Helga de Alvear: Soy mejor compradora que vendedora

Helga de Alvear está sentada en su despacho de la galería madrileña recibiendo llamadas en alemán, español, …, felicitándole por su reciente Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, concedida por el Consejo de Ministros el pasado 9 de mayo. "Para mí es un gran honor compartir una medalla con otras personas tan importantes que poseen este premio". Es su primera entrevista tras su condecoración y nos recibe enseñándonos el telegrama del Ministerio de Cultura, aclarando que este galardón le hará pensar en su trayectoria. Y es que, este es el premio a su persona más significativo, reconociendo toda su trayectoria profesional en el arte contemporáneo, como galerista, pero sobretodo como coleccionista.

Madrid

Habla cuatro idiomas, y es en ese intento de aprender el español cuando llega a Madrid en 1957. "Yo quería ser pianista de pequeña y me encanta la música, pero mi padre no me dejó. Aprendí idiomas, y finalmente vine a España donde estudié un programa en Filosofía y Letras durante nueve meses con Elena Catena, profesora excelente pero exigente, que me enseñó español en seis meses. El primer día me mandó ir al teatro a ver la obra de Don Juan Tenorio, y escribir las palabras que había entendido. Por aquel tiempo, yo sólo sabía decir buenos días y buenas noches, y me pasé toda la noche con el diccionario para entregarle dos folios de mi español. Me aceptó como oyente, y no tengo ninguna certificación de conocer el idioma español". Un año después conoce al que será su marido, Jaime de Alvear, arquitecto, en la boda de una amiga, "el 27 de mayo del 58", concreta con un toque de melancolía.

Juana Mordó

En la mítica galería de Juana Mordó, de la cual era asidua visitante y cliente, empieza para aprender el oficio y conocer el arte actual en el año 1979. "Era amiga de Juana Mordó, y cuando comienzo en la galería ella tenía problemas económicos. Vendí una finca y metí el dinero en la galería de Juana. Estuve cuatro años al frente de ella, aprendiendo hasta el final de su vida, en el año 1984. Por aquel entonces, la galería ya era de mi propiedad, no tenía deudas. Su albacea y amigo, el abogado Rodrigo Uría, me ayudó mucho a organizar su legado. Los sobrinos eligieron piezas y obras, documentos y objetos de lo que quedó, y el resto de propiedades -cuadros y biblioteca- se quedó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Todo el archivo personal, cartas, fotos, catálogos, … fue a parar al Museo Reina Sofía. En aquella época no se hacía documentación apenas, no había facturas, ni certificaciones, ni otros documentos. Juana tenía un talonario por si alguien quería, pero nadie lo pedía".

Galería Helga de Alvear

Helga permanece diez años con el nombre y el espacio de la Galería Juana Mordó hasta que en el año 1995, tras cuatro años de búsqueda de un lugar idóneo, se traslada al lugar actual en la calle Doctor Fourquet, con 700 metros, y situado en un lateral del Museo Reina Sofía en Madrid, ya con su nombre en la galería. "Ya van 13 años en este espacio, con mi propio nombre y mis artistas. Es mi proyecto completamente personal y particular. Al cambiar de nombre, también tuve que mudar de gente con la que trabajé y de algunos artistas. Pensé que todo era buenísimo, y era todo de Juana Mordó, y cuando te haces mayor, tienes que pensar en lo tuyo, y limpiar. Ahora, trabajo con gente muy joven , y tengo que estar al loro de lo que se hace y se cuece. Los artistas se hacen mayores y también tengo que tener a jóvenes como el británico Isaac Julien. Trabajo sólo con artistas que me gustan, nunca con otros que no me dicen nada. En fotografía, empecé a trabajar con los españoles Javier Vallhonrat y Joan Fontcuberta, y con el alemán Jürgen Klauke, para pasar luego a la escuela de los Becher. Ahora no hay grandes fotógrafos en España, aunque admiro mucho a Gonzalo Puch, al que tengo en mi colección representado. La mayoría copian, y creo que tienen que salir fuera del país como por ejemplo Alicia Framis, Jesús Palomino que está en Berlín, o Ester Partegàs. En mi galería muestro arte contemporáneo creado en diversos medios como el dibujo, óleo, fotografía, instalaciones y vídeos".

Ferias y artistas

Actualmente, Helga de Alvear participa en varias ferias, tres internacionales y dos nacionales. Son Art Basel, de la cual ha formado parte del comité y hoy día sigue siendo embajadora por España; Art Basel Miami, Frieze Art Fair, y las nacionales Arco y Foro Sur, en Extremadura. "Foro Sur es verdaderamente heroica, los que van están haciendo una feria iberoamericana, sin apenas ventas. Es como en Arco al principio, donde nos comprábamos entre nosotros. En realidad, estamos educando a la sociedad de Extremadura, antes de que llegue el Centro de Artes Visuales, con mi propia colección".

Arco, feria de la que es impulsora desde el principio, en la cual ha participado siempre, y de la que ha formado parte de su comité hasta hace dos años, es una feria a la que quiere mucho. "Desde Juana Mordó se llamaba a todo el mundo y al galerismo más representativo para que viniera a la feria. Un día nos fuimos Elvira González y yo a comprar a Denise René obra para que decidiese volver a la feria Arco. En España el mercado y el arte ha cambiado mucho especialmente desde y por Arco, que ha sido fundamental para que la gente no se ría de nosotros. Este año ha sido fantástico en la feria, he vendido 19 piezas, aunque sigo sin tener grandes clientes institucionales. Creo que es porque no sé hacer pasillo. Odio llamar a la gente, ya que como coleccionista odio que me llamen. Lo que más agradezco son las visitas imprevistas de directores como Vicente Todolí, Director de la Tate londinense, ya que me dan seguridad en mi selección de artistas". Entre sus artistas se encuentran creadores nacionales como Santiago Sierra, uno de sus pesos pesados; Prudencio Irazabal, Alicia Framis, el sevillano Jesús Palomino y las catalanas Ester Partegàs y Montserrat Soto. Entre sus artistas internacionales, los fotógrafos alemanes Frank Thiel, Klauke y Axel Hütte, la portuguesa Helena Almeida, el norteamericano James Casebere, junto a vídeoartistas como Isaac Julien, o escultores tan reconocidos como Imi Knoebel, Karin Sander o Katharina Grosse.

Colección personal y museo

Su colección de arte contemporáneo reúne ya más de 2000 obras de arte contemporáneo internacional, y será expuesta en su Centro de Artes Visuales que se inaugurará en Cáceres a partir de 2010, con más de 10.000 metros cuadrados para exhibición. Los arquitectos encargados de la obra son Tuñon y Mansilla, y ha creado una fundación para la gestión de dicha institución. Acaba de comprar en la galería neoyorquina Mary Boone la pieza del artista chino Ai Wei Wei "Descending Light", una monumental obra de 2007 y de 7 metros de altura. "Ésta irá en la entrada de uno de los pabellones", nos dice con ilusión. Sus comienzos como coleccionista fueron en el año 67 en España, y su primera obra fue un cuadro de Fernando Zobel que adquirió en Juana Mordó a plazos. Recuerda cómo iban a casa de artistas como Gerardo Rueda, en Cuenca. Cuando era joven coleccionaba piedras duras, especialmente de Sudamérica, hoy en manos de sus hijas. Reconoce que es la pasión la que le obliga a comprar. "De repente veo una cosa y me enamoro. He comprado Baldessari y Mapplethorpe a Pepe Cobo, y también compro a otras galerías españolas. No compro en subasta, pues nos fastidian los precios, sólo buscan movida".

Dice estar en contra del ocultismo, ya que "como coleccionista necesito saber los precios, y aunque soy tímida, quiero saber las posibilidades de compra o adquisición que tengo sobre una obra, sin ningún tipo de ritual con el galerista. Yo soy muy mala vendedora, ... creo que soy mejor compradora". En su galería sólo hace exhibiciones de artistas, y tras un periodo de tiempo breve, toma una determinación: "dejo pasar tres semanas para ver la finalización de las compras, y si me gusta mucho el artista, elijo una pieza para mi colección". Añora no poder tener una pieza de Barnett Newman, pero se vanagloria de las obras de Joseph Albert o una creación de Morris Louis.

Dentro de unos meses tendrá otra nueva muestra con obras de su colección, esta vez confrontada a las piezas del gran coleccionista Harald Falckenberg, en la ciudad de Hamburgo. "Se trata de un 30 % de obras de Harald, frente a una selección con obras de mi colección, que será el 70 % de la muestra". Se inaugura el 15 de noviembre de 2008 hasta marzo del año que viene. El coleccionista Falckenberg posee ya tres obras de Santiago Sierra, y "hemos llegado a un acuerdo de oferta con las obras que creó para la Bienal de Venecia con imágenes de las 4 puertas del pabellón, dos fotos interiores, más un vídeo, que pasarán a su colección". Por cierto, que obras sueltas de esta creación pertenecen al Museo Reina Sofía, a quien se le ofreció el conjunto. "El Reina no me compra mucho. Recuerdo cómo una pieza de Equipo Crónica, haciendo homenaje a Sorolla, la compró el IVAM en una subasta cuando se les había ofertado a todos los grandes centros a un precio mucho más barato". Ahora sólo espera que su Fundación y el Centro de Artes Visuales en Cáceres funcionen bien, además de su galería, que es su pasión, junto a su familia. Por Joaquín Gallego - ARTEINFORMADO