California, Estados Unidos – El reconocido artista Bill Viola, cuya obra ha dejado una profunda huella en el arte contemporáneo, falleció el 12 de julio en su hogar en Long Beach, California, a los 73 años de edad. Su deceso, a causa de complicaciones relacionadas con la enfermedad de Alzheimer, fue confirmado por la Galería James Cohan, que representaba su trabajo.

Viola fue pionero en el uso del video como medio artístico, explorando temas fundamentales como la conciencia humana, el nacimiento, la muerte y la espiritualidad. Su obra, influenciada por tradiciones místicas que van desde el budismo zen hasta el sufismo islámico, así como el arte devocional occidental medieval y renacentista, se caracterizó por una profunda contemplación de la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, el ruido y el silencio.

"Mártires (Tierra, Aire, Fuego, Agua)", 2013, de Bill Viola en la Catedral de San Pablo, Inglaterra

Nacido en 1951 en Queens, Nueva York, Viola se formó en la Universidad de Syracuse, donde exploró los estudios experimentales y la música electrónica. A lo largo de su carrera, desarrolló una amplia gama de obras que incluyeron instalaciones de video arquitectónico, performances de música electrónica y piezas para la televisión, ampliando constantemente los límites del medio.

Desde la década de 1970, Viola colaboró con destacados artistas y fue artista residente en el Laboratorio de Televisión de WNET Thirteen en Nueva York. En 1983, se convirtió en instructor de video avanzado en el Instituto de las Artes de California en Valencia, consolidando su legado como uno de los principales innovadores del videoarte.

Bill Viola, "Tempest (estudio para la Balsa)", 2005. Video en alta definición a color en panel LCD montado en la pared

El impacto de Viola en el arte contemporáneo fue ampliamente reconocido con premios como la Beca Guggenheim en 1985 y la beca MacArthur en 1989. Su trabajo ha sido exhibido en importantes eventos internacionales, incluyendo la Bienal de Venecia y la Bienal de Whitney, así como en retrospectivas en museos de renombre mundial.

Bill Viola deja un legado perdurable en la intersección del arte, la tecnología y la espiritualidad, sobreviviéndole su esposa Kira Perov, quien ha dirigido su estudio desde 1978, y sus dos hijos. Su impacto continuará resonando en generaciones futuras, marcando un hito en la historia del arte contemporáneo.