert, unos de los mejores arquitectos del siglo XX. Luz templada, excepcional, estética minimalista. Había cuadros en proceso y de todos formatos apoyados en las paredes. También me fascinaron las estanterías llenas de los objetos dispares que Miró coleccionaba.

Era la primera vez que entraba en el estudio de un artista. A partir de aquel día decidí retratar artistas, estudios y procesos creativos.

AI: No debe ser nada fácil ganarse la confianza o amistad de artistas como Miró o más tarde Miquel Barceló. ¿Cómo consigue uno que le dejan pisar su lugar más sagrado?

JMDM: No tengo respuesta a esa pregunta. Supongo que por empatía mutua.

AI: Una vez dentro de esos Sancta Sanctorum. ¿Cúal es su método de trabajo? ¿Qué le interesa retratar?

JMDM: Primero me adapto al lugar. Retrato el estudio tal como está sin mover nada. Luego me fijo en los objetos y detalles. Sí hay suerte y me lo permite el artista, lo retrato trabajando. Acabo haciéndole un retrato.

AI: Como enunció Arthur Schopenhauer, "los artistas nos prestan sus ojos para ver el mundo". ¿Ha sentido que se concentra su mundo en sus talleres? ¿Son verdaderamente sus espacios de resistencia? ¿Son el mejor lugar para entenderlos tanto a nivel personal como profesional?

JMDM: Un estudio es todo un mundo al igual que cualquiera habitación. El estudio es el autorretrato del pintor y también el lugar de las metamorfosis, allí se duda, se busca, se acerta, se falla. Una metáfora de la vida...

AI: ¿Cuántos son los talleres retratados en estas cuatro décadas? ¿Cúal ha sido el atelier que más le ha sorprendido? ¿Alguna espina clavada u oportunidad perdida?

JMDM: No llevo contabilidad. Diría aproximadamente entre 150 y 200. Me sosprende el orden de algunos, Roy Lichtenstein, Pierre Soulages por ejemplo y el caos de otros, Luc Tuymans o George Condo. No pude retratar a Hernández Pijoan. Lo lamento mucho. Quedamos varias veces, pasó el tiempo, y su muerte lo impidió.

AI: En la muestra que acaba de inaugurar en Es Baluard, con motivo de su 14º aniversario, le han dado 'carta blanca'. ¿Uno siente vértigo al gozar de tanta libertad? ¿Cómo dialogan sus obras y las de la colección del centro mallorquín?

JMDM: Carta Blanca no significa, hago lo que me da la gana, al contrario es un dialogó primero con Nekane Aramburu, directora de Es Baluard, y luego con algunos cuadros de la colección y sus autores a los que he retratado a lo largo de esos cuarenta años.

AI: Tambien acaba de inaugurar otra muestra en Madrid, en la sala La Fragua de Tabacalera. En este caso, ¿cuál es la propuesta?

JMDM: Son 52 retratos de artistas internacionales de Miró a Ai Weiwei.

AI: Pensando en muchos artistas jóvenes, por la dificultad de pagarse un estudio y con ello abocados a compartir espacios reducidos, así como por su estilo de vida, constantemente viajando, en muchos casos, para hacer proyectos comisionados, y, por supuesto, por sus nuevos procesos creativos, en algunos dominados por las nuevas tecnologías o métodos conceptuales. ¿Cree que sus estudios han perdido ese aura mágica que parece que a Vd. tanto le ha subyugado y que ha perseguido tras su visita al estudio de Miró?

JMDM: Sí, desgraciadamente. Hoy es otro mundo. Han cambiado los artistas, los galeristas, los coleccionistas. Artistas como Jeff Koons, Damien Hirst, Wim Delvoye, Murakami trabajan como empresas de diseño o de arquitectura con una multitud de becarios a su servicio. La idea romántica del estudio de artista esta desapareciendo poco a poco. Quedan algunos pero cada día menos.

AI: Por último, ¿nos puede adelantar algún taller en agenda?

JMDM: La semana pasada visité a Ramon Canet en su estudio de Palma. Tenemos una sesión prevista.