Una apuesta fuerte por la calidad y por mejorar radicalmente el nivel expositivo es sin duda la nota que mejor define la reciente edición de la feria de arte contemporáneo ARTE Santander. La propuesta del director de la misma, Juan González de Riancho, ha consistido en invitar a las galerías participantes a presentar en sus respectivos espacios un único proyecto expositivo, lo que ha permitido darle a la feria una mayor claridad y una muy cómoda lectura para el visitante. Con estas condiciones de partida, el Comité de Selección -compuesto por Sandra Viera, Orlando Brito y María Colubí- ha escogido cuarenta y cinco proyectos expositivos, correspondientes a otras tantas galerías nacionales e internacionales y, en mi opinión, el resultado ha sido sinceramente brillante. No sólo la feria se ha vuelto muy cómoda y fácilmente comprensible para el aficionado y para el visitante en general, alejándola por completo de ese carácter de zoco o de mercado de abastos en que se habían convertido la mayor parte de las ferias de arte contemporáneo, sino que, al obligar a que las galerías se centren en un único proyecto, ha exigido que éstas mediten mucho el carácter de sus propuestas. Por eso, aunque no todo lo que se expone se puede realmente comprar o vender, pues hay muchos stands que son realmente proyectos de artista, la mayor parte de las galerías ha optado por artistas jóvenes con precios todavía no demasiado elevados, pero ya sin embargo con una rotunda personalidad y una clara conciencia de su orientación artística. Salvo dos galerías que han optado por traer la obra de artistas ya más consagrados -Magda Belloti con Rosell Meseguer y Pilar Serra con espectaculares fotografías de José Manuel Ballester-, esa ha sido la tónica general.

Particularmente sugestivos resultan los proyectos presentados por Ignacio Llamas, para la galería Ángeles Baños de Badajoz (un montaje impecable de una delicada belleza) y el de Gregorio González para la galería Nuble, con series de pinturas en escala de grises tituladas "Variaciones sobre el olvido". Ignacio Llamas ha construido un espacio intimista que reproduce, mediante sus esculturas y fotografías, de modo que el espectador se encuentra de improviso como inmerso en una de sus obras. Propuestas igualmente interesantes son los fascinantes collages de Pablo Helguera, para la galería mexicana Enrique Guerrero, y las chocantes composiciones vegetales de José Ramón Ais, para la galería José Robles de Madrid. Por último, si hubiese que apostar por dos artistas revelación en esta feria, yo me permitiría señalar la obra de Pepe Medina, presentada por la galería El Columpio de Madrid, con una propuesta impecable y un excelente sentido del humor, con obras a la venta desde dos Euros, y el artista colombiano Saúl Sánchez, presentado por la galería Nueve Ochenta de Bogotá, con una arriesgada propuesta sobre las estrategias animales de seducción como estrategias artísticas de exhibición. Por Miguel Cereceda, crítico de arte y comisario de exposiciones.