ARCO sortea la crisis

El año 2008 ha sido un buen año, o al menos eso es lo que se concluye de la rueda de prensa que la directora de ARCO, Lourdes Fernández dio al finalizar ARCO 2008. "Las ventas han ido bien", con un 15% de aumento según la organización. Pero no todos estaban contentos. Los primeros, algunas de las galerías situadas en el primer piso del pabellón 14.  Y para qué hablar de la sección editorial. La directora de Exit, Rosa Olivares declaraba que este año ha vendido la mitad que otros años, y que ni tan siquiera sus amistades han podido localizar su puesto. "Esto tiene que cambiar o no vuelvo a la feria", afirmó el fin de semana. Y por qué no hablar de los Expanded Box, la sección de nuevas tecnologías, donde la Galería Tribeca apenas pudo proyectar de forma completa sus vídeos, sin sonido perfecto en los seis días de feria. Un caos técnico, expositivo, organizativo que no debería repetir ARCO, y menos cobrando 6.000 euros por la participación. Por cierto, en la sección del país invitado, Brasil, la creatividad se respiraba en el ambiente, pero uno no sabía si la pieza la vendía una, dos, o incluso tres galerías que no tenían ningún tipo de frontera visual, física o arquitectónica.

La planta baja era "otra cosa"

Sin embargo, el nivel tierra de los pabellones 12 y 14, creados por el ya famoso en el mundillo artístico Sr. Herreros, fue todo un éxito. En primer lugar, por el aumento de metros dedicados al programa general, o sea, a las galerías que pagaron hasta 40.000 Euros por sus espacios. En segundo lugar, por eliminar cualquier interferencia del mercado puro y duro. Y en último término, por la eliminación de las plazas o centros de poder en torno a las grandes galerías nacionales que tenían copado el pasillo central de los anteriores años (pabellón 9). Destacar el destierro de las vanguardias clásicas del siglo XX, con Leandro Navarro, Orangerie-Reinz, 1900-2000, y otras, al final del pabellón 12, o la primera fila espacial que unía los pabellones 12 y 14, con la galería londinense Lisson, la francesa Lelong, o la austriaca Thaddaeus Ropac, junto con la madrileña Helga de Alvear, la alemana Karsten Greve, o la barcelonesa Carlos Taché. Todas ellas con impresionantes piezas de museos.

Los primeros días, buenos, pero no como el año pasado

Pero vayamos al grano. Las ventas fueron bien el miércoles y el jueves, días para profesionales, pero fueron decreciendo en cuanto se acercó el fin de semana, con un masivo sábado por la tarde. Aunque no fue como el año pasado, donde varias galerías habían cambiado por completo el stand del inicio de la feria al final (que se lo digan a Elvira González, que este año apenas modificó las obras, aunque sí vendió el cuadro gigante de Barceló (muy parecido al adquirido por el Museo Reina Sofía en Christie´s España en octubre de 2007 por más de 800.000 euros). Los galeristas ocultaron sus ventas -apenas había puntos rojos en la feria-, a excepción de la galerista Helga de Alvear, que indicaba los precios sin IVA, y si estaban vendidos. Otras galerías indicaban las cifras por la dificultad del idioma, pero el ocultismo se adueño del certamen 2008.

Las ventas de las galerías internacionales

Aunque el monto total de las compras por instituciones nacionales ayuda a la feria, son las adquisiciones particulares las que juegan el papel principal en ARCO. Allí estuvo el Museo Reina Sofía con sus 1.164.000 Euros. Aunque corrieron rumores de que este año no compraría, se pudo ver todos los días a su nuevo director, en éxtasis en la brasileña galería Dan. La belga Beaumont-Public estaba exultante con sus ventas de Marina Abramovic y Jan Fabre. Pero también hubo decepciones en las ventas. Algunas esculturas del inglés Toni Cragg no se vendían por la saturación de obra de este artista, visible desde casi todos los ángulos de la feria. Igualmente, se repitieron Alex Katz y Ballester. El mejor Tàpies de la feria en Hans Mayer no se remató. Las pequeñas joyas del matrimonio Becher, en la galería alemana especializada en fotografía Kicken, no se vendieron por 45.000 Euros, aunque sí lograron desprenderse de imágenes de Lee Friedlander, Alfed Seilong, o de la checoslovaca Jilka Hanzlová, premio Paris Foto, además de Newton. Tamposo se vendió la pieza de Ed y Nancy Kienholz que la galería Lelong mostraba y que debería haber comprado algún museo español, aunque el tema de sus montajes sea la decadencia y la represión sexual. Esta galería sí transfirió obras de Nancy Spero (al Reina Sofía), dos lienzos de gran tamaño del alemán Günter Förg, fotografías de Ana Mendieta, gráfica de Peter Doig, o 3 esculturas de Jaume Plensa. Por su parte la galería de Salzburgo Thaddaeus Ropac entregó obras de Georg Baselitz y Janson Martin. La neoyorquina Meter Blum adjudicó piezas de Yves Klein, Robert Ryman, Federle y A Katz. Rena Branstein, de San Francisco, cedió obras del fotógrafo brasileño de moda Viz Muniz por 40.000 Euros, o imágenes de Candida Höffer. Tàpies, junto a Julio González se despacharon en la galería Jeanne-Bucher. Thomas Schulte facturó la fotografía de Gordon Matta-Clark, el lienzo de Mark Francis, y la escultura de Jessica Stockholder a un cliente particular.

Rotunda presencia china

Si algo hay que destacar este año es la presencia rotunda de las galerías chinas en la feria, presentes con seis participantes: cuatro de Beijing, una Hong Kong y otra de Shanghai. Xin Dong Cheng, de Beijing, vendió a Li Ji con su serie de animales, junto a Wang Ziwei con sus imágenes pop, a Luan Xiaojie, y a Feng Zhengjie, desde 130.000 euros. Este último también en Art-Side, galería coreana con sede también en Beijing, que contaba con obra gráfica de los nombres consagrados chinos Zhang Xiaogang y el risueño Yue Minjun. Beijing Art Now despacho obras de Xin Haizhou, Le Benben, Li Bo y cuatro obras en papel de Wu Xiaohai. China ha superado en el mercado mundial a España, y se sitúa en el sexto puesto con un 4,1% del total de ventas. Su atracción y sus ferias han hecho que el mercado secundario de subastas esté ya instalado en ese país, con Sotheby´s, Christie´s y la reciente oficina de Bonhms. Pero no será este país el protagonista por ahora de Arco, sino otro país emergente en el mercado. Arco 2009 tendrá como invitado a India, con su diversidad y apogeo pictórico.

Y las españolas, también vendieron

Para finalizar, algunos datos de comercializaciones en galerías ibéricas. Álvaro Alcazar se deshizo de 2 Alfaros, 5 Arroyos, pintura de Murado y fotos de los Starn. Trayecto, de Vitoria, cedió obras de Angel Marcos, y por 7.000 Euros piezas de Aitor Lajarín, artista también incorporado en la galería Pilar Parra. Una de las más concurridas fue Max Estrella, que con el trío de jóvenes Eugenio Ampudia, Javier Arce y Dionisio González, sacó rédito a la feria. La madrileña Salvador Díaz remitió a Teresa Margolles al Musac, y entregó piezas de los rusos AES+F y una escultura del español Javier Pérez. Espacio Mínimo vendió tres piezas de Enrique Marty, una imagen de E. Olaf, y obras de Liliana Porter o Anne Berning.

La fundadora de la feria Arco en 1982, Juana de Aizpuru entregó varias imágenes de Critina García Rodero, Alberto García Alix, Tillmans, Pierre Gonnord, o Herold, junto al vídeo de Valeriano López. Luís Adelantado destacó por las obras del holandés Folkert de Jong, que adqirió el marchante Saatchi. Helga de Alvear remató obras de Santiago Sierra y sus imágenes del pabellón de la Bienal de Venecia en 30.000 Euros el díptico, piezas de Imi Knoebel a 90.000 Euros, pinturas de Catarina Grosse por 59.900 Euros, y otras de James Casebere. Soledad Lorenzo vendió todos sus cuadros de Uslé, todo Broto, un Pérez Villalta y varios trabajos de Victoria Civera. Ferrán Cano, de Barcelona, negoció piezas de Amparo Sard (7), Macsic, o la pareja Martin y Sicilia. Toni Tàpies destacó con sus piezas de Burtynsky, tres esculturas que vendió de Jaume Plensa, y obras de Ansón. Joan Prats traspasó obra de Carmen Calvo, Fernando Bryce, dos de Jaime Peñafiel, y dos de Alejandro Vidal.

La jóven Travesía Cuatro despachó obra de Máximo Gonzáles (comprada por el MUSAC), Carolina Silva, John Isaacs, o Gonzalo Lebrija. Pilar Parra & Romero traspasó piezas de Won Julim, Clare Woods, Christian Schumann y Jacco Olivier con su vídeo "Return" para el museo de León. Y La Fábrica liquidó 3 obras de Marina Abramovic, fotos de Félix Curto, Zang Huang, Billinghan y vídeos de Chen Chieh-Jen, o la artista Annika Larsson. Todo un final feliz para un cuento, con muchos nubarrones económicos. Por Joaquín Gallego - ARTEINFORMADO