Entrevistas 06 may de 2010
por ARTEINFORMADO
Imagen de Jacques H. Lartigue
La coleccionista malagueña Anabel Suero de González, residente durante un largo periodo en EE.UU. y desde hace diez años afincada en Barcelona, ha decidido vender su colección de fotografía, unas 300 piezas, entre las que figuran grandes nombres como Imogen Cunningham, André Kertész, Jacques H. Lartigue, Sarah Moon, Joan Fontcuberta o Andrés Serrano, entre otros. Las razones son estrictamente personales: "nuestros hijos sienten otras inquietudes y tienen otras prioridades en sus vidas". Y, como Anabel cree que "una colección es un compromiso que requiere dedicación y conocimiento", no ha dudado en ponerla a la venta.
Y lo ha hecho -reconoce- de forma excepcional. Tal vez ahí radique su éxito. El año pasado sacó a la venta 67 fotografías de sus fondos en una subasta en Nueva York, a través de Phillips de Pury. Se vendieron la práctica totalidad. Desde mediados de abril, la galería madrileña Blanca Berlín puso a la venta otras 40 obras de la colección y al cierre de la primera semana se habían vendido las dos terceras partes. El proceso continúa aunque todavía se ignora cuál será la próxima cita para la venta del legado de esta coleccionista que, junto a su marido, ha coleccionado "lo que nos gusta... sin agendas, sin temas". Estas son las respuestas a las preguntas formuladas por ARTEINFORMADO.
ArteInformado (AI): ¿Qué razones le han llevado a poner en venta su colección por partes -hace un año sacó en la casa Phillips de Pury otras 67 piezas de las 300 que integrarían su colección-? ¿Por qué hacerlo, alternativamente, en Nueva York, Madrid y en establecimientos tan distintos? ¿Piensa continuar este proceso en otros lugares?
Anabel Suero de González (ASG): Las razones que nos han llevado a poner en venta la mayor parte de nuestra colección y a mí, personalmente, a tomar esta dura decisión después de haber construido y conservado esta colección durante más de 20 años, son de índole personal. La colección fue creada como un legado para nuestros hijos, pero ellos sienten otras inquietudes y tienen otras prioridades en sus vidas. Una colección es un compromiso que requiere dedicación y conocimiento. Por todo ello, pienso que yo soy la persona indicada para llevar a cabo esta transición.
La manera -Nueva York, Londres y ahora Madrid- son simplemente fruto de la investigación de mercado, de la logística. Precisamente en lo excepcional radica el éxito. Nuestro compromiso ha sido fiel y profesional tanto hacia la fotografía artística como hacia los fotógrafos que integran la colección.
Pienso continuar este proceso. Esperamos que estas fotografías encuentren un lugar en la vida de otros que comparten nuestra pasión; una pasión por la historia y el futuro de la fotografía.
AI: El exitoso resultado que está teniendo la exposición en la Galería Blanca Berlín -de las 39 piezas ofrecidas, en una semana se han vendido nada menos que las dos terceras partes- ¿le descubre o confirma datos sobre la situación del coleccionismo español de fotografía? ¿Cómo definiría el momento actual de éste?
ASG: El exitoso resultado que está teniendo la exposición en la Galería Blanca Berlín se debe tanto a la importancia y calidad de las fotografías expuestas como a la buena gestión de una gran profesional como es Blanca Berlín, que cuenta a su vez con un gran equipo.
Antes de trasladarnos a España, residimos en Estados Unidos durante 35 años. Allí aprendí mucho sobre el coleccionismo de fotografía. Fue allí donde comenzamos la colección. No conozco en profundidad ni el estilo ni las maneras de coleccionismo español, pero puedo decir que, en el trascurso de estos 10 años viviendo en Barcelona, he notado un cambio enorme en el impulso de la fotografía en España: hay más galerías especializadas, más ferias y ha aumentado la presencia de fotógrafos españoles en el panorama internacional. Sin embargo, el coleccionismo en España apenas ha hecho más que despertar. A pesar de que los grandes coleccionistas de arte comienzan a incluir la fotografía en sus colecciones, se muestran todavía muy cautelosos. Son pocos los coleccionistas españoles que se arriesgan a incluir fotógrafos internacionales en sus colecciones, e incluso ni siquiera a intercambiar opiniones con otros coleccionistas.
A pesar de esa especie de anonimato entre los coleccionistas, creo que la exposición en Blanca Berlín viene a confirmar en cierta medida que existe una gran apreciación de la fotografía artística y que el arte es y ha sido siempre una magnífica manera de invertir, incluso en los tiempos actuales de confusión e incertidumbre económica. Las señales del mercado de arte internacional son muy positivas y ello tiene que afectar de alguna forma al mercado español.
AI: ¿Cuál sería el espíritu que ha guiado la formación de su colección de fotografía, dado que -según ha escrito Vd. misma- Vds. han coleccionado "sin agenda, sin temas"?
ASG: Mi marido y yo hemos coleccionado sin ninguna línea definida. El coleccionismo es, para nosotros, una forma de ver y mirar. Una aventura emocional. Una pasión que se mantiene viva. Es libertad. Hemos coleccionado lo que nos gusta y lo que resulta atractivo para nosotros: la belleza, las emociones, el misterio, el agua, la luz y las sombras?planos escalonados que invitan a una observación profunda y prolongada.
AI: Teniendo en cuenta que Vds. han coleccionado sobre todo pequeños formatos, ¿qué opina de la evolución de la fotografía actual hacia el gran formato?
ASG: No estoy en contra de los grandes formatos en la fotografía actual, simplemente creo que no funcionan en todos los casos. Pienso que, en ocasiones, los fotógrafos contemporáneos se ven en cierta forma presionados por los museos, instituciones y algunas galerías a producir sus imágenes en formatos que no siempre son los más adecuados a la expresión fiel de sus fotografías. Lo observo frecuentemente cuando realizo revisión de portafolios. Todos parecen desear exponer fotos grandes y cuando les pregunto el por qué, no tienen respuesta, no se dan cuenta de que cada fotógrafo tiene un formato de expresión "ideal", ya sea grande o pequeño, es una cuestión de identificación.
Otro panorama distinto es el de las fotografías contemporáneas en color, quizás la más adaptable a los formatos grandes. Es difícil imaginarse una fotografía de Candida Hoffer en pequeño...en fin, es un tema polémico. Muchos fotógrafos experimentan con varios tamaños, pero creo que la conclusión es que el detalle y la exquisitez de las fotografías en B&N radica en su formato pequeño.
AI: Desde su experiencia, ¿qué atributos debe reunir una fotografía para que merezca ser coleccionada?
ASG: La procedencia y el estado de conservación de las fotografías son aspectos fundamentales para la formación de una colección seria, así como elementos importantes a la hora de comprar. Hay que investigar a los fotógrafos, sus estilos y sus trayectorias artísticas. La paciencia y el conocimiento son primordiales para realizar una buena adquisición. El aprendizaje y la experiencia hacen que tu criterio a la hora de comprar sea refinado y astuto. Pero, no me canso de repetir una y otra vez que, por encima de las valoraciones de tipo técnico, una fotografía tiene sobretodo que gustarte. No en vano, vas a convivir con ella.
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