Carmen de la Calle, de Jerez a Madrid

"Abrí mi galería porque había un vacío expositivo en Cádiz para el arte contemporáneo", confiesa Carmen de la Calle respecto a su primera galería homónima, abierta en 1991 en Jérez de la Frontera (Cádiz). Así inició su recorrido como galerista que le llevó, en 2003 a abrir nuevo espacio en Madrid, en el núcleo galerístico de la calle Conde de Xiquena, donde descubrió "un local estupendo". Una decisión que tomó porque, dice, "te lo pide tu trayectoria", manteniendo durante dos años ambos espacios, hasta que, en 2005 decidiese cerrar la galería de Jerez.

Interesada por el arte desde muy temprana edad, Carmen pasó 12 años de su infancia en París impregnándose de numerosas exposiciones y haciendo del arte su forma de vida. Hoy, la galerista lleva 17 años intentando sacar, con paciencia, lo mejor de sus artistas a pesar de los fracasos y desconfiando de los éxitos. "Estudiar Historia del Arte no te enseña a ser galerista, sólo te permite entrar en el mundo del arte", señala Carmen que asegura "suplir la falta de formación inicial en arte con la intuición", citando voluntariamente a la galerista madrileña Elvira Gonzalez. Una intuición que le llevó a descubrir a artistas como Juan Carlos Bracho, Simon Zabell o Diego Opazo -presentes en numerosas colecciones privadas como Cajasol, Caja Madrid o la Fundación Rafael Botí-, que componen, entre otros, el actual grupo de artistas que lograron llegar al alma de Carmen y en los que se centra la galerista.

"Acudir a una feria es interesantísimo aunque no vendas, pero hoy voy más con pies de plomo", declara la galerista a quien le parece excesiva la proliferación de ferias, dado que -en su opinión- un coleccionista no puede ir a todas y advierte que "es una moda que pasará". Desde 2006 no ha vuelto a ser admitida en ARCO. "Es muy extraño que viniendo a Madrid y mejorando el programa, no te dejen entrar", denuncia Carmen, bastante decepcionada con la feria madrileña. Considera, además, que en estos momentos resulta más difícil sobrevivir como galería que hace unos años. ¿Las razones? Una competencia creciente en un entorno también -y esto es positivo- de un coleccionismo español cada vez más atrevido. Pese a todo, confía en los jovenes galeristas, particularmente si son de provincias, por su aportación de nuevas ideas y otra mirada. "Les hemos dejado el camino abierto. Ahora tienen que seguir adelante", apunta Carmen acerca de la nueva generación de galeristas españoles. Por Amelie Hernando - ARTEINFORMADO