Familia Otero-Pardo: "Nos llegó el momento de trabajar para volver a poner en escena a estos dos grandes artistas"

Desde hace algo menos de tres años, la familia Otero-Pardo, a través de la Fundación Alejandro Otero-Mercedes Pardo, con base en Caracas, se ha puesto a trabajar "formalmente" para posicionar en el lugar que se merece la obra de sus padres Alejandro Otero (El Manteco, 1921 - Caracas, 1990) y Mercedes Pardo (Caracas, 1921 - 2005), dos artistas venezolanos que fueron figuras clave del arte moderno latinoamericano.

Aprovechando la nueva exposición individual dedicada a Alejandro Otero en la reconocida galería especializada en arte latinoamericano Sicardi | Ayers | Bacino, de Houston, que viene precedida por otra anterior de Mercedes Pardo, hace un año, conversamos con sus hijos sobre como afrontan la responsabilidad y el reto de gestionar el legado de estos dos grandes creadores latinoamericanos cuya obra es "aún poco conocida", según ellos.

ARTEINFORMADO (AI): ¿Cuándo y por qué decidieron constituir la Fundación Alejandro Otero-Mercedes Pardo en Venezuela?

Fundación Otero-Pardo (FOP): Fue un proceso que tomó varios años. Teníamos un legado de incalculable valor histórico que organizar, a objeto de permitir su acceso a quienes pudiera interesar. La sede de la Fundación fue el hogar de la familia y taller de ambos artistas, y lugar de encuentro para colegas, intelectuales, amigos, artistas de todas las disciplinas que concurrían allí. La casa en sí es un hito arquitectónico, diseñado por Alejandro con José Villanueva, hijo de Carlos Raúl. Es el lugar ideal para reconstruir la historia y trabajar por la difusión de la obra de estos dos artistas que trabajaron lado a lado, no solamente en su propia obra, sino también e intensamente en hacer país, en hacer a Venezuela.

AI: ¿Cómo se trabaja desde la fundación para proteger, preservar, difundir y desarrollar su legado?

FOP: Precisamente en ese orden: protegemos para preservar los documentos, separados en capítulos diferenciados pero complementarios: hemerografía, correspondencia, fotografía, bibliografía y misceláneas. La colección hemerográfica comenzó a reunirse en los años 40 del siglo XX. El capítulo correspondencia es el testimonio escrito de los protagonistas de la historia del arte de la segunda mitad del siglo pasado. Papá era también fotógrafo y documentaba todo lo que hacía. Hay fotografías impresas, negativos, diapositivas, transparencias, material fílmico en todo tipo de formato. La bibliografía está compuesta por una nutrida colección de catálogos de exposiciones individuales y colectivas en las que participaron ambos artistas, y también otros de sus amigos, y una biblioteca especializada en arte. Todo ello es la base documental para apoyar investigaciones, proyectos educativos, tesis de grado, programas de difusión, publicaciones, etc. En cuanto al desarrollo del legado, tanto Alejandro como Mercedes dejaron muchos caminos abiertos. Creemos que todavía está por descubrirse, por develar al mundo en su justa dimensión, una obra aún poco conocida.

Alejandro Otero: Rhythm in Line and Space. Vista de la exposición. Cortesía de Galería Sicardi | Ayers | Bacino

AI: Vuelven a colaboran con la galería Sicardi | Ayers | Bacino, de Houston, ahora con una individual de Alejandro Otero tras la dedicada a Mercedes Pardo el pasado año. ¿Por qué han elegido a Sicardi Ayers Bacino como su galería de cabecera? ¿Trabajan y/o colaboran con otras galerías?

FOP: Nos llegó el momento de trabajar para volver a poner en escena a estos dos grandes artistas. Hemos estado buscando lugares y plataformas de prestigio que comprendieran nuestra misión. Comprendieran en el sentido que supieran de lo que se trata: rendir tributo al legado de marras, centrado en la difusión de la obra de Alejandro y de Mercedes hacia el público al cual pertenece ese legado. En otras palabras, humildemente aunque suene al revés, porque esa obra, como toda obra maestra, pertenece a la humanidad. Esa es nuestra misión. El interés de María Inés Sicardi que hizo eco en sus socios y maravilloso equipo, fue el inicio de una nueva era para nosotros, incluidos Alejandro y Mercedes. Ella no solamente tiene la justa dimensión de lo que estamos re-construyendo juntos, la claridad, sensibilidad e intuición necesarias para lograrlo, sino que también tiene una experiencia de larga data y cuenta con el merecido reconocimiento que se ha labrado en 25 años de trabajo ininterrumpido. Las dos exposiciones realizadas en su galería, ambas memorables, nos han catapultado y dan cuenta de su savoir faire. Estamos agradecidos, honrados y sumamente complacidos. 

Trabajamos y colaboramos regularmente con museos y galerías de otras ciudades y países, así como con investigadores, curadores, profesores y estudiantes, estableciendo colaboraciones en todo lo que podamos para reafirmar y/o dar a conocer este legado. La receptividad ha sido motivante y emocionante.

Alejandro Otero: Rhythm in Line and Space. Vista de la exposición. Cortesía de Galería Sicardi | Ayers | Bacino

AI: Entre la última individual "O Espaço Ressoante Os Coloritmos De Alejandro Otero" en la Pinacoteca do Estado de Sâo Paulo, de 2012, y "Alejandro Otero: Rhythm in Line and Space", ahora en la galería Sicardi Ayers Bacino median 7 años. Y entre la muestra "Mercedes Pardo, Más allá del color" en el Centro de Arte La Estancia de Caracas, en 2011, y su última individual "Mercedes Pardo: Beyond Color" también en Sicardi Ayers Bacino, en 2018, trascurrieron igualmente otros 7 años. ¿Por qué ha pasado tanto tiempo entre ambas? ¿No se ha producido la oportunidad idónea de realizar más individuales en estos años? 

FOP: Tengamos en cuenta que la Fundación tiene apenas tres años de constituida formalmente. Han sido años de hilar fino, buscar, proponer, convencer, en fin, son procesos que se van dando poco a poco. Sí, ha habido más exposiciones en diversos lugares y oportunidades, participación en colectivas de enorme importancia con las que hemos colaborado estrechamente. Por ejemplo, "El dibujo fuera de sí. Tríptico de Venezuela 1970-2014", 2017, en Santa Cruz de Tenerife; "Alejandro Otero, He vivido por los ojos", colección Mercantil, Caracas 2017; "Kinesthesia", Palm Springs, California, 2017-18; "A la búsqueda de los Coloritmos de Alejandro Otero" 2018, con la presentación del catálogo razonado de los Coloritmos; en el MFAH "Contesting Modernity"; en el MoMA en este momento está la Donación de Patricia Phelps de Cisneros; y otras muestras colectivas en Pinta, Miami, 2017-18; Basel Miami, Bélgica y Hong Kong; Thomas Dane/Kurimanzutto en Londres, New York y Hong Kong, etc., no hemos estado en silencio. Estamos trabajando en próximas individuales de ambos.

Alejandro Otero: Rhythm in Line and Space. Vista de la exposición. Cortesía de Galería Sicardi | Ayers | Bacino

AI: En su opinión, ¿qué imponderables se dan para que dos artistas que fueron figuras clave del Arte moderno latinoamericano como Otero y Pardo no estén recibiendo un trato o reconocimiento institucional similar al de otros pioneros y compañeros de generación, como Soto, Cruz-Diez o Gego, a quienes se les han dedicado distintas exposiciones individuales en grandes museos y centros internacionales en los últimos años?

FOP: ¡Para allá vamos! Son muchos los factores de diversa índole los que han incidido en eso, razones por las que organizamos y constituimos la fundación que lleva sus nombres, que es centro de referencia y de convergencia de intereses y documentación para la proyección de su vida, obra y pensamiento. Nos hemos propuesto articular, coordinar las diversas iniciativas aisladas que siguen sucediéndose y que mantienen una voz viva en escena. Por supuesto, es de fortalecerlas, aunar esfuerzos para mayor resonancia.

AI: En el caso de Alejandro Otero si que le encontramos formando parte de la exposición con la que reabre un ampliado MoMA "Sur moderno: Journeys of Abstraction - The Patricia Phelps de Cisneros Gift". ¿Cómo valoran esta inclusión? ¿Les ha hecho especial ilusión? 

FOP: Siempre nos hace ilusión lo que hace el MoMA con las obras que tiene de Alejandro en su colección, y con todo lo que hace en general. Ellos fueron los primeros en adquirir una obra de Alejandro Otero en los años 50 del siglo pasado, el Coloritmo número 1. Los Otero de su colección, aún antes de recibir la generosa donación de Patricia Phelps de Cisneros, han paseado por todo el mundo. Una de las más recientes ocasiones en que fue mostrado Otero a través del MoMA, fue en el Museo Reina Sofía de Madrid. En esta oportunidad, la Fundación Otero-Pardo colaboró directamente con el MoMA en la investigación que respalda la muestra y se detalla en el catálogo de la misma.

Alejandro Otero: Rhythm in Line and Space. Vista de la exposición. Cortesía de Galería Sicardi | Ayers | Bacino

AI: El archivo y la biblioteca de la Fundación Otero Pardo ofrece una gran cantidad de recursos para investigadores, curadores, profesores de arte, estudiantes, coleccionistas y otras personas interesadas. ¿Han tenido alguna oferta de depósito o de compra por parte de alguna institución cultural pública o privada; o de compra por parte de coleccionistas privados, dado el gran interés que este tipo de material historiográfico está despertando en los últimos tiempos?

FOP: Ese centro documental es la columna vertebral de la Fundación, justamente, lo que nos posibilita el apoyo a las instituciones, la creación de líneas de investigación, la catalogación y elaboración del catálogo razonado de la ópera omnia de Otero y Pardo, toda la información y referencias de lo que hicieron y siguen haciendo con su obra y relaciones de vida, aunque ya no estén con nosotros. Es bienvenido el apoyo de otros entes, pero no está en venta.

AI: Por último, ¿qué relaciones y colaboraciones mantienen con el Museo Alejandro Otero de Caracas, así como con otros museos y centros de arte de Venezuela?

FOP: Con el Museo Alejandro Otero, así como con cualquier Museo o centro de arte de Venezuela, hemos estado siempre dispuestos a colaborar en lo que nos soliciten, pues tenemos los mismos propósitos. El Museo Alejandro Otero fue nombrado así como homenaje a la vida y obra de un artista que amaba a Venezuela, que sabía que se debía a ese país, y quien fue, entre otras cosas, promotor y creador de la Galería de Arte Nacional para que Venezuela tuviera memoria.