Dentro del proyecto informativo colaborativo de reflexión sobre el futuro del arte y nuestra sociedad (#pensandoelfuturo / #pensandonofuturo), nacido en plena lucha contra la crisis del coronavirus, presentamos esta nueva entrevista con  Donna Conlon (Atlanta, 1966) & Jonathan Harker (Quito, 1975), colectivo creado en 2006 y con base en Ciudad de Panamá, y que, como el resto publicadas y/o por publicar, ARTEINFORMADO ofrece en abierto para que sigamos "todxs en casa pero todxs bien informadxs": 

ARTEINFORMADO (AI): En estos momentos de incertidumbre, ¿qué mensaje de ánimo y confianza le gustaría trasladar a sus colegas y al resto de los operadores y actores del mundo del arte?

Donna Colon y Jonathan Harker (DC/JH): No tenemos un mensaje de ánimo y confianza. Pensamos que estamos viviendo un tiempo en el que hay que andar con mucho cuidado, alerta y con los ojos bien abiertos, listas para actuar con intención y propósito. Una crisis es como un lente, que enfoca con mucha precisión y detalle las feas realidades que ya enfrentabamos – si nosotras, como artistas, no estamos dispuestas a mirar por ese lente, ¿entonces quién sí?

AI: ¿Cómo cree que va a afectar a su manera de trabajar y a su obra así como a sus relaciones con el resto de operadores? ¿Toca reinventarse?

DC/JH: Los reajustes y la reinvención son elementos obvios del presente. La mujer que me (DC) trajo el super ayer antes trabajaba en un departamento de recursos humanos, y el hombre que me lo trajo la semana pasada es técnico de refrigeración. El de la semana anterior a esa es albañil. El mundo entero se está redefiniendo de alguna manera u otra ahora mismo. Para nosotras que tenemos la seguridad económica de seguir haciendo lo que nos gusta o sabemos hacer, tenemos el privilegio de reinventarnos un poco más bajo nuestros propios términos.

Todos los años dirigimos un taller de pensamiento crítico llamado Voces en Acción (patrocinado por Casa Santa Ana y el Centro Cultural de España). Este año el taller terminó justo cuando el Covid-19 se desató a Panamá.

Lo llevamos a lo virtual, y a la vez lo expandimos: incluimos más artistas locales y empezamos a invitar amigos artistas de otros países. Ya en vez de liderarlo, lo facilitamos. Idealmente esta estructura seguirá evolucionando hacía algo cada vez más horizontal. Una de las cosas que el virus ha puesto en foco más que nunca es la importancia de solidaridad en la comunidad. Queremos que el taller se convierta en una plataforma para el intercambio y para construir, apoyar y fortalacer nuestra comunidad.

AI: ¿Piensa ahora que debería acometer una nueva fase online para visibilizar y difundir más y mejor su trabajo u otros proyectos impulsados y relacionados con él? Si, es así, ¿qué medidas baraja implementar de cara al futuro en su nueva estrategia digital y que no venía ejecutando?

DC/JH: Ya hay mucho movimiento hacía lo virtual, pero los ejemplos interesantes son los que van más allá de simplemente cambiar a plataformas de autopromoción, e incluyen reconfiguraciones reales de las estructuras de poder. 

Una de las iniciativas interesantes que ha surgido aquí en Panamá en los últimos dos meses es la Galería Grid, una galería virtual dirigida por Judith Corro y Maria Fernanda González. Grid está mostrando trabajos de una generación de artistas emergentes que merecen más visibilidad de lo que han recibido. Pero el detalle más interesante es que las artistas ganan el 100% del precio de venta de las obras. Es algo que puede generar un cambio radical de paradigma.

A través de la historia, las artistas se han rebelado en contra del sistema una y otra vez (happenings, performances, land art, graffiti), solo para ser reabsorbidas y regurgitadas como productos de consumo del status quo que pretendían criticar, rechazar o subvertir. No todo el mundo tiene acceso a internet, pero muchísimas más de las que pueden viajar alrededor del mundo para producir o visitar eventos de arte, así que potencialmente es una plataforma de exhibición y encuentro más igualitaria y accesible que las ferias y bienales del mundo del arte pre-Covid. La posibilidad de subvertir esas viejas estructuras es la parte interesante.

Las interconexiones entre la crisis climática, las enfermedades y la desigualdad económica definen nuestro mundo. No son solamente nuestras costumbres diarias las que tenemos que cambiar: debemos transformar nuestro modelo civilizacional por completo. Como individuos probablemente no podemos modificar nuestra estructura social drásticamente, pero por lo menos intentamos poner el dedo en la llaga, para cuestionar las estructuras de poder que nos atraviesan, especialmente en relación al mundo o el mercado del arte. La idea en esencia es encontrar o abrir pequeñas brechas o fisuras en el sistema, lugares por donde pueda entrar algo de luz o de aire fresco desde otros mundos posibles, mundos radicalmente distintos a éste, que con urgencia de vida o muerte todas ahora debemos comenzar a construir.