Tras nueve años de exposiciones ininterrumpidas, la malagueña Sala Alameda acaba de celebrar su última exposición ( La feminidad craquelada), tras haber sido vendido el edificio a una inmobiliaria, Frai, dirigida por Fernando Rodríguez-Acosta, hijo del presidente de la granadina Fundación Rodriguez-Acosta, lo que, en principio, permitió especular con la posibilidad de que el espacio ocupado por la Sala Alameda acabase siendo una subsede de la Rodriguez-Acosta o, incluso, su sede principal, lo que fue negado reiteradamente por su presidente, Miguel Rodriguez-Acosta. Según los nuevos propietarios del edificio, que alberga los bajos ocupados por la Sala, por ahora está por decidir la ocupación de estas instalaciones. Como está por decidir si la Diputación de Málaga dará continuidad al programa expositivo de la Sala, para lo que, por ahora, se meditan dos posibles alternativas: regresar a los bajos de su edificio en la plaza de la Marina o incluir un nuevo recinto en la proyectada ampliación del Centro Cultural Provincial.
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