Entrevistas 17 feb de 2015
por ARTEINFORMADO
Antonio Blanco
"Muestro un claro compromiso con el sector del arte en el entorno próximo. Me gusta adquirir en galerías conocidas y en la intimidad de sus espacios".
"Sin duda valoro la capacidad de estas galerías para dinamizar la carrera de sus artistas, y el papel cultural que desarrollan en el entorno…¡los buenos galeristas son también buenos mecenas!".
Para ARTEINFORMADO el coleccionista se ha convertido en uno de los protagonistas del mundo del arte. Por eso, queremos seguir descubriendo nuevos coleccionistas privados, siendo esta vez nuestro entrevistado Antonio Blanco (España, 1970), director de la Fundación Alimerka desde 2004 y profesor asociado en la Universidad de Oviedo, quien se inició como coleccionista junto con su mujer, Carolina Viciana, "teniendo como principal motivador convivir con el arte, poder habitar dentro de una pequeña colección e introducir creaciones en su vida cotidiana", explica Blanco.
Un planteamiento, este último, muy común, entre los que se autodenominan pequeños o modestos coleccionistas, como también pudimos comprobar en el caso de Jaime San Román, nuestro penúltimo entrevistado, con quien Blanco también comparte su gusto por la artista asturiana Chechu Álava, representada por la galería gijonesa Espacio Líquido, una de sus galerías de cabecera, según reconoce Antonio. Estas son sus respuestas:
ARTEINFORMADO (AI): ¿Desde cuándo y por qué colecciona (por inversión, compromiso con su época,...)?
Antonio Blanco (AB): Antes de responder a esta cuestión me gustaría comentar que hay una tendencia muy generosa en el uso del término "coleccionista", una etiqueta a la que muchas personas se están asociado pero que refleja realidades múltiples. Por ello sería interesante diferenciar al menos entre grandes coleccionistas, auténticos mecenas del arte, y los aficionados o pequeños coleccionistas, entre los que podría incluirme.
Sugiero esta diferencia porque entre ambos tipos no solo hay dos realidades económicas y sociales diferentes, sino también dos formas de percibir el arte y la creación. En mi caso debería hablar de un proyecto de reducido presupuesto, un proyecto que incluye obras adquiridas pero también intercambiadas… ¡Hasta recuerdo con cariño haber intercambiado con una artista la redacción de un proyecto por obras!.
Al tratarse de una actividad en común con mi mujer, su inicio se encuentra en el inicio de la vida en pareja, cuando decidimos introducir una pintura en un apartamento de 50 metros cuadrados. Y esto me lleva a pensar que nuestro principal motivador es convivir con el arte, poder habitar dentro de una pequeña colección. Este deseo se ve limitado por unas barreras físicas claras, pero también determina una actitud ante el coleccionismo, pues no deseamos acumular obras en un depósito, sino introducir creaciones en nuestra vida cotidiana.
Sobre las posibilidades de inversión, no dudo que el arte pueda ser una buena inversión, pero no necesariamente en términos monetarios sino en valores estéticos. Como también es una buena inversión filantrópica, colaborando con artistas que necesitan apoyo para producir sus obras y con galeristas que nos ofrecen una vida cultural dinámica y creativa en nuestro entorno.
AI: ¿Qué colecciona (artistas, técnicas, conceptos, ...)?
AB: Pintura, prioritariamente dibujo y pintura, y alguna obra de fotografía. Desde trabajos figurativos de Chechu Álava o Sandra Gamarra hasta fotografía arquitectónica de Juan Baraja pasando por la obra de Irma Álvarez-Laviada y su reflexión sobre el vacío.
Sobre el contenido, mostramos una marcada preferencia por dos estilos en apariencia opuestos: la nueva pintura figurativa y la abstracción geométrica. Esta dualidad es en realidad complementaria porque permite sentir el contenido y la forma. Y también obedece a los gustos más personales de la pareja: mi mujer apuesta por la nueva figuración y yo por la abstracción geométrica.
AI: ¿Cuáles son sus lugares (talleres, galerías, ferias, internet) preferidos de compra y por qué?
AB: Muestro un claro compromiso con el sector del arte en el entorno próximo. Me gusta adquirir en galerías conocidas y en la intimidad de sus espacios. Sin duda valoro la capacidad de estas galerías para dinamizar la carrera de sus artistas, y el papel cultural que desarrollan en el entorno…¡los buenos galeristas son también buenos mecenas!. Por ello en este tema tengo un posicionamiento personal: internet para conocer, las ferias para disfrutar y las galerías para profundizar y, si es posible, adquirir.
Como valoro especialmente la fidelidad con las entidades, aún mantengo relaciones con la galería a la que compramos las primeras obras: la galería ATM Contemporary de Gijón. Y por supuesto con Espacio Líquido, también en esta ciudad, un claro ejemplo de la posibilidad de acceder en tu entorno próximo a obras de elevado valor artístico en la escena global. Si mostramos compromiso con este sector, al igual que ocurre con otros sectores culturales, a través de la compra de artículos por sencillos y económicos que puedan ser, estaremos colaborando con la conservación de la cultura y la creatividad en la sociedad de la que formamos parte.
AI: ¿Suele pedir asesoramiento artístico?
AB: Sí, aunque la atracción inicial por una obra es absolutamente emocional, me gusta tomar distancia y dejar pasar días o semanas con la imagen de la obra en el recuerdo y hablando sobre ella con galeristas u otros artistas.
Aparte de este asesoramiento personal, habitualmente a través de galeristas con quienes compartimos generación, inquietudes y amistad, también valoro la información sobre el autor disponible en los catálogos: su trayectoria, exposiciones y ferias en las que ha participado, los reconocimientos recibidos y las colecciones en las que tenga obra son variables que considero la mayoría de las ocasiones.
AI: Si pudiera elegir, ¿qué colección le gustaría armar?
AB: Armaría una colección coherente, planificada. Una colección de dibujo, pintura y fotografía con las dos líneas que antes comenté: la nueva pintura figurativa y la abstracción geométrica. El objetivo sería ir reflejando la sociedad y la vida cotidiana actual, lograr una mirada de las personas y la sociedad a través del arte.
En el ámbito de la nueva figuración, no puedo negar la preferencia por autores y obras influidos por la cultura, en especial por el cine, la música y la literatura. Por ello tendría una buena representación de pinturas próximas a la corriente neometafísica y, por supuesto, fotografías que reflejen, casi como fotogramas, la realidad que está ocurriendo ante nuestros ojos. En el campo de la abstracción optaría por la geometría y las obras libres de elementos, limpias. Ambos tipos de obras se enfrentarían, compartirían espacios para viajar con la mirada desde el contenido hasta la forma y viceversa.
Estos serían los criterios estéticos, pero la colección también tendría criterios sociales. Concretamente la colaboración con autores que, a pesar de ser reconocidos por la crítica o recibir destacadas becas de creación, no logran encontrar su lugar en el mercado del arte. Y es que la colección no estaría vinculada a las buenas valoraciones del mercado, las decisiones de compra serían otras.
Otro criterio social estaría relacionado con la necesidad de crear una colección para ser disfrutada por diferentes colectivos, con especial atención a colectivos vulnerables y, como deseaba Barnes, ayudando a desarrollar la sensibilidad estética de los ciudadanos, la educación para el arte y la belleza…por cierto, ¿por qué soñar será tan fácil?.
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