Helga de Alvear no cesa en la compra de obras para su colección de toda una vida

La irrefrenable pulsión coleccionista y, por consiguiente, el manifiesto apoyo al sector artístico de la veterana coleccionista y galerista Helga de Alvear ha vuelto a comprobarse en la recién clausurada tercera edición de ARCOlisboa, donde, además, su galería participaba por primera vez en el programa general.

De Alvear ha adquirido para la Colección Helga de Alvear obras del italiano Mario Merz (Milán, 1925 - Turín, 2003) y del portugués en Julião Sarmento (Lisboa, 1948) en la galería Giorgio Persano, de Turín; y del también luso Gil Heitor Cortesão (Lisboa, 1967) en Pedro Cera, de Lisboa, según la nota emitida por la feria, en la que aparece como el único ejemplo destacado de colección española en lo que a compras se refiere.

Al preguntar al buscador de la Fundación Helga de Alvear comprobamos que mientras que Merz y Sarmento ya contaban con obras, una y cuatro, respectivamente, Cortesão se estrena en la colección.

En la web también se anuncian las últimas adquisiciones. Así, entre enero y abril de este año, la colección habría sumado 24 obras de 13 artistas: 8 de Gerardo Delgado; 4 de José Pedro Croft, 2 de Ana Prada, y una, respectivamente, de Carlos Bunga, James Casebere, Ángela de la Cruz, Olafur Eliasson, Dan Graham, Damien Hirst, Cristina Iglesias, Chema Madoz, Juan Muñoz y Jason Rhoades.

O las 71 de una cuarentena de artistas realizadas en 2017. Entre ellas, cabe señalar, por su mayor número, las ocho obras del videoartista alemán Julian Rosefeldt -ya contaba con cuatro-; y las cinco de la antes citada Ana Prada -ya contaba con 10-.

Algunas de esas piezas se pudieron ver en exposiciones individuales dedicadas a los artistas en la galería en 2017 y 2008. Claro apoyo de la galerista/coleccionista hacia sus representados, a los que expone y adquiere obra por igual. Por otra parte, una práctica muy habitual y familiar entre los galeristas/coleccionistas en su intento por avalar la obra de los creadores a quienes representan frente al gran público.

Imagen de la fachada del Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear

No son casos aislados. Un apoyo incondicional hacia los 28 artistas en la nómina de su galería ha llevado a De Alvear a incluir en su colección un total de 371 de sus creaciones, según la web de su fundación: 24 de Thomas Ruff, 22 de Santiago Sierra, 21 de Isaac Julien, 21 de José Maldonado, 20 de Axel Hütte, 20 de Jürgen Klauke, 20 de Jane & Louise Wilson, 17 de Ana Prada 16 de Helena Almeida, 16 de Marcel Dzama, 15 de karin Sander, 15 de Jose Pedro Croft, 14 de Slater Bradley, 12 de Elmgreen & Dragset, 12 de Julian Rosefeldt, 11 de Thomas Locher, 10 de Jorge Galindo, 9 de Katharina Grosse, 8 de Candida Höfer, 8 de Ángela de la Cruz, 8 de Adrian Sauer, 7 de James Casebere, 7 de Thomas Demand, 6 de Prudencio Irazábal, 6 de Ettore Spalletti, 4 de Angela Bulloch, 3 de DJ Simpson y 3 de Dan Perjovschi.

Desde su primera adquisición en 1963 de un cuadro de Fernando Zóbel, son ya 55 años los que lleva comprando arte para armar una de las más importantes colecciones de arte españolas, integrada por más 3.000 obras de más de 500 reputados artistas españoles y extranjeros, y que, desde junio de 2010, se exhibe en el Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear, en Cáceres, una entidad cultural sin ánimo de lucro puesta marcha gracias al impulso de Helga de Alvear, la Junta de Extremadura, la Diputación Provincial de Cáceres, el Ayuntamiento de Cáceres, la Universidad de Extremadura y la Caja de Extremadura.

"En su deseo de acompañar las transformaciones y desarrollos actuales y futuros del arte contemporáneo, Helga de Alvear concibe su Colección como un ente vivo que se amplia, completa y transforma al ritmo que se van incorporando a sus fondos las nuevas obras de arte que han emocionado conceptual, histórica o artísticamente a Helga de Alvear". 

Toda una declaración de principios que recoge la web de la Fundación de esta veterana coleccionista y galerista, que ejemplifica, como pocos, de una manera tan clara y contundente, que armar una gran colección se puede convertir en el mayor legado de toda una vida.