La galería Canals, de Sant Cugat (Barcelona), cumple estos días 35 años de vida, que celebra con la apertura de un nuevo local (ver noticia anterior). Con este motivo hemos solicitado a su creador, Josep Canals Gual, 61 años, casado y padre de tres hijos, que nos cuente cómo ha sobrevivido una galería de arte en una localidad periférica de Barcelona, en la que en los últimos años se han sumado otros espacios como Espai Lluis Ribas, La GaLeRia, Pou d'' Art o la Sala Rusiñol. Hay que tener en cuenta que, en estos momentos, San Cugat del Vallés supera una población de 70.000 personas, en gran medida de medio-alto poder adquisitivo.

Josep Canals, licenciado en Bellas Artes, señala, sin dudarlo, que "mi primer gran acierto fue el hecho de situar la ciudad de Sant Cugat en el circuito de ciudades artísticas y que sea un punto de referencia galerística pues, como pioneros, hemos conseguido que, hoy en día, se tenga en cuenta lo que está sucediendo en esta ciudad vecina de Barcelona". Cuando, hace 35 años, montó la primera galería de arte profesional de la localidad, fue porque "consideraba que la ciudad empezaba a tener un cierto interés por el mundo del arte. En aquellos años, estaba en pleno apogeo la Escuela Catalana del Tapiz, que había renovado el concepto del tapiz en todo el Estado español, y por donde pasaron artistas de la categoría de Miró, Picasso, Tàpies, Muxart,… La galería es un fiel reflejo de los artistas que, desde los años 50 hasta hoy, han estado vinculados con la ciudad." Alguno de ellos, como Sergi Barnils, "del que realizamos una exposición hace ya 30 años y que, actualmente, es uno de los autores catalanes de mayor proyección internacional, especialmente en Italia."

Entre sus clientes pueden encontrarse desde "jóvenes que, mediante una pequeña cuota mensual, van comprando arte para su deleite, hasta emergentes empresas para las que el arte es un valor añadido. También contamos con el apoyo de algunos coleccionistas interesados en el arte de nuestro tiempo." Y, aunque actualmente nos encontramos en un momento crítico, que también se deja notar en el terreno del arte, Canals recuerda que "el mundo del arte siempre ha sido un mundo de público reducido, de unos pocos, y por ello, sea por inversión o por simple deleite, el cliente del mercado del arte sigue siendo escaso, pero existente."

Canals, una persona que a sí mismo se califica de "inquieta y vital, con ilusión y creyendo firmemente en el arte que defiende mi galería", admite que, en algún caso, las ventas se han resistido, señalando de inmediato que "no solamente de venta debe de vivir una galería, sino que una galería también es un centro espiritual de nuestro tiempo y, en este caso, aunque en ventas no hayan sido satisfactorias en más de una exposición, sí lo ha sido en el hecho espiritual".

Canals, cuya galería organiza también la Bienal de Arte Contemporánea Catalana -que da a conocer a buen número de artistas locales-, se siente también coleccionista, pues "una de las facetas más bonitas y placenteras del mundo de las galerías es el hecho de poder adquirir piezas que coleccionar creando así tu propio fondo de arte."