#AlEncuentroCon: Sandra Guimarães, nueva directora de Bombas Gens Centre d’Art: "La ambición y la exigencia son máximas"

Con el reciente nombramiento de la comisaria portuguesa Sandra Guimarães, como nueva directora artística de Bombas Gens, el centro de arte valenciano, que impulsa la Fundació Per Amor a l’Art, capitaneada en lo institucional por la mecenas y coleccionista Susana Lloret y en lo artístico por Vicent Todolí, comienza nueva etapa en la que entre sus máximas prioridades estará lograr su internacionalización, una vez alcanzado, a lo largo de sus más de cuatro años de actividad, su posicionamiento en su entorno próximo y dado el salto a la escena nacional de la mano de Nuria Enguita, su ex-directora/fundadora, y, quien, desde ayer, ya se ha puesto al frente del IVAM.

A continuación lo que nos ha contado Guimarães sobre su visión y planes futuros para el centro en este nuevo #AlEncuentroCon.

ARTEINFORMADO (AI): Hasta el último momento, su elección se ha mantenido bien en secreto, a pesar de que se venía fraguando hace ya meses. Por ello, ¿no tiene la impresión de que su nombramiento ha pillado por sorpresa en los círculos artísticos valencianos y españoles? 

Sandra Guimarães (SG): Recibí la propuesta hace un tiempo, me alegré mucho por ello, y acepté la misión que me encomendaban con un gran sentido del compromiso. Pienso que para todo hay un tiempo. Y considero que este tipo de asuntos requieren de cierto tiempo para ser tratados internamente y con discreción, y posteriormente llega el momento de anunciarlo y compartirlo con los demás. Es normal que un nombramiento sea una sorpresa. Y me gustaría que esa sorpresa suscitase aún más el interés y la curiosidad sobre el proyecto y el programa de Bombas Gens. Y que a la gente le entraran todavía más ganas de venir a visitar el centro.

AI: Si bien conocía de primera mano el proyecto, ya que le une una amistad de hace años con Nuria Enguita, la directora saliente, y con Vicent Todolí, director del Área de Arte de la Fundació Per Amor a l’Art, con quien trabajó durante su etapa como director en el Museo Serralves de Oporto, ¿qué tiene verdaderamente de especial el Centro de Arte Bombas Gens de la Fundació Per Amor a l’Art para que haya decidido aceptar dirigirlo?

SG: Sí, he conocido y seguido el proyecto desde el inicio. Bombas Gens Centre d'Art es un lugar muy especial. Es un proyecto que parte del encuentro entre el valioso patrimonio que reúne el complejo arquitectónico (cuenta con un refugio de la Guerra Civil y una bodega medieval), y la colección de arte moderno y contemporáneo Per Amor a l'Art. Esta conjunción hace que sea un lugar singular muy estimulante que posibilita la ejecución de proyectos ambiciosos y experiencias transformativas para seguir teniendo un museo que sea inclusivo, centrado en el artista, activo y que desarrolle la investigación a varios niveles.

AI: Una vez que Bombas Gens se ha posicionado en su entorno más próximo y dado el paso a la escena nacional como demuestra la próxima muestra en el Palacio de Velázquez de Anna-Eva Bergman, "De norte a sur, ritmos", organizada junto con el Museo Reina Sofía, de Madrid, le tocará a Vd. acometer su 'segunda fase' o lo que es lo mismo impulsar la internacionalización del centro, según ha manifestado durante su presentación Susana Lloret, vicepresidenta de la Fundació Per Amor a l’Art. ¿Será el trabajo en red uno de los pilares fundamentales en los que piensa apoyarse para dar este salto al exterior? ¿Con qué tipo de centros cree que encaja mejor el proyecto de Bombas Gens? ¿Estaría el Serralves entre ellos, no solo por lo referido anteriormente, sino, además, de por su cercanía geográfica?

SG:La ambición y la exigencia son máximas. Tenemos la voluntad de consolidar y expandir el trabajo realizado hasta ahora. Queremos desarrollar una visión que sitúa el diálogo nacional e internacional, la diversidad, la investigación y la experimentación en el centro de nuestro proyecto.

O sea que, absolutamente, trabajar en red es uno de los pilares fundamentales. Con ese fin, Vicent Todolí y yo echaremos mano de nuestros contactos y trataremos de trabajar con instituciones internacionales para hacer producciones conjuntas, así como para llevar la colección a otros lugares. 

AI: Toma el relevo de Nuria Enguita, que pasará a dirigir el IVAM tras haber estado al frente del centro desde su inauguración. Con el Ivam ya había buena relación, pero, ahora, con Enguita en su dirección todo apunta a que debería ser incluso mejor. ¿Ya han hablado sobre ello? Además del Ivam ¿con qué otros espacios de arte valencianos le gustaría colaborar?

SG: Todavía es pronto para hablar de posibles colaboraciones. Pero por supuesto que me gustaría crear puentes con diversas instituciones y propiciar proyectos enriquecedores para ambas partes.

Vicent Todolí, Susana Lloret y Sandra Guimarães. Cortesía de la Fundació Per Amor a l´Art (Valencia, España)

AI: En Bombas Gens todo gira en torno a su colección. ¿Cómo la definiría? ¿Qué destacaría de ella? ¿Qué temas y tipo de artistas son los que le interesan de cara a seguir ampliándola y, claro, exponer en el futuro?

SG: La colección Per Amor a l'Art, desde mi punto de vista, es una colección muy singular. Tiene personalidad y denota un alto grado de exigencia. Además, cumple la misión que se persigue en el mundo del arte de ser una colección diferente. Pero quizás el aspecto que me parece más relevante es que es una "colección de colecciones". Para los coleccionistas el artista es lo primero, por lo que intentan tener siempre más de una pieza de cada artista. Se puede mostrar así de una manera más amplia su trabajo. Ese sería uno de los principales puntos fuertes de la colección.

AI: ¿Qué creé que diferencia a la escena artística española de otras? Y más importante: ¿cómo podría ayudar Bombas Gens a una mejor y mayor internacionalización de los creadores valencianos y españoles? ¿Tiene esto en su agenda?

SG: Yo de momento necesito estudiar e investigar un poco más para conocer desde dentro la escena artística española. Para ello pretendo ir preguntando, escuchando y a aprendiendo a través de los encuentros que voy manteniendo con los artistas, los agentes del medio y en general con la gente de València y España con la que me voy relacionando.

De esta forma, pretendo redescubrir un contexto que ya conocía desde fuera, pero que siempre adquiere matices en el momento que se vive desde dentro. Así es que tengo como reto hacer lo que Thomas Hirschhorn denomina "fieldwork" (trabajo de campo).

Y por supuesto que Bombas Gens se interesa por los artistas de aquí. Trabajaremos para que esos vínculos internacionales que se van a producir sirvan también para dar conocer a artistas próximos que creemos que deben estar en el contexto internacional. 

AI: Por último, ¿qué destacaría como positivo y negativo de la situación que vive el sistema del arte a nivel internacional debido a la terrible pandemia provocada por la COVID-19?

SG: Creo que es importante aprovechar este tiempo en el que todo se ralentiza y transformarlo en una fuerza. Pienso que, más que nunca, los museos deben actuar y demostrar por qué son necesarios y tener en mente cuál es su misión. 

Esta crisis sanitaria me parece un excelente momento para parar y reflexionar sobre por qué hacemos lo que hacemos, cómo poner en valor y compartir nuestra colección, cómo conectar con nuestro público e involucrarlo todavía más, cómo involucrar aún más… y todo ello sin olvidarnos de que el patrimonio no solo se conserva, sino que también se construye para el futuro. En tiempos de incertidumbre es aún más necesario tener un museo "vivo". 

Los museos son necesarios porque son espacios de libertad y cuestionamiento, que permiten la producción y el encuentro y el confrontamiento con el arte. El arte es resistencia y puede transformar a un ser humano; tiene un poder "curativo" que "oxigena" el cerebro y abre la mente.  En un momento en el que estamos todos confinados, en el que viajamos menos, el arte tiene la capacidad de llevarnos a otros lugares y ensanchar nuestra visión del mundo. Cuando hablo de arte me refiero a la experiencia directa. Los museos deben reflexionar, más que nunca, sobre cómo mantener esa experiencia directa como una posibilidad de encuentro, con una obra de arte o entre personas, dentro del museo. Es una lucha constante y, ahora, aún más.