Jaime García del Barrio, director del Museo UNAV: "Tal vez esta pandemia nos ayude a pensar por qué dedicamos más millones al postureo que a la investigación o a la cultura"

Entrevistas 23 mar de 2020

por ARTEINFORMADO

       

Jaime García del Barrio. Cortesía del Museo Universidad de Navarra

Jaime García del Barrio. Cortesía del Museo Universidad de Navarra

"Todos los actores y operadores del sector cultural estamos echando mano de nuestra creatividad en estos días para ponernos al servicio de la sociedad".
"Es una oportunidad única de repensar la relación de la cultura con las herramientas digitales, y que esto, tal vez, nos lleve a acercarnos más al público de generaciones más jóvenes, al público del futuro".

Dentro del proyecto informativo colaborativo de reflexión sobre el futuro del arte y nuestra sociedad (#pensandoelfuturo / #pensandonofuturo), nacido en plena lucha contra la crisis del coronavirus, presentamos esta nueva entrevista con Jaime García del Barrio, director general del Museo Universidad de Navarra que, como el resto publicadas y/o por publicar, ARTEINFORMADO ofrece en abierto para que sigamos "todxs en casa pero todxs bien informadxs":

 

ARTEINFORMADO (AI): En estos momentos de incertidumbre, ¿qué mensaje de ánimo y de confianza le gustaría trasladar a todos los operadores del mundo del arte?

Jaime García del Barrio (JGDB): La cultura no es solo un derecho, sino que es una necesidad connatural del ser humano. Y quizá en estas circunstancias, donde todos reflexionamos y profundizamos, el arte sea más necesario aún que nunca; lo auténtico, lo honesto, lo bello, lo verdadero, lo trascendente, lo espiritual, lo permanentemente humano...

Todos los actores y operadores del sector cultural estamos echando mano de nuestra creatividad en estos días para ponernos al servicio de la sociedad. Llevar a la práctica esos discursos que parecen a veces enlatados de que la innovación y la creatividad transformarán el paisaje social y económico de nuestra era, en el caso de los museos, no es solo un ejercicio de supervivencia y responsabilidad, sino que "se nos da bien". Y es lo que hay que hacer ahora mismo.

Me gustaría también destacar que esta es una oportunidad única de repensar la relación de la cultura con las herramientas digitales, y que esto, tal vez, nos lleve a acercarnos más al público de generaciones más jóvenes, al público del futuro. La digitalización de la cultura plantea retos evidentes en nuestro sector y no podemos perder un minuto en abordarlos. 

El sector de la cultura está en "permanente crisis", demostrando a cada paso una delicada salud de hierro. Tenemos práctica, talento, creatividad… Yo confío en que sabremos salir reforzados en lo creativo, en lo innovador, en el acercamiento al público… y que, con esas herramientas, nuestro bagaje de años, la solidaridad de muchos y el apoyo institucional sabremos capear la tormenta que en lo económico se cierne sobre todos los sectores. 

AI: ¿Cómo cree que va a cambiar el sistema del arte, en general, y el museístico, en particular, a partir de ahora, en lo referente a gestión, exhibición, relaciones con otros profesionales y comunicación? ¿Toca reinventarse?

JGDB: El sector de la cultura es particularmente vulnerable. Es uno de los sectores que más va a sufrir las consecuencias de este parón de la vida social, y esto supone no solamente un grave problema para los actores del sector, sino para el conjunto de la economía nacional. La cultura contribuye en más de un 3,5% al PIB del Estado de forma directa, y en un porcentaje difícilmente calculable de forma indirecta, afectando a otras actividades, contribuyendo a la educación y a la construcción de una sociedad más armónica, cohesionada, solidaria, profunda, sosegada y madura. 

Empieza ahora el baile de cifras acerca de las pérdidas económicas, y hay entidades mucho más acreditadas que el Museo Universidad de Navarra para hablar de cifras concretas. Sabemos que el impacto va a ser demoledor. En el ámbito del arte y los museos, hay cientos de pequeños museos que sobreviven gracias a la pasión de sus promotores, o a pequeñas subvenciones locales. Gran parte de la actividad de la cultura en general, y de los museos en particular, se financia con ayudas institucionales y con ayudas de mecenas.

En una situación económica no ya de incertidumbre, sino de parón total, el mecenazgo va a sufrir una caída inevitable, muy a pesar de la importante implicación de los mecenas con la cultura. Por su parte, dentro del apoyo institucional, tal vez es el momento de exigir no solo el apoyo directo o la financiación, sino que las instituciones deberían pensar en devolver a la cultura a un rango de prioridad ajustado a la contribución social que realiza. Esperemos que la situación empuje un cambio de enfoque de las autoridades para revertir la situación, para abordar un verdadero cambio institucional en el ámbito de la cultura, un cambio atento a las especificidades de cada una de las disciplinas que se meten en ese "cajón de sastre" que es el Ministerio que nos representa.

Tal vez esta pandemia nos ayude a pensar por qué dedicamos más millones al postureo que a la investigación o a la cultura, nos devuelva a una mirada en la que se vea lo que de verdad es importante y nos sustenta como grupo social. 

Más allá de las pérdidas económicas directas, esto, indudablemente, va a cambiar muchas de las cosas que rodean al mundo del arte y los museos. El transporte de obras, los seguros, los calendarios de agendas imposibles, las exposiciones ambiciosas o millonarias, el propio escándalo de las muestras, las agendas de producción escénica, los acuerdos de coproducción y exhibición… Todas las actividades relacionadas se verán inexorablemente sometidas a unas nuevas condiciones, porque las condiciones han cambiado. Y a ello se sumará la nueva perspectiva de las direcciones de los museos, siempre atentas a la actualidad y a nuestro entorno.

Y, si seguimos ahondando, también va a cambiar "la cultura y el arte", porque son un reflejo de lo que nos pasa. Estoy convencido de que esta situación tendrá también su impacto en la mirada del artista, en su expresión en la disciplina o lenguaje que maneje. Quizá a largo plazo, este sea el impacto más relevante que se va a producir.

Todo el sistema va a cambiar, debe hacerlo. Es inevitable, porque convive en un espacio y tiempo en el que se han producido cambios y eventos nunca vistos a nivel global. Lo importante es que aprovechemos ese cambio para salir reforzados y servir aún mejor a la sociedad. 

AI: ¿Alguna vez pensó que su organización necesitaría de un plan de contingencia online para crisis? 

JGDB: El Museo Universidad de Navarra es una institución en un campus. Hay una constante exigencia de mejorar en el ámbito digital. Ya antes de esta situación, teníamos en marcha la renovación de la web, o la reestructuración de los canales digitales. Estábamos trabajando con grupos de estudiantes que ofrecían ideas y soluciones para llegar a ámbitos nuevos. Más del 30% de nuestro público es un público joven que nos empuja a tener presencia en el ámbito digital. 

Pero podríamos decir que esta situación no solo nos ha pillado a medio camino, sino que va más allá y nos exige un esfuerzo mayor. Ya no buscamos solo llegar al público joven, sino trasladar el Museo fuera del Museo, y eso plantea un reto de mayor envergadura.

Para nosotros no se trata de un plan de contingencia online para la crisis, sino de aprovechar la crisis para crear un canal de presencia online que nos permita seguir en contacto con todos nuestros públicos, hoy, a medio plazo y en el futuro. 

AI¿Piensa ahora que deberían acometer una nueva fase online? Si, es así, ¿qué medidas barajan implementar de cara al futuro en una nueva estrategia digital y que no venían ejecutando?

JGDB: La visita a un Museo requiere presencia, no solo física, sino de atención. La actual situación nos ofrece nuevas perspectivas a la hora de considerar nuestras estrategias online. Siempre nos habíamos planteado una estrategia digital que complementase la visita al Museo, la asistencia a nuestra programación e iniciativas, y este enfoque ha cambiado radicalmente.

Cuando la presencia física es imposible, algo impensable hace tan solo un mes, se te aguza el ingenio y empiezas a ver necesidades que antes no veías. No basta animar al público a estar presente ante las informaciones, propuestas e iniciativas que vamos lanzando a través del canal online, sino que es imprescindible buscar medios de acercarnos todavía más, de generar experiencia, sin perder ni un ápice del rigor y la calidad con los que el Museo está comprometido. Hay soluciones increíbles y técnicamente posibles, en las que tenemos que profundizar.

Este reto, en mi opinión, tiene tres grandes vertientes. La primera, no dejar a ningún público "fuera". Hay que tener presente que una parte de nuestro público, cerca del 13%, no está familiarizado con entornos online, son públicos con más edad, muy fieles, que nos siguen y nos apoyan. Con ellos, el reto es ayudarles a acceder al ámbito digital ofreciéndoles una experiencia que les anime no solo a continuar con su pasión, sino a hacerlo a través de canales digitales. 

El segundo reto es mostrar el trabajo del Museo más allá incluso de lo que la gente ve cuando viene al Museo. Hay muchísimo trabajo detrás de la filosofía del Museo Universidad de Navarra y su vocación de servicio, docencia e investigación. Es el momento de sacarlo a la luz. La actualización de nuestra colección a través de la creación y el acompañamiento artístico a artistas contemporáneos, de artes plásticas o escénicas. La labor de creación, el trabajo de los comisarios, la formación de los comisarios del futuro, el trabajo conjunto con el artista, tanto desde el Museo como desde el comisariado, la programación de teatro, de música, la labor de investigación y el esfuerzo editorial de nuestra colección de publicaciones. 

A ello se suma el trabajo con los estudiantes del Campus, nuestra coordinación con los comités de docentes de otros centros de la Universidad, el programa Talento Artístico o Campus Creativo. Tampoco podemos olvidar el trabajo con escolares de un número creciente de centros escolares, o los programas de Arteterapia -que han recibido el apoyo decidido de La Caixa y la Fundación Caja Navarra-, en los que el arte se convierte en herramienta terapéutica. Trasladar este trabajo al ámbito digital, no solo en la situación actual, sino sobre todo para crear cauces y canales de trabajo futuro, es un reto apasionante que creemos aportará mucho valor al visitante y al propio Museo. 

Y el tercer gran reto, el más urgente, es hacer todo esto en tiempo récord, trasladando el Museo y su actividad de una forma comprensiva, rigurosa, respetuosa y atractiva, para que se instale en las casas de las personas que nos acompañan. Acicatear la curiosidad, crear complicidad para que cuando pasen estos días, consideren el Museo como el salón de su casa, o como su biblioteca artística particular, y quieran venir a vernos. 

Nuestra estrategia digital contemplaba alguno de esos retos, pero ahora han adquirido no solo una urgencia, sino una dimensión nueva, a la que sabremos hacer frente utilizando la creatividad de nuestro equipo y la tecnología a nuestro alcance. 

 



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