Entrevistas 20 ene de 2017
por Gustavo Pérez Diez
Blanca de la Torre
"Ser comisaria es mi manera de contar cosas, que tiene que ver con un modo de vivir también".
"Para mi lo ideal, y lo que creo más sano para el sistema, es pasar temporadas dentro y fuera de lo institucional, para controlar bien las fortalezas y debilidades de los dos ámbitos".
Hay personas que eligen por vocación ciertas profesiones o que parecen estar predestinadas para ellas. Uno de estos casos podría ser el de la española Blanca de la Torre (León, 1977), quien, por la vehemencia y empaque de sus palabras se deduce que ama, y mucho, su profesión, la de comisaria de arte contemporáneo.
Una profesión que si la llevas ejerciendo, desde hace más de una década, ya sea bajo el paraguas de una institución o de forma independiente, como lo ha venido haciendo De la Torre, puede ser muy gratificante y que te enganche, pero, que también, como nos pone en aviso esta joven comisaría leonesa, en el caso concreto de ejercerla de forma independiente, ni mucho menos está exenta de altas dosis de lucha, coraje, sacrificio, entrega y determinación.
En entrevista con Gustavo Pérez Diez, redactor jefe de ARTEINFORMADO, Blanca, de verbo fácil y clara de ideas, explica lo que es para ella ser comisaría: "es mi manera de contar cosas, que tiene que ver con un modo de vivir también"; repasa su trayectoria con referencias a sus etapas en Musac de León y Artium de Vitoria; habla sobre sus proyectos futuros, entre ellos, su gran exposición "Hybris" en Musac; y, como no, también de aquellos aún por realizar o "en el tintero", guardados en una carpeta de ideas que con el paso del tiempo ha ido engordando a la espera de que llegue el momento idóneo de poder llevarlos a cabo. A continuación tiene sus respuestas completas.
ARTEINFORMADO (AI): La figura del comisario de exposiciones, trabajando en instituciones o de forma independiente, ha adquirido una especial relevancia en los últimos años. Dado que tú has ejercido ambas. Nos podrías explicar un poco. ¿Qué es para tí ser comisario? ¿Qué diferencias hay entre trabajar para una institución y de forma independiente?
Blanca de la Torre (BDLT): Me gusta pensar en la figura del comisario como un gestor de ideas, que trabaja a partir del conocimiento colectivo –el de los artistas junto con el suyo- y que es capaz de materializar esas ideas en el formato que considere que funciona mejor, ya sea exposición, publicación, talleres, textos, acción, seminarios etc…o cualquier otra posibilidad para contar cosas. Para mi ser comisaria es mi manera de contar cosas, que tiene que ver con un modo de vivir también.
Diferencias: todas! Yo siempre digo que todos las/los directoras/es y comisarias/os de museos que nunca han sido independientes deberían obligarles una temporada a buscarse la vida en las calles…
Cuando trabajas para una institución todo es más sencillo: tienes un equipo de apoyo, un presupuesto más o menos concreto, una audiencia asegurada, etc… Siempre tienes que hacer frente a problemas también, por supuesto: económicos, el liderazgo del equipo, gestionar bien los recursos, hacer frente a recortes, pelear contra posibles intervencionismos y malas prácticas, captación de nuevos públicos, dificultad en la toma de decisiones difíciles y un largo etcétera, pero no nos engañemos: es muchísimo más fácil hacer las cosas con una nómina a fin de mes y un despacho calentito.
El comisario independiente tiene que funcionar como una especie de "mujer/hombre orquesta" que termina haciendo todo, y enfrentarse a problemas de los que no tienes que preocuparte cuando estás respaldado por una institución.
Esto no quiere decir que venir del comisariado independiente te de todas las claves para trabajar en una institución, en absoluto. Creo que es necesario conocer los dos ámbitos, para aprender todos los códigos y modos de funcionar, que son diferentes.
Cuando eres capaz de sobrevivir como comisario independiente sabes buscar estrategias más fácilmente, sacas dinero de debajo de las piedras para hacer tus proyectos, conoces ayudas, patrocinios etc que muchas instituciones en el país ni se planteaban porque estaban acostumbradas a gastar el dinero que les daban y ya está.
En España casi no se valoran estas capacidades para dirigir una institución, se ven como un valor añadido, y es curioso cómo en otros países son fundamentales y es lo primero que se valora para este tipo de puestos.
También creo que cuando has sido comisaria/o independiente de algún modo estás más próxima a los artistas, se genera otro tipo de empatía ante una situación más horizontal, porque ambos estamos en una tesitura similar, generalmente en unas condiciones muy por debajo del ideal, peleando por sacar adelante el trabajo y pasando por situaciones de negociación constante con la institución.
A veces tengo la sensación de que este cambiar por nuestro país se cree que los comisarios independientes lo son porque no tienen una institución, y se trata de un estado transitorio mientras se van presentando a todos los concursos que salen a ver si cae algo. Pero no es así, creo que también es algo muy vocacional y lamentablemente a menudo están infravalorados.
Yo dejé el Artium, de Vitoria, porque me encanta ser independiente, y me permite un tipo de vida que no puedo tener cuando trabajo en una institución. Pero también reconozco que es agotador, y además no te posibilita generar una línea conceptual y un programa continuado que se vaya construyendo acorde con tus ideas, generar contexto, desarrollar un tejido… y algunos aspectos de esta profesión que son muy gratificantes.
Para mi lo ideal, y lo que creo más sano para el sistema, es pasar temporadas dentro y fuera de lo institucional, para controlar bien las fortalezas y debilidades de los dos ámbitos.
AI: Recientemente, hemos entrevistado a Miguel A. López, comisario jefe de TEOR/éTica y Lado V, en San José (Costa Rica), a quien imagino conoces. López nos decía que "no necesitamos más curadores que aspiren a escalar al número uno de las listas de los más poderosos en el mundo del arte" y, que, por el contrario, "necesitamos curadores que consideren que su labor consiste en implicarse políticamente en sus propios contextos". ¿Te identificas con esta línea de pensamiento? ¿Cómo puede un comisario resistir la homogenización de la globalización?
BDLT: Por supuesto estoy de acuerdo con las palabras de Miguel. Pero añadiría que hay que hacer también un esfuerzo por implicarse o al menos conocer los contextos "ajenos" también. Y esto respondería a tu siguiente pregunta sobre la globalización. Porque globalización no implica que todos los ámbitos culturales en cualquier lugar del mundo se hayan homogeneizado, y aunque es bien cierto que nuestros trabajos nos estén llevando constantemente a otros lugares del mundo que tal vez otras profesiones no permitan, eso no quiere decir que esos contextos tengan la situación privilegiada que de alguna manera nosotros tenemos. La globalización es muy relativa.
Para resistir la homogenización tal vez un primer paso importante sea reconocer la diferencia. Como comisario hay que evitar esas actitudes invasivas y un tanto colonialistas que aún abundan. Para empezar no se puede llegar a un lugar y establecer tú las pautas, los tiempos, los modos y los medios. La propia idiosincrasia del lugar te tiene que marcar a ti los modos de trabajar.
Parece muy obvio pero nunca dejo de sorprenderme cuando trabajo en otros países y me encuentro curadores protestando por lo lentas que son las cosas en ese país, lo cutre que es esto, lo mal que se gestiona lo otro, los horarios de trabajo…
Al fin y al cabo este trabajo tiene que ver mucho con las relaciones que se establecen, con los conocimientos añadidos que se generan en esos nuevos contextos, con la experiencia.
Lo mismo sucede con itinerar las exposiciones allá donde las acojan, como meros contenedores. Si el lugar donde se va a desarrollar el proyecto no estaba originalmente en tu cabeza durante la gestación del mismo, lo cual es habitual, hay que hacer una importante tarea de investigación del nuevo contexto y buscar anclajes que hagan que lo que estás contando tenga sentido contarlo en ese lugar.
Las exposiciones enlatadas que circulan por los centros culturales y algunas tipologías de museos-franquicia creo que responden a un modelo de otro tiempo, y solamente sirven para despilfarrar en transporte, montaje y elementos para mí secundarios que no contribuyen para nada a construir conocimiento, redes, posibilidades.
Al artista tampoco le ayudas llevando su obra a ese tipo de sitios y donde ni siquiera le están pagando una fee por esa obra. Invierte el presupuesto en llevar al artista a ese lugar a hacer una obra específica y trabajar con el contexto, y tal vez solo puedas llevarle a un sitio, pero va a ser mucho mejor para todos.
Otro punto clave está en investigar más y mejor. No se investiga lo suficiente. Tal vez por falta de tiempo o porque internet nos ha ofrecido una herramienta de doble filo que nos ha hecho creer que con nuestro ordenador basta. Cuando me invitan en cualquier evento a un lugar nuevo procuro alargar un poquito el tiempo para investigar y salir de las "obligadas" visitas de los programas que te han preparado. Y siempre echo de menos haber tenido más tiempo para profundizar.
Y, sobre todo, apostar por artistas desconocidos también, o no necesariamente tan populares. Y no tener miedo. Ya que no pasa nada porque los proyectos no salgan siempre como esperábamos, se aprende más de los fracasos que de los éxitos.
AI: En tu opinión, ¿quién crees que está ganando la partida los comisarios con agenda y con circuitos propios que se preguntan a qué artistas les doy una exposición o aquellos que se preguntan qué proyectos de artistas merecen ser conocidos por el público?
BDLT: Para mi no consiste en ganar ni partidas ni nada, y no creo que funcione así. Además, hay espacio para todos. Yo no considero que "doy" exposiciones a nadie, se trata de trabajar en lo común, tanto en las individuales como en las colectivas, en ver las exposiciones (o el formato que sea) como un proyecto colectivo, donde el conocimiento se comparte para generar conocimiento nuevo, y desarrollar estrategias y experiencias que también serán compartidas con el público.
AI: Hablando de tus proyectos futuros uno de ellos será la muestra colectiva "Hybris" en el Musac, de León, tu ciudad natal, un museo al que conoces muy bien al trabajar en tus inicios como comisaría. Además, también en España, tendrás otro en el Artium, de Vitoria, donde también ejerciste durante años de comisaria. Nos podrías adelantar algo sobre ambos. ¿Qué tienen de especial?
BDLT: "Hybris" es un gran proyecto, en el que llevo mucho tiempo trabajando y que es fruto de mis intereses en relación con el medioambiente y la sostenibilidad. La sostenibilidad la entiendo de manera próxima a la ecosofía de Guattari, que ya en "Las tres ecologías" hablaba de la articulación de tres ámbitos: el del medioambiente, el social y el de la subjetividad humana.
Contará con la presencia de clásicos pioneros del tema junto con artistas de mediana carrera y algunos más jóvenes, extranjeros y españoles, que de alguna manera ofrecerán diferentes visiones de los tipos de estrategias que el arte ha venido utilizando para abordar estos temas, desde finales de los 60. Es la exposición más grande de este tema que he desarrollado, aunque de diferentes maneras ya ha estado presente a lo largo de mi carrera, y es mucho más que un tema o una línea curatorial para mí.
Es algo a lo que he llegado de manera muy orgánica a partir de mis intereses personales y la ecología ha formado parte de mi vida desde muy joven. Hace ya más de 20 años que me hice vegetariana por motivos éticos, ahora todo eso se ha puesto de moda y ser vegetariano es incluso "cool", pero en los años 90 y en una pequeña ciudad como León implicaba ser un bicho raro y conllevaba muchas discusiones cada vez que no comías la tapa de morcilla que ponían en los bares.
También es especial por supuesto porque es volver a mi ciudad, y al MUSAC, un lugar del que guardo muy buenos recuerdos y donde ahora formo parte también del comité asesor. Yo volví a León para trabajar en el museo en 2004, con una de esas becas de gestión cultural que sacaron y estuve hasta que terminó el año inaugural, al finalizar 2005, y me fui a vivir fuera de España para regresar en 2009 cuando me presenté al concurso público de ARTIUM y lo gané, algo que sinceramente no esperaba porque en aquel momento no conocía ni al director!
Cuando me fui de ARTIUM acordé con Dani (Daniel Castillejo, el director) seguir colaborando con ellos, y continuar haciendo una exposición anual. En esta ocasión es una exposición que se inaugura primero en México en el Museo Carrillo Gil, una colectiva estupenda de artistas españoles y mexicanos con la colaboración de los dos museos y el CCEMX, que viajará en otoño a ARTIUM. He de decir que con los dos museos mantengo una relación tanto laboral como personal excelente, y eso facilita mucho las cosas.
AI: Ya fuera de España, tendrás proyectos en Polonia en LAZNIA (Gdansk), en México en el Museo Carrillo Gil (Ciudad de México) y en Juárez, así como en Estados Unidos en el Art Center South Florida (Miami). ¿Qué presentas en ellos? ¿Incluirás proyectos de artistas españoles?.
BDLT: La de LAZNIA, "Imbalance", comparte inquietudes con Hybris y de hecho el germen es a partir de la colección MUSAC, por eso decidimos que haremos una publicación colectiva que aúne las dos exposiciones, como si formasen parte de una misma saga pero con artistas totalmente diferentes.
La del Museo Carrillo Gil es la que he comentado anteriormente y la de Juárez es una individual de la artista mexicana Tania Candiani (Ciudad de México, 1974), "Cromática", que ya estuvo anteriormente en Oaxaca y Guadalajara, y va tomando formas diferentes allí donde viaja, trabajando siempre con artesanos locales de cada lugar.
Por otro lado el proyecto del Art Center South Florida es en colaboración con el Patricia and Phillip Frost Museum of Science de Miami y se trata de una investigación que tiene que ver con las problemáticas derivadas de la degradación ecológica de la bahía de Miami. Parte de la investigación se desarrollará en un barco y otra parte en tierra.
Todos mis proyectos colectivos tienen siempre artistas españoles, me parece fundamental. Desde que comencé a hacer proyectos fuera tuve claro que es importante apostar por incluir presencia de artistas españoles en ellos, pero evitando la típica exposición de solo españoles en el extranjero, que no creo que funcione ni sirva de mucho, y donde el día de la inauguración solo te encuentras a los españoles que viven en ese país.
Es importante contextualizarlos junto a propuestas de artistas internacionales. Me parece necesario hacer ese esfuerzo (y digo esfuerzo porque todos sabemos lo difícil que es sacar el arte español fuera). A mí no me vale eso de: "yo me fijo solo en la calidad de las obras", como se justifican cuando la presencia de mujeres brilla por su ausencia. No, es una cuestión de actitud. Hay que hacer el esfuerzo por incluir más mujeres, igual que por incluir más españoles, aunque esto pueda ser en ocasiones motivo de conflicto con la institución, pero hay que negociarlo, es una cuestión de responsabilidad.
Creo que en el Estado Español hay artistas de mucho nivel, hay muy buenas ideas. De hecho hay muy buenos profesionales, no solo artistas, sino comisarios, galerías, críticos etc y en ocasiones están bastante infravalorados. Hay mucho potencial, pero no se hacen las cosas bien. Generalmente los artistas y profesionales tienen que hacer esfuerzos titánicos para que su trabajo salga fuera y se reconozca como es debido.
Parece que no nos damos cuenta que cuantos más esfuerzos hagamos en colectivo para internacionalizarnos mejor será para todos. Hay muy poco apoyo, no solo económico o estructural, sino dentro del propio sector. Si cada vez que hacemos cosas fuera llevásemos de la mano a algunos de nuestros compañeros funcionaríamos mucho mejor, pero parece que tengamos la idea ridícula de que ser el único español cuando nos invitan fuera es algo bueno. Es una cuestión de generosidad, pero también de comprender que compartir y unirse es la única manera de conseguir hacernos fuertes.
AI: Eres de las pocas comisarias españolas de tu generación que se mueve con soltura fuera de España, especialmente, en Latinoamérica, y en México, particularmente. ¿Por qué crees que resulta tan complicado para los comisarios españoles llevar a cabo proyectos fuera de sus fronteras y hacerse un hueco en las programaciones de centros extranjeros?
BDLT: Por un lado está lo difícil que es lograr financiación aquí, y cuando la consigues suelen ser cantidades que no cubren ni la mitad de los gastos básicos. Además a menudo las instituciones exigen que se adelante el dinero y después ellos lo reembolsan, y hay que comprender que hay muchas instituciones y espacios del exterior que no están dispuestos a funcionar así.
Ya son varios sitios del exterior que me han comentado que prefieren no trabajar con artistas españoles porque gestionar su financiación es complicadísimo y nunca suficiente, comparado con otros muchos lugares donde obviamente te adelantan la producción para que los artistas puedan ir trabajando, para que puedas gestionar los viajes etc.
Hay casos increíbles como el que me sucedió una vez con una institución española, con quien, tras un largo proceso de discusión, para hacerles entender que si no me adelantaban el dinero los artistas no podían viajar ni podían producir porque el lugar donde se desarrollaba la exposición era un "non-profit" que no podía adelantar todo ese dinero -y obviamente yo no lo tenía-, su respuesta fue: "pues pide un crédito al banco y ya luego lo devuelves cuando te demos el dinero".
Pero tampoco voy a echar toda la culpa a la parte burocrática e institucional, ya que a mí en ocasiones me han apoyado muchísimo, y sin esa ayuda no habría podido hacer muchos de mis proyectos. Pero hace falta mucho más.
Creo que habría que gestionar bien el dinero que hay, hacer buenos programas de comisarios extranjeros que se vinieran una semana a visitar estudios mañana y tarde, como se hace en otros lugares, no simplemente a venir aquí de fiesta. Los programas VIP de traer a todos esos comisarios a las ferias no creo que den esos frutos. Yo soy la primera que voy cuando me invitan a otras ferias dentro de esos programas, pero reconozco que es infinitamente más efectivo cuando te llevan unos días intensivos a conocer a los artistas y el contexto de una ciudad a fondo, y te hacen programas intensivos, de la mañana a la noche. Son agotadores, pero así es como realmente te da tiempo a conocer el panorama de la ciudad, y pasar tiempo conociendo el trabajo de los artistas. No intercambiando tarjetas de visita en la fiesta de turno de cada noche.
AI: Al igual que con los comisarios a los artistas jóvenes españoles hace tiempo que tampoco se les ve triunfando en el exterior. Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía (Madrid), nos decía, en una entrevista, "que el arte español no está de moda en el mundo". ¿Estás de acuerdo? ¿Qué opinas al respecto, siendo, además, como me consta que eres una declarada defensora del arte español y que siempre que puedes intentas incluir artistas españoles en tus proyetos exteriores?
BDLT: Yo siempre digo que los españoles nunca estaremos de moda. Durante años hemos visto una ridícula tendencia a las modas por países o regiones: un año México, después Brasil, China, África, Oriente Medio.
Pero España nunca se pondrá de moda, siempre seremos PIGS. Más allá de crisis económicas o morales. Los PIGS somos europeos cuando interesa, pero a la hora de la verdad somos ese sur de Europa olvidado y sobre el que todavía pesan muchos clichés de los que no es fácil desprenderse.
Pero insisto, yo creo que hay artistas buenísimos y que podríamos tener mucha más visibilidad si cambiásemos de actitud e hiciéramos un esfuerzo por hacer las cosas un poco mejor en lugar de quejarnos tanto. Si no eres parte de la solución eres parte del problema.
AI: Fuiste una de las comisarias nominadas al Pabellón Español de la próxima Bienal de Venecia, a celebrar este año, entre los meses de mayo y noviembre, presentando un proyecto del reconocido artista vallisoletano Eugenio Ampudia. ¿Qué ha supuesto para tí ser una de las finalistas? ¿Qué planteabas en el proyecto con Ampudia, un artista al que has comisariado otros proyectos recientes?
BDLT: Sinceramente, supuso hacer un esfuerzo titánico preparar ese proyecto porque estaba teniendo problemas de salud que me llevaban continuamente al hospital. Debí priorizar mi bienestar y no anteponer la posibilidad de Venecia como si fuera a cambiarme realmente la vida. Es la falta de salud lo que te cambia la vida.
La selección primera la realiza un equipo de expertos, pero la selección final la hizo un diplomático de manera unilateral. Así que supuso seguir confirmando lo circunstancial que es todo, lo mal que se siguen haciendo las cosas y cómo todos contribuimos a ello, posiblemente yo la primera.
Con lo cual en líneas generales pasar por esa experiencia me ha ayudado a relativizar todo mucho más, y estoy convencida de que Manuel Segade y Jordi Colomer harán un proyecto fabuloso.
Eugenio y yo llevamos trabajando juntos más de una década. Comenzamos en la Bienal de Singapur, en 2006, y desde entonces hemos hecho proyectos en los lugares más diversos. Tenemos una manera de pensar en colectivo que nos funciona muy bien. En lo profesional y en lo personal compartimos un alto grado de empatía, y por supuesto somos muy amigos. No dudé a la hora de hacer el proyecto con él, tenía que ser él.
Se titulaba "Mecánica del progreso continuo" y partía de la idea de transformar el pabellón en una especie de fábrica, donde una suerte de escultura cinética que transportaba algodón orgánico atravesaba todo el pabellón llevando a los visitantes a los diferentes espacios. En ellos se encontraban con un huerto fantasmal de plantas transgénicas, un almacén de algodón habitado por ratones, y ovillos gigantes de antiguas fábricas de algodón que se convertían en un archivo visual de la historia del algodón en paralelo a la del desarrollo industrial y el consiguiente deterioro del ecosistema social y medioambiental que esa cuestionable idea de "desarrollo" ha conllevado. Una de las esculturas estaba realizada con los acumuladores de los paneles solares con los que funcionaría todo el pabellón.
Tras la decepción, comentamos el proyecto con Karin Ohlenschläger, directora de LABoral, en Gijón, y ahora estamos preparando una versión del proyecto para este centro asturiano.
AI: Como leonesa me imagino que conocerás a la Fundación Cerezales (Cerezales del Condado, León), orientada al desarrollo del territorio, el medioambiente, la sociología y la economía, entre otras disciplinas transversales, que, además, este año, tiene prevista la inauguración de su nueva sede, y que también ha colaborado con el Musac. Su línea de acción podría encajar o guardar relación con tu actual línea curatorial relacionada con temas de sostenibilidad y medioambiente. ¿Sigues su programa? ¿Has colaborado con ellos?
BDLT: No exactamente solo actual, ha estado siempre presente de un modo u otro, a veces más en las formas de trabajar que en los temas, que al final es lo más importante. De nada sirve que hables de medio ambiente si estás gastándote un dineral en los muros de esa exposición.
Como comentaba, la del MUSAC será mi primera exposición en León! No he colaborado con ellos ni con nadie en mi propia ciudad en todo este tiempo! De hecho en el Estado Español tampoco me llaman tanto, me duele decirlo pero a mí me invitan a más cosas fuera que aquí. También es cierto que más de la mitad de mi carrera profesional he vivido fuera hasta ahora.
Respecto a Cerezales: mi opinión es que el edificio más sostenible es el que no se construye, pero reconozco que ellos son un modelo a seguir. Creo que no necesitamos gastar más en construir edificios de nueva planta sino rehabilitar y reutilizar al máximo lo que ya tenemos. Son muchos los edificios abandonados en todo el estado. Y si nos importa mínimamente el ecosistema debemos aplicar al máximo en nuestro día a día la conocida regla de las tres R: Reducir, Reutilizar, Reciclar.
Tristemente en el ámbito del arte aún queda pendiente un cambio de actitud muy importante en ese sentido. Ojalá invirtiésemos más en que los artistas puedan tener unas condiciones dignas de trabajo, más ayudas a la producción, a que puedan viajar y darse a conocer, que a seguir contribuyendo al derroche.
Pero volviendo a Cerezales, de hecho se ubica en unas antiguas escuelas, y ahora están terminando el nuevo edificio y en cualquier caso, si se van a construir nuevos edificios, ojalá todos siguieran sus pasos en lugar de continuar inaugurando edificios ostentosos que, con o sin crisis, no deberían haberse permitido nunca. Es una cuestión de responsabilidad.
Cerezales está construido con materiales sostenibles, funciona con energía geotérmica, utilizan madera de su bosque comunal, tienen un banco de semillas, y están haciendo proyectos estupendos que impulsan en relación con el territorio y el estudio del entorno. Creo que lo están haciendo muy bien y por lo que conozco tienen una línea muy coherente de trabajo y es un proyecto muy valiente. Son un maravilloso ejemplo de iniciativa privada que ojalá siente un precedente. Deberíais entrevistarles a ellos que seguro merece la pena!
AI: Retomando las funciones de un comisario. Hoy en día, a nadie se le escapa, que una de ellas es promocionar bien los proyectos que acometen. ¿Tú lo haces? ¿Cuáles son tus herramientas? ¿Tienes web, blog o eres activa en las redes sociales?
BDLT: Yo para eso no puedo decir que sea muy buena, no tengo web, blog ni twitter. Tengo Facebook pero muy activa no soy. A veces cuelgo algunos de mis proyectos cuando voy a inaugurar y hago evento, pero la verdad es que muy de vez en cuando. Tampoco suelo hacer esto de poner en qué ciudad me encuentro cada vez que viajo, ni esas cosas. No soy muy buena con la autopromoción. Pero prometo poner esta entrevista en mi muro…!
AI: Seguramente, ya te lo han preguntado. ¿Si tuvieses que elegir uno de tus proyectos comisariados, hasta la fecha. ¿Cuál sería? ¿Por qué? y, por último, ¿Tienes algún proyecto sin realizar y que quisieses llevar a cabo en los próximos años?
BDLT: Qué difícil, no se si soy capaz de elegir uno solo. Cada uno me ha ido aportando cosas diferentes. Tal vez elegiría el ciclo de PRAXIS, que desarrollé en Artium durante más de cuatro años, como programa paralelo a las exposiciones. Estaba basado en el reciclaje, lo procesual y el DIY y era como mi pequeño espacio de anarquía donde no estaba obligada a seguir las pautas que tenía que seguir en el resto de los proyectos del museo: no había inauguraciones, las publicaciones eran fanzines que hacíamos en la oficina, el espacio siempre estaba vivo y era muy divertido. Pasaron más de veinte artistas por allí y salieron ideas muy frescas, acciones muy locas, y unos proyectazos increíbles.
¿Algún proyecto sin realizar? Montones!! Tengo una carpeta de ideas que crece continuamente, con proyectos e ideas que siempre están ahí, en el tintero, y se van desarrollando poco a poco. Después cuando me invitan a un proyecto veo si es mejor partir de alguna de ellas o de algo nuevo.
Pero justamente ya que hablas de proyectos sin realizar me gustaría hacer una exposición o un libro de proyectos no realizados de artistas. Me encanta ver bocetos e ideas de artistas que nunca pudieron llevar a cabo.
AI: Para terminar, una pregunta con algo más de carga teórica. ¿Se hace necesario, en estos momentos, un replanteamiento del papel crítico del comisario dentro del sistema establecido del Arte? ¿O eres de las que piensa que el papel crítico y social de un comisario se encuentra en la base estructural de cada exposición o proyecto realizado?
BDLT: Lo que creo que hay que replantearse es esa vieja idea del "sistema establecido del arte". Yo creo que los límites entre lo institucional y lo "alternativo" "underground" "independiente" o como quieras llamarlo son ahora muy difusos, y debemos trabajar para que lo sean mucho más y desaparezcan ese tipo categorías.
Una vez escuché a un director de un "espacio independiente" decir que le resultaba muy graciosa esa denominación porque en realidad son los más dependientes de todos. Por supuesto que hay ámbitos y contextos muy diferentes, pero hay que ir dejando de lado esa idea del "establishment".
El papel crítico y social de un comisario tiene que ver más con una actitud y unos modos de hacer. Siempre me ha gustado mucho la frase de Jean-Luc Godard cuando decía que lo político en el cine significaba no solo hacer películas políticas, sino hacerlas políticamente. Lo mismo con el arte, hay que preocuparse más por hacer las cosas políticamente.
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