#AlEncuentroCon: Benjamin Weil, nuevo director del CAM de la Fundação Calouste Gulbenkian: "Me gustaría pensar que el museo es un sitio donde volvemos cada día. Un lugar de vida"

Ha cambiado Santander por Lisboa. Con ello, cierra su etapa como director artístico del Centro Botín para ponerse al frente de la dirección del Centro de Arte Moderna de la Fundação Calouste Gulbenkian. 

"Un nuevo reto profesional es siempre algo que merece la consideración... Es un reto increíble. Había el desafío de volver a inventar algo y participar en el relanzamiento de una institución mítica en una ciudad que me interesaba y que conozco desde hace muchos años...", argumenta un muy animado Benjamin Weil (París, 1962), al preguntarle por qué aceptó este nuevo puesto con el que la Fundação Gulbenkian retoma un modelo abandonado en 2016, cuando fusionó el Centro de Arte Moderna, bajo la marca Museo Gulbenkian.

Weil (llegado a la ciudad de las siete colinas hace tan solo unas semanas) se encuentra dirigiendo un centro actualmente cerrado, pero, que, como nos avanza, tiene previsto reinaugurarse el próximo año 2022, tras acometer los nuevos trabajos de renovación y ampliación, siguiendo el proyecto del arquitecto japonés Kengo Kuma, que, en palabras de Weil, "es muy interesante ya que ha desarrollado su propio programa basado completamente en la existencia previa del edificio que hay. Es decir, el edificio original no ha perdido su integridad. Es una extensión que tiene mucha personalidad pero que al mismo tiempo deja completamente intacto la sensación que el visitante tenía en el museo antes de su extensión".

No solo eso, ya que, continúa explicándonos, "los nuevos espacios añadidos permitirán una mayor nivel de versatilidad con respecto al calendario y transforman la entrada en algo completamente transparente (casi en un jardín de invierno) con lo que va a ser un lugar de vida y el museo estará más enraizado en la experiencia de un jardín que lo estaba antes".

Como advierte Weil, el CAM es un "centro pionero y con una historia absolutamente increíble para la ciudad de Lisboa y los ciudadanos portugueses". 

Esto último, lo tratará de poner en valor mediante distintas iniciativas que tendrán como punto de partida la "idea de Arqueología", de la que, como aclara, surgen dos cosas: la primera, la rica e increíble colección del CAM y, la otra, la recuperación del programa ACARTE, los pioneros encuentros del Serviço de Animação, Criação Artística e Educação pela Arte.

Y es que el CAM posee una colección de Arte con 12.000 piezas que comenzó a constituirse a finales de los años 50. Su acervo reúne un conjunto muy significativo de obras de artistas portugueses de todo el siglo XX, obras de artistas extranjeros que tuvieron una relación directa con los artistas portugueses, un núcleo de Arte Británico adquirido desde 1959 y un conjunto de obras de Arte Armenio. 

"No es una colección cerrada. La colección ha sido establecida con la misión de ayudar a los artistas. En cierta manera es parecida a la de la Fundación Botín. En el que la colección es el resultado de un proceso de apoyo al arte. No es, necesariamente, algo que ha sido construido o concebido como una colección al inicio", aclara Weil.

Nos confirma que entre sus planes está "recontextualizar la colección, invitar a comisarios a mirar esos fondos y reflejar la importancia que tiene el dibujo dentro de la misma así como pensar en estrategias de presentación de las obras en papel que habitualmente han sido desconsideradas".

Además de esta idea de recuperación, lo que, igualmente, le parece muy importante para su proyecto es considerar como van a relacionarse con varios tipos de públicos. 

"Mi idea es como vamos desarrollando nuevos tipos de uso del museo, es decir, como nos relacionamos con un publico más amplio, algo que ya comencé a pensar en Santander. A mí, me gustaría pensar que el museo es un sitio donde volvemos cada día. Un sitio de vida. La idea de una experiencia del arte de un cuarto de hora me parece fundamental", subraya el comisario, quien, además, pone mucho énfasis en que no hay que olvidar la idea fundamental que en ello jugará el nuevo jardin, que, como también sucedía en el Centro Botín, "es un lugar de encuentro y disfrute social".

De ahí, que su objetivo no sea otro que "transformar la experiencia del museo en una experiencia diaria y mucho más dentro de lo cotidiano". "La idea es que cada vez que va a entrar alguien va a poder encontrar algo que es una configuración nueva, desde un programa de sonido a uno de video o un proyecto de un artista emergente...., pero siempre contando con una presencia importante de la colección", explica Weil.

En este nuevo #AlEncuentroCon también quisimos conocer su planes de colaboración con otros centros lusos e internaciones, y, por supuesto, no dejamos pasar la oportunidad para preguntarle por el contexto artístico portugués del que, por cierto, es un buen conocedor, al haber llevado a cabo colaboraciones estrechas con artistas, curadores, galeristas y coleccionistas portugueses a lo largo de su carrera.