Minas Gerais, Brasil - En el escenario majestuoso del Jardín Botánico y Museo del Instituto Inhotim, se ha desplegado una celebración cultural sin precedentes, marcada por la inauguración de nuevas instalaciones y exposiciones que desafían las fronteras del arte contemporáneo. A finales del mes de abril, Inhotim abrió sus puertas a una serie de eventos y actividades que abordaron la relación entre el arte, la naturaleza y la reflexión crítica social, consolidando su posición como uno de los espacios culturales más destacados de América Latina.

Grada Kilomba presenta por primera vez en Brasil su aclamada obra O Barco | The Boat (2021), mientras que Paulo Nazareth nos envuelve en Esconjuro, una exposición monográfica con trabajos inéditos, nuevos arreglos y reinterpretaciones de sus obras. Así mismo, la exposición colectiva Ensaios sobre paisagem cuenta con trabajos de Aislan Pankararu, Ana Cláudia Almeida, Castiel Vitorino Brasileiro y Zé Carlos Garcia.

"O Barco / The Boat", 2021, de Grada Kilomba en el Instituto Inhotim. Fotografía por Icaro Moreno. Imagen cortesía de Inhotim

Las exposiciones individuales de les artistas se presentan en las Galerías Galpão y Praça, respectivamente, siguiendo el programa curatorial de la institución que propone exposiciones de larga duración en múltiples formatos artísticos y nuevas formas de ocupación del espacio. La muestra colectiva se encuentra en la Galería Lago, integrando así la programación diversa y enriquecedora de Inhotim.

Desde sus inicios, Inhotim se ha destacado como una institución museológica y cultural comprometida no solo con la difusión y preservación de acervos y producciones artísticas contemporáneas, sino también con la creación de obras y proyectos únicos en colaboración con artistas. El programa curatorial de Inhotim se caracteriza por su enfoque experimental en múltiples lenguajes artísticos, dedicando sus espacios expositivos a proyectos individuales de destacades artistas contemporáneos.

La obra O Barco | The Boat (2021) de Grada Kilomba, presentada por primera vez en Brasil, es una instalación escultórica, performativa y poética que invita a reflexionar sobre la memoria, el trauma y el postcolonialismo. Conformada por 134 bloques de madera quemada en una superficie de más de 220m², la obra representa la silueta del fondo de una gran embarcación, revelando la arqueología del espacio creado en los barcos que transportaban a millones de personas africanas esclavizadas. En una declaración previa a la inauguración, Kilomba explicó que su obra busca abordar las historias que nunca fueron contadas, enfrentando así la herida abierta del racismo y la deshumanización persistente de las personas negras.

"O Performance que activó "O Barco / The Boat", 2021, de Grada Kilomba en el Instituto Inhotim. Fotografía por Icaro Moreno. Imagen cortesía de Inhotim

Al adentrarse en el barco, les espectadores se encuentran con una experiencia multisensorial: percusión envolvente, poesía cantada en coro y danza que narran la historia de la violencia, el miedo y los lazos afectivos en los bodegones de esos barcos infames. Les 17 artistas que participan en la obra son personas de la diáspora negra que viven en la periferia de Lisboa, cuyos trabajos apenas tenían visibilidad. Para elles, esta obra representa una oportunidad de mostrar al mundo su arte y su humanidad, desafiando así la invisibilización y la discriminación que enfrentan en el sistema del arte y la sociedad en general.

Kilomba explicó en una rueda de prensa que tiene un gran interés en saber «cómo lidiar con las historias que nunca fueron contadas», como es el caso de la esclavitud y afirmó que con O Barco intenta «recuperar la historia y comenzar a hacer lo invisible visible».

Paulo Nazareth, "Notícias da América", 2011. Imagen cortesía del artista y galería Medes Wood DM

Por su parte, la exposición Esconjuro de Paulo Nazareth, es una muestra en expansión que ocupa no solo el ámbito visual, sino también el vínculo con otros sentidos. A través de obras que exploran las relaciones entre historia, territorio y desplazamientos, Nazareth invita al público a reflexionar sobre cuestiones fundamentales como el tiempo, el espacio y la identidad. A lo largo de sus meses, la exposición será modificada tres veces, en acciones llamadas reformas. Cada una de estas reformas se basará en el intercambio y reposicionamiento de obras en la galería, así como en la inclusión de trabajos en las áreas externas de Inhotim.

Para Paulo Nazareth, Esconjuro es una exhibición en expansión que no solo ocupa el espacio visual, sino también establece vínculos con otros sentidos. «Mi deseo, más que nada, es que haya una conversación con el público, con los empleados, con la comunidad local. Mi deseo es que esta exposición sea viva, algo que esté ocurriendo siempre. Es una apertura que precede a otras aperturas dentro de sí misma», comenta el artista. Paulo Nazareth añade: «La exposición es tanto para humanos como para no humanos, o para diferentes formas de humanidad, como señalan los kaiowás y los boruns».

Obras de Paulo Nazareth en exhibición como parte de "Esconjuro", en el Instituto Inhotim. Imagen cortesía de Instituto Inhotim

La exposición individual de Nazaret está curada por Beatriz Lemos, quien renueva la visión curatorial original de Inhotim en 2024. Lemos destaca que «esconjuro es una palabra muy poderosa en nuestro vocabulario, muy conocida en los terreiros de las religiones de origen africano y vinculada al día a día de les curanderes, de les leñadores, de las personas que hablan con la sacralidad de las plantas. Y Nazaret, afirma, llega a Inhotim con esta palabra que se refiere tanto a la protección como a la liberación de la mala energía, de las cosas malas».

Por su parte, la muestra colectiva Ensaios sobre paisagem, curada por Deri Andrade, reúne obras de artistas que amplifican las discusiones sobre la naturaleza en sus diversas prácticas artísticas, indagando en temas como la ciencia, la ancestralidad y la relación humano-naturaleza. Esta exposición aporta una mirada enriquecedora y diversa a las reflexiones sobre el paisaje en el contexto actual.

La producción artística de Aislan Pankararu se basa en tres pilares: su formación en medicina, el bioma de Petrolândia, su lugar de nacimiento, y su conexión con la ancestralidad de su pueblo Pankararu. Ana Cláudia Almeida cuestiona la naturaleza y los conceptos de artificialidad y normatividad a través de su exploración de la pintura y el dibujo, experimentando con elementos como el tiempo, la acción y la propia paisaje. Castiel Vitorino, en sus series fotográficas, se enfoca en la transmutación y metamorfosis, cartografiando la naturaleza en mutación. Por us parte, Zé Carlos Garcia crea esculturas totémicas con materiales orgánicos basados en la naturaleza y la arqueología de la región nordeste.

Escultura de Zé Carlos Garcia delante de obras de Castiel Vitorino Brasileiro, en la exposición colectiva "Ensaios sobre paisagem". Fotografía por Ícaro Moreno. Imagen cortesía de Instituto Inhotim

En palabras de Júlia Rebouças, directora artística de Inhotim, esta inauguración representa un momento de transformación y renovación para el museo. «Nos encontramos en una encrucijada de tiempos, donde el pasado y el futuro convergen en el presente», señala Rebouças. «Con obras como O Barco | The Boat y exposiciones como Esconjuro, esperamos abrir un diálogo significativo sobre las heridas del pasado y las posibilidades de un futuro más inclusivo y justo».

Con estas nuevas exposiciones, Inhotim continúa consolidándose como un espacio cultural único en el que el arte, la naturaleza y la reflexión se unen para ofrecer experiencias transformadoras para todos sus visitantes.

Para obtener más información sobre las exposiciones y actividades en Inhotim, visita su sitio web oficial.