Entrevistas 23 may de 2018
por Gustavo Pérez Diez
Cristina de Middel. Foto de Nani Gutierrez. Cortesía de Espacio Fundación Telefónica
"Tendríamos que alentar a la audiencia a ser más críticos en general y la fotografía es una buena herramienta para desencadenar esas críticas".
"Me interesa el entendimiento de la creación en general como algo lúdico en su origen, no sólo la fotografía ni Magnum".
Mientras se encamina hacia su incorporación en la prestigiosa agencia Magnum, la última Premio Nacional de Fotografía, la alicantina Cristina de Middel (Alicante, 1975) vuelve a jugar el rol de comisaria con "Los fotógrafos de Magnum entran al juego", una exposición que acaba de inaugurarse en el Espacio Fundación Telefónica, de Madrid, como parte de su propuesta curatorial "Players" para el 20º aniversario de PhotoEspaña, que arranca el próximo 6 de junio. Sobre ello y otros asuntos que rodean su veloz y triunfante trayectoria pivota la entrevista.
ARTEINFORMADO (AI): Acaba de inaugurarse "Los fotógrafos de Magnum entran al juego", una exposición en Espacio Fundación Telefónica que comisaría al alimón con su colega británico Martin Parr y que forma parte de su propuesta "Players" para PhotoEspaña 2018. Dos preguntas: ¿Por qué le interesa recuperar la dimensión lúdica de la fotografía? ¿Guarda relación este proyecto con su nominación y período de prueba de dos años para ser miembro de la prestigiosa Agencia Magnum?
Cristina de Middel (CDM): Me interesa el entendimiento de la creación en general como algo lúdico en su origen, no sólo la fotografía ni Magnum. Esta exposición forma parte de una propuesta más completa en torno a la relación del juego con el desarrollo creativo de ideas. Cuando recibí la invitación de PhotoEspaña acababan de nominarme para la agencia y me pareció interesante y divertido intentar incluir a la agencia en mi propuesta. Lo que empezó como una idea descabellada fue tomando forma en cuanto Martin Parr aceptó participar en todo el proceso. También, a nivel práctico, a mí me permitía conocer la agencia mucho más a fondo y explorar sus archivos más mirando que admirando (que es lo que había hecho hasta entonces).
AI: Últimamente es frecuente recurrir a artistas para comisariar exposiciones e incluso bienales, caso de la próxima São Paulo 2018. También es lo que ha hecho PhotoEspaña en sus dos últimas ediciones, el año pasado con su colega Alberto García-Alix y este año con Vd. Desde esta posición, ¿qué considera que aporta la visión del artista al trabajo comisarial, habitualmente considerado como un trabajo especializado y a realizar por especialistas en la selección de artistas y obras, algo que no siempre se supone como el punto fuerte de los artistas, a los que se tiende a considerar más centrados en su propio trabajo? ¿Quizás aportan una visión o punto de vista más fresco y cercano a la obra de sus colegas?
CDM: Yo creo que estas incursiones deben ser excepcionales y pueden valer como experimentos de los que ambas partes aprenden. Por lo menos es así cómo yo me he tomado esta experiencia. He aprendido mucho pero me siento mucho más a gusto en mi pequeño corral y sin tanta carga teórica. Cuando expones tu trabajo usas tu lenguaje y tus herramienta para lanzar un mensaje, en este caso comisariando yo lo que he hecho ha sido lanzar un mensaje pero usando el lenguaje y las herramientas de otros. Es un proceso similar pero hay una diferencia fundamental que viene con la responsabilidad que se adquiere al formar tu propio discurso con las palabras de otros... como un portavoz invertido. Creo que trae frescura, sí, pero tampoco abusaría.
AI: Desde que fuera nominada al prestigioso Deutsche Börse Photography Prize 2013 con su proyecto "Afronauts" y con él se diera a conocer al gran público, no ha parado de trabajar y de recibir premios, siendo uno de los últimos el Premio Nacional de Fotografía, que le fue concedido el pasado mes de octubre. Otras dos: ¿Como vive esta veloz y triunfante trayectoria? ¿Y que pensó al conocer que se convertía en la 23ª premiada y la 5ª mujer en ganarlo?
CDM: Pues la verdad es que todo ha ido tan rápido que no me ha dado mucho tiempo a analizar o entender siquiera la secuencia de estos últimos 6 años. También vivo y me muevo bastante en la periferia y no tengo mucho tiempo para darme baños de celebraciones porque lo que más me interesa es seguir trabajando. Creo que lo que hice, casi inconscientemente, fue una huida hacia adelante y aquí sigo corriendo.
AI: Tras diez años como fotoperiodista descubre que está decepcionada con el fotoperiodismo, fundamentalmente, si no nos falla la información, "por su dependencia con respecto al consumo de 'auténticas' imágenes y la mentira que las acompaña". Tres preguntas: ¿Surge de este desencanto el replantearse los limites de la realidad del lenguaje fotográfico que aborda en sus proyectos, y que, por cierto, fue una de las razones que destacó en su acta el jurado que le concedió, por unanimidad, el Premio Nacional? ¿Sigue decepcionada? ¿Certámenes como el World Press Photo, cuya exposición se puede ver en primicia en el CCCB de Barcelona, ayudan a impulsar la imagen y valor social del fotoperiodismo?
CDM: Ahora estoy menos enfadada porque ya no necesito estarlo, pero sigo pensando que el foto-periodismo no es suficiente y que es ridículo que monopolice el coto de la descripción visual del mundo. Te puedes ver todas las imágenes hechas por todos los foto-periodistas hechas en la Historia y no vas a entender lo que pasa en Haití ni en Siria ni en Murcia. Vivimos realidades complejas y cualquier explicación que venga simplificando esta realidad es al menos sospechosa. Yo creo que tendríamos que alentar a la audiencia a ser más críticos en general y la fotografía es una buena herramienta para desencadenar esas críticas. Cuando se la hace portadora de la verdad se queda reducida a la nada.
AI: Hoy en día, ganarse la vida como fotoperiodista no es fácil pero ganársela como artista tampoco lo es. ¿Comparte que todo artista que quiera vivir de su obra debe para ello trabajar su vertiente comercial?. Y en su caso, ¿por qué eligió a la galería madrileña Juana de Aizpuru para su representación? ¿Tuvo que ver que ya cuenta con la experiencia y el éxito a lo ahora de también hacerlo con otros reconocidos fotógrafos, entre ellos, Yasumasa Morimura, Andrés Serrano, Wolfgang Tillmans o el referido Alberto García-Alix?
CDM: Una de las ventajas de la fotografía es que puede ser muy versátil sin por ello perder su esencia o su valor. Personalmente tengo etapas en las que vivo de la foto editorial, otras de la educación y otras de la venta de obras. Para mí es un privilegio poder estar trabajando con Juan de Aizpuru y un honor que una galería con esa historia y presencia decida apostar por un trabajo que en muchos casos es difícil de clasificar. Siempre me han dicho que soy demasiado artista para las revistas y demasiado documental para las galerías. Espero que me lo sigan diciendo muchos años.
AI: Por último, junto a los proyectos para PhotoEspaña y el de su ingreso para la agencia Magnum, ¿en qué otros ha estado o está inmersa?
CDM: Estoy preparando varias exposiciones para este año en México, Bangkok, Argentina y la más inminente en el festival de Arles. También empiezo un proyecto en México sobre inmigración pero mi gran plan para el último trimestre de este año es volver a casa y descansar. No he parado en seis años y ya me toca.
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