Diseño, maestros antiguos, drogas, juego de rol, ... opciones de la semana

Desde Málaga, Alfredo Viñas nos apunta la exposición "Maestros antiguos" del barcelonés Xisco Mensua porque su obra "pese a utilizar el óleo y la acuarela, se basa fundamentalmente en el dibujo. Maestros Antiguos es una profundización del artista sobre la propia historia del arte, introduciendo figuras extraídas de maestros antiguos y reinterpretándolas". También desde Málaga, esta vez desde el Centro de Iniciativas Universitarias - Fundación Eccus se nos plantea la exposición "Be Board", que recoge diseños sobre 25 tablas de skate porque "es una exposición diferente en una ciudad en la que la gente arriesga poco, y, también, porque es una iniciativa de gente joven para gente joven".

El galerista murciano Fernando Guerao propone que "si te quieres encontrar con un creador que valora tu capacidad imaginativa como espectador, no debes dejar de visitarnos para divertirte con la mirada irónica y transgresora de Jabi Machado, el Peter Pan sevillano", que expone por primera vez en Murcia.

La Sala Juana Mordó del Círculo de Bellas Artes de Madrid pone sobre la mesa su exposición "24 x 365. Diseño gráfico
para la comunicación pública", segunda muestra del ciclo de exposiciones Valores del diseño organizado por el Círculo de Bellas Artes y la Sociedad Estatal para el Desarrollo del Diseño y la Innovación (ddi). Con esta iniciativa, inaugurada en noviembre con la exposición "Valores del diseño: cotidiano", "ambas instituciones quieren llamar la atención sobre el valor del diseño y sus usos técnicos, creativos, económicos y sociales -que, a menudo, pasan desapercibidos para el gran público-, y hacer de la Sala Juana Mordó un lugar de referencia del mismo. La exposición incide en la capacidad del diseño para, sin renunciar a su dimensión estética, comunicar mensajes a la sociedad".

Margarita González, de la madrileña BCP&P Galería, propone "La enredadera de la serpiente", una exposición de obra gráfica del sevillano Federico Guzmán, que "emprende la búsqueda de "la enredadera de la serpiente" u ololiuhqui, una de las antiguas drogas mágicas de México. Guzmán ha construido las piezas -algunas de gran tamaño- mediante la estampación en cuatricromía. Para cada imagen el artista ha pintado cuatro matrices -amarillo, magenta, cyan y negro- que se han ido estampando sucesivamente siguiendo la mecánica del offset. La imagen fotográfica original se escinde para reconstruirse pictóricamente. La posibilidad de jugar con las cuatro planchas de color por separado permite experimentar con los registros al encajar o desencajar la imagen. La manera en que la tinta se deposita sobre el soporte de la plancha sin ser absorbida permite una variedad ilimitada de densidades y texturas. Y la manera en que las texturas coloreadas se combinan despliega un arco iris fractal de tonos y matices al interior de cada pincelada. Las sorprendentes posibilidades visuales de esta técnica sirven al artista para jugar con nuevas relaciones entre forma y contenido, evocando los efectos visionarios de fosfenos y colores saturados para representar estas flores alucinógenas".

Sin salir de Madrid, la galería de fotografía cámara oscura apunta la exposición de la norteamericana Elena Dorfman titulada "Fandomania" "una de las exposiciones más espectaculares de fotografía en Madrid en estos momentos, ya que presenta una suerte de moderna mitología conformada por un colectivo fan de una cultura japonesa cada vez más y más extendida". "La serie documenta el extraordinario mundo del "costume play" (juego de disfraces o cosplay) en el que los participantes emulan a los personajes de cómics manga, películas famosas o videojuegos. "Fandomania" revela la experimentación de cada individuo con el juego de rol, convirtiéndose cada uno en su héroe favorito. Dorfman emplea elementos visuales extraídos del fantástico para conjurar a la propia realidad y construir un mundo paralelo repleto de samurais, mad hatters y princesas psicodélicas".

Por último, Daniel Silva, de la barcelonesa Tòrcul Galería d''Art nos apunta "Vida y vicisitudes del Quijote" del almeriense Toni Fernancé por "la originalidad del soporte que utiliza en su pintura al óleo, ya que pinta sobre piedra, y el hecho que la colección que presenta en nuestra sala es una serie excelente sobre la célebre novela de Cervantes. El artista no se limita a ilustrar el libro, recrea la época y la geografía de la obra y de su autor, poniendo una especial atención en las escenas del Quijote en Barcelona, ciudad que Miguel de Cervantes pudo conocer a fondo, puesto que vivió una temporada en el Paseo de Colón, en el edificio que hoy en día se conoce como Casa Cervantes".