Convencida de que el video también exige tiempo, la artista española Ana de Alvear (Madrid, 1962) creó, hace ya tres años el festival VIVA (Vital International Video Art) porque "el video arte es una forma de arte que le pide al espectador que reflexione y se tome un tiempo para ver los trabajos hasta el final, en lugar de pasar de largo". ¿Acaso no hacemos lo propio con el cine?

Su primer festival lo celebró en Huelva. El último en el CAAM de Las Palmas. Entre medias ha pasado por China, Japón, Holanda, Bélgica y, por supuesto, Madrid, donde, en 2008, lo acogió el Museo Reina Sofía. ARTEINFORMADO ha preguntado a Ana por el festival que dirige así como por cómo deben exhibirse los videos. Sus opiniones están lejos todavía de las prácticas habituales del sector galerístico.

ARTEINFORMADO (A.I.): ¿Cuándo y por qué surge VIVA?

Ana de Alvear (AA): VIVA surge en el año 2006 como consecuencia de haberme visto, como otros muchos colegas de profesión, frente a la imposibilidad de mostrar mí obra de video-arte monocanal tal y como la había concebido, al verme inmersa en una estructura expositiva tradicional, en la que al "espectador paseante", dado el formato de exposición, no se le invita a quedarse a ver las películas completas, tanto por la estructura del espacio, como a la reproducción sin fin o Loop de las películas, trastocando así el tiempo de visionado de los trabajos.

Frente a esta opción, el formato "festival" respeta ese tiempo y ese ritmo tal y como el autor lo quiso en el momento de la creación. Asimismo, los espectadores tienen la posibilidad de ver las obras al completo y los espacios expositivos tienen la oportunidad de mostrar la interacción de los distintos trabajos internacionales dándole a la audiencia los suficientes instrumentos para crear sus propios criterios.

Dado que el VIVA es una exposición itinerante con formato de festival no hay ediciones como habría en un Festival normal, del mismo modo que tampoco hay sede, ya que esta basado en la itinerancia por el mundo entero.

AI: ¿Quién está detrás del festival?

AA: Detrás de VIVA en sus comienzos había un grupo de amigos que generosamente me prestaron sus trabajos para este experimento. Debido a mí creencia de que hay sitio para todos y que en lugar de competir lo que deberíamos hacer es unir nuestras fuerzas, pude como artista, ir creciendo en este "espacio itinerante" junto a mis colegas, que cada vez van siendo más numerosos.

Como directora de VIVA, que no como comisaria, pues comisarios ya colaboran con el VIVA, lo que intento es que las obras de video-arte monocanal que se presentan en VIVA, sean disfrutadas por el espectador como obras independientes entre sí, sin un discurso que pretenda unificar los distintos trabajos.

Abiertos a la totalidad del mundo como un escenario global, donde cerca y lejos ya no son criterios para parar la comunicación, viendo el mundo como un escenario de espacios, convencionales y no convencionales, en los que encontrar una audiencia para la que ninguna frontera es insuperable.

AI: ¿Qué objetivos persigue VIVA?

AA: VIVA fue concebido como espacio de encuentro itinerante, donde artistas internacionales puedan encontrar un punto de reunión para su discurso intelectual, creando una red en todo el globo.

Desde un punto de vista cultural VIVA esta organizado como un proyecto educacional con características promociónales por lo que la participación no solo es altruista, sino también exclusivamente por invitación personal.

AI: ¿Cómo se seleccionan los artistas?

AA: En colaboración con comisarios internacionales, galerías, instituciones y colecciones privadas, VIVA crea una red en todo el mundo para poder traer lo mejor de los trabajos internacionales, seleccionando las obras de videoarte monocanal exclusivamente, por la calidad de las piezas, por su disertación intelectual y su capacidad para transformar el punto de vista del observador.

AI: ¿Qué repercusiones constatables ofrece el festival a los artistas que participan?

AA: Aparte de haber conseguido exposiciones individuales a través de VIVA para algunos artistas, lo más importante son las propuestas hechas a los espacios expositivos, en las que como solución a los problemas de las exposiciones con formato convencional, se les sugiere que añada un pequeño cronometro en la entrada del espacio, o en su defecto una cartela, indicando, cuándo son los principios de cada pase, para que el espectador sepa cuánto tiempo falta para que la obra de video monocanal expuesta, en formato LOOP, vuelve a empezar, dándole así la libertad de decisión de ver la obra completa.

AI: Tu opinión no es muy favorable a la forma actual de exhibir el video en España. ¿Es diferente a cómo se hace en otros países relevantes?

AA: Desgraciadamente no es muy diferente de la forma que se expone en otros países: cortina negra que no invita a entrar -banco incomodo, si es que hay- cartela exterior sin tiempos de duración, sin país de procedencia del artista -sonido demasiado alto que invade el resto del espacio- ...

Sin embargo me gustaría destacar que el Stedelijk Museum de Ámsterdam ya esta utilizando cronómetros, como me contó su director,... claro que también fue el primero que compró un video de Nam June Paik,... así que vamos por buen camino.