Entrevistas 20 mar de 2019
por Gustavo Pérez Diez
Alejandra Castro Rioseco. Cortesía de Obviomedia
Desde muy pequeña conoció en su casa la filantropía, mientras que su encuentro con el arte (lo que le llevó al coleccionismo) fue fortuito.
En estos momentos, está preparando una gran muestra de artistas mujeres en Buenos Aires, la cual la tiene muy ocupada e ilusionada.
La filántropa, coleccionista y feminista chilena Alejandra Castro Rioseco (Chile, 1978), quien desde hace unos meses está afincada en Dubai, no se perdió la inaguración de la 14 Bienal de Sharjah e igualmente acudirá a la feria Art Dubai.
Con ella, nos reunimos en la sede de la Sharjah Art Foundation para conversar sobre su tradición familiar en la filantropía, su enamoramiento por el arte y su posterior deriva en el coleccionismo y, por supuesto, sobre sus futuros planes para una gran muestra de artistas mujeres en Buenos Aires, que envuelve ambas facetas.
Alejandra, que se renoce una persona muy sensible, desprende un gran dinamismo y energía. Solo hay que verla en acción para darse uno cuenta de que vive y disfruta de cada minuto al máximo, de que absorbe y aprende de cada experiencia, ahora en Dubai, donde continúa ejerciendo su labor de filantropía y su pasión coleccionista.
Lo que sigue a continuación son extractos de la conversación que mantuvimos con ella.
Conexión con la filantropía muy temprana y cercana
Mucho antes de que el coleccionismo llegase a su vida, desde muy pequeña y por tradición familiar vivió la filantropía más básica, pura y directa, la de ayudar a los más necesitados.
"Mi familia hacía filantropía desde que yo era muy niña. Una filantropía muy básica muy linda. Mi madre (durante quince años) iba a un hogar de gente mayor que se ubicaba en una comuna muy pobre de Santiago. Y ella iba a ayudar. Pero esa filantropia de colaborar, realmente, no esa filantropía de dar solo el dinero. No siendo de una familia rica sino bastante normal, pero, que, dentro de su normalidad, entendía que la filantropía era una obligación. Entonces, es algo que yo recuerdo desde pequeña, y por ahí parte el tema de la filantropía".
Su encuentro y romance con el arte fue fortuito
Lo que comenzó por unas escapadas esporádicas a Nueva York para hacer unos cursos de verano en arte en prestigiosas instituciones neoyorquinas ha derivado en un enamoramiento y pasión por el arte. Hace alrededor de ocho años que ya dura el romance de esta ingeniera de formación con el mundo del arte.
"El arte partió siendo como una cosa que me encontré en el camino. Fui descubriéndolo. Fui enamorándome que no es muy difícil. Empecé a tomar pequeños cursos de arte en Christie's, Sotheby's y NYU. Todos cursitos como summer school. Yo no soy especialista. Y me encantó y empecé a visitar museos, galerías y empecé a contactarme con gente, con artistas. Vi también que había mucha necesidad. Y, ahí, vuelve a unirse la filantropía".
Interesándose por el mundo de los artistas comienza a coleccionar
En esas visitas a estudios de artistas descubre un mundo mucho más precario, con más necesidades y menos recursos.
"Empecé a descubrir que el mundo de los artistas era tremendamente profundo que había una necesidad muy grande que no estaba siendo atendida. Y que los coleccionistas también era gente muy lejana en ese tiempo. Una preguntaba en ese tiempo y todo eran grandes coleccionistas que en muchos casos son maravillosos y que hemos seguido todos. Entonces, empiezo a preguntarme cómo poder aportar. Claro, efectivamente, una forma de aportar era comprando arte, otra forma era creando becas. Pero yo veía que todos los coleccionistas tenían grandes asesores, lo cual es súper necesario, pero, yo sentía que necesitaba ir yo. Que yo quería ir al estudio, conocer lo que hacían. En eso me realicé un viaje muy importante a Brasil, donde hay una galería muy importante la Galería Nara Roesler (Sao Paulo/Río de Janeiro/Nueva York) que me ayudó a descubrír artistas. Volví a Nueva York y todos mis dias estában copados con artistas. Y, ahí, empecé a coleccionar".
En los inicios, una colección sin armar en su cabeza
Como les sucede a muchos coleccionistas en sus inicios, no tenía una idea preconcebida y clara de que colección armar. Y como también les sucede a muchos coleccionistas su subconsciente la estaba llevando hacía un territorio y gustos muy determinados.
"Empecé coleccionando hombres y mujeres. No tenía en mi cabeza el tema de género. No tenía la menor idea de que colección armar. Empecé a comprar lo que me gustaba. Descubro que tengo muy buen ojo, siendo ingeniero. Lo que yo empecé a comprar se acercaba mucho a lo cinético. Me doy cuenta de que lo que yo estoy comprando eran artistas cinéticos. Y, entonces, empiezo a descubrir que mi brecha era contemporary art cinético. Ahí aparece una mujer que es Martha Boto (Buenos Aires, 1925 - París, 2004), que es una artista mujer que me despierta mucha curiosidad, que es de la época de Le Parc, de Soto, pero, que es menos conocida por el hecho de ser mujer. Entonces me empieza a llamar la atención, empiezo a estudiar su formación, descubro mucho material de ella. Es una tremenda artista. Y adquiero una pieza, una caja cinética, que tiene un movimento, un ruido. Entonces empiezo a descubrir que el arte es algo más allá que observar algo, que es también escucharlo, involucrarte, que empieza a formar parte de tu vida".
Descubre que colección quiere armar: una de artistas mujeres
Desde muy joven siempre la llamó mucho la atención el mundo de la mujer y la defensa de sus derechos, algo que ahora con su faceta de coleccionista sigue ejercitando.
"Tengo muy pocas piezas en mi casa. Parto con Martha y empiezo a descubrir que hay un montón de mujeres. Yo ya había creado hacía 12 años una fundación de mujeres que se llama 'Mujer Opina' con el objeto de empoderar a la mujer, ayudarla en temas en proyectos. Pero más que nada para que terminen de estudiar. Parto con mi colección y empiezo con el tema de las mujeres porque soy mujer, porque siempre me ha llamado la atención. Vengo de un país con muy poca información, el efecto isla. Empieza a ver artistas chilenas que me llaman mucho la atención de la época del 74. Yo pertenezco a un grupo social en Chile medio-alto, donde ese grupo social no puede ser de izquierdas, no puede ser feminista, no puede ser proaborto y ahí aparece esta niña que es todo eso que no puede ser. Fue un escándalo. Me trataron bien mal".
Su nueva etapa en Emiratos, todo un aprendizaje
Lejos de su Chile natal esta viviendo una nueva etapa de aprendizaje como mujer en este mundo tan de hombres. Y, además, Dubai ha vuelto a reafirmarla en su idea de colección de mujeres.
"Ahora estoy entre Nueva York y Dubai. Acá he conocido gente maravillosa. Muchos me preguntan ¿que haces tú en Emiratos?. Aquí las que lideran el proyecto de la Bienal de Sharjah son mujeres. Entonces hay mucho aprendizaje para mí en entender como rompen barreras y como lo hacen. Es muy atractivo ver como aquí las mujeres son tremendamente inteligentes. Entonces, esto para mí ha sido un aprendizaje maravilloso y estoy fascinada. Lo primero que descubro es Sharjah. Entonces digo estoy en el lugar donde tengo que estar. Soy tremendamente afortunada. Y llego aquí y me pregunto ¿qué hacemos? ¿cómo empezamos a construir? ¿qué es lo que falta? Y yo desde mi mirada también diciendo: creo que la fundación es maravillosa, pero hay que incluir gente de fuera, empezar a relacionarlo, formar un patronato, sacarlo más al mundo, porque esto es calidad internacional, necesita estar en una situación donde se vea desde todo el mundo".
Bien relacionada y fascinada por la generosidad del mundo del arte
Después de varios años coleccionando, comienza a tejer una fuerte red de contactos que la han llevado a formar parte de varios comités de arte latinoamericano en algunas de las principales instituciones museísticas del mundo.
"Me invitan a participar de El Museo del Barrio, donde tengo un gran amigo el artista y su presidente emérito Tony Bechara. Él me invita a participar. Luego me llega una invitación del MET y también otra del Guggenheim. No podía tomar todo porque no me daba el tiempo. Tomo Guggenheim, que ahí está Pablo León de la Barra, y porque me gusta el grupo que hay en él. Y porque el grupo del Guggenheim está haciendo las adquisiones de obras de arte latinoamericano para el museo. Entonces, es muy distinto estar en un museo donde tú decides que se va a comprar. Y ese grupo empezó a crecer y yo empecé a presentar a otras amigas que estaban en el mundo de la filantropía y esto empieza a tomar forma. Hace ya cinco años que parto con El Museo del Barrio y tres años que estoy en el Guggenheim. Me he encontrado con un mundo curatorial maravilloso. Además, mucha generosidad. Con mis compañeras del directorio del Guggenheim nos intercambiamos información, lo mismo con la gente de El Museo del Barrio, como su director Patrick Charpenel. Mucha generosidad. Entonces, eso me fascina y estoy en el mundo del arte precisamente por eso".
Su colección y sus ejemplos de mujeres coleccionistas
Sus obras la acompañan allá donde fija una residencia. En la actualidad, está integrada por aproximadamente 500 obras, repartidas entre Nueva York, Chile y Dubai. Como feminista y armando una colección de artistas mujeres, no podría ser otra forma que algunas de las más destacadas coleccionistas latinoamericanas fuesen sus grandes ejemplos a seguir.
"Estoy viviendo entre Dubai y Nueva York. Tengo mi colección entre Nueva York y Chile. En Dubai tengo algunas piezas, hay unas artistas maravillosas. Eso refuerza la idea de por qué armé esta colección. Hoy día esta colección ha crecido mucho con aproximadamente unas 500 piezas. Voy modificando, compro y cambio. Hay una curadoría. No es una colección de museo. Es una colección femenina. Yo lo hago todo a modo mujer. He tratado que se profesionalice contratando a profesionales. Todo esto a nivel internacional. Yo copio mucho a Ella Fontanals-Cisneros, aunque la suya no es colección de mujeres. Siento que hay que aprovechar las cosas que también han hecho Patricia Phelps de Cisneros, Estrellita Brodsky o Frances Reynolds".
Futuros planes: una gran muestra femenina en Argentina
Alguien que lleva tanto años en la lucha feminista, la cual, le ha costado grandes críticas en su país de origen, tiene la gran ilusión de mostrar su colección de artistas mujeres de forma pública y gratuita en América Latina, siendo la Argentina el lugar elegido. En esta lucha está!
"La idea mía es llevar una colección de arte latinoamericano. Siento que Argentina es el país, porque veo que de Latinoamérica es el país más evolucionado. Además, porque tengo muchas artistas argentinas. Martha Boto, Mariela Scafati (Olivos, 1973), que me encanta y que también es muy transgesora en términos de género. Argentina podrá estar todo lo mál económicamente que uno quiera, pero en el tema cultural es superior. Yo los admiro profundamente. Me he encontrado con gente muy abierta a recibir esto. He pensado en Argentina primero porque es Latinoamérica y me gustaría que efectivamente Latinoamérica tenga una mirada de género. Me gusto mucho lo que hicieron en la exposición Radical Women. Este proyecto me inspiró mucho y siento que desde ahí nace la inspiración de hacer una muestra. Porque yo podría guardarme mi colección para mí como hacen muchas coleccionistas pero lo importante es mostrarla y hacerlo gratuitamente y que sea un evento abierto y que ójala llegue a gente que no tiene acceso al arte. Es decir, mujeres que no van a los museos. Las mujeres no tienen tiempo para ir a los museos es casi un lujo. Entonces, me gustaría llevar eso a las mujeres y hacer una muestra abierta. Argentina me brinda esta oportunidad gracias a gente que conozco. Hay un Ministro de Cultura nuevo que es joven. Es mucha la gente joven la que está empujando Argentina. Y eso a mí me encanta. Me encanta la energía. Y bueno espero que esto sea un éxito".
Algunos avances (y pistas) del proyecto
Aunque prefiere mantener en secreto los artistas, obras, curador@s, coleccionistas e instituciones que participarán en él, algunas pistas se derivan de sus palabras.
"Estamos trabajando duro. En abrir voy a ir a arteBA. También estoy en conversaciones con algunas instituciones. Y, ahora, que voy a Buenos Aires voy a mirar lo que me conviene. En la muestra se podrán ver obras de mi colección y de otras coleccionistas amigas, porque la idea es hacer una curadoría que sea excepcional con varios curadores y siempre guardando un equilibrio entre hombre y mujer".
Entre ellos, casi a buen seguro, estará el mexicano Pablo Léon de la Barra, por quien profesa una gran admiración y considera 'como uno de sus curadores favoritos'.
Tampoco quiso confirmar con que instituciones está negociando. Si que nos dijo "que va por las mujeres", en clara relación a que podría estar hablando con directoras de instituciones. Así, haciendo algunas cábalas, entre ellas, podrían estar Victoria Noorthoorn (Buenos Aires, 1971), directora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires - MAMBA; o Adriana Rosenberg (Argentina, 1950), presidenta y directora de la Fundación Proa.
Pero también nos comentó que le encanta el MALBA del coleccionista argentino Eduardo Costantini, donde, desde la salida del español Agustín Pérez Rubio, no hay director artístico, pero, en donde, está realizando esas funciones Victoria Giraudo, su jefa de curadoría, y, además, en cuyo comité científico se sienta Andrea Giunta, cocuradora junto a Cecilia Fajardo-Hill de la exposición Radical Women, que tanto ha inspirado a Alejandra para este futuro proyecto expositivo. Más allá de estas suposiciones, toca esperar para conocer cual será finalmente la/s institución/es que lo acogan.
Por el momento, ya está recibiendo el apoyo de mucha gente y también de empresas interesadas en apoyarla con la muestra.
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