A la espera del like: ¿Qué ha acontecido en España con la creación e investigación artística a partir de internet?

Nuevos Medios 25 oct de 2016

por Sara Valverde Muñoz

       

Hammering the void (Performance  en Second Life), por Gazira Babelien 2008. Artista Netescopio.jpg

Hammering the void (Performance en Second Life), por Gazira Babelien 2008. Artista Netescopio.jpg

EE.UU fue uno de los países pioneros en apostar desde lo institucional por el estudio de la creación a partir de la red. Paralelamente la inquietud se trasladó a Europa  y ésta empezó a despertar. España lo hizo entre 2002 y 2008.
“Uno de los problemas a los que nos enfrentamos para la conservación de obras de esta índole deriva de la poca comprensión de este tipo de producciones por el circuito artístico en general, la crítica, las instituciones y para colmo, el Estado”.

Desde que apareciese a mediados de los 90 los primeros planteamientos del net.art, la creación en base a la experiencia de internet ha recorrido ya más de dos décadas, durante las cuales se ha cruzado por su camino cambios tan transcendentales como la sustitución en 2003 de la Web 1.0  -formato estático en cuánto a la actualización de contenidos e intervención del usuario; tan sólo cumple la función de lectura-, a lo que se ha denominado como la etapa de la Web 2.0 -basada en la participación colectiva y las redes sociales-. A partir de este nuevo viraje en la tecnología red, términos como el de Post-Internet, se implantaba en las reflexiones e investigaciones artísticas para abordar y acoger aquellas creaciones partícipes de la experiencia de internet. Un concepto mencionado por primera vez en el 2008 por Marisa Olson, como bien se trató en el primer artículo que inauguró esta misma sección.

Sin embargo, algunos de los puntos que merecen la pena recuperar de los comienzos del net.art son sus primeras declaraciones en tanto en cuanto a la relación con las vanguardias de la segunda mitad del siglo XX, como por ejemplo el arte conceptual de los años sesenta. Entre los primeros afanes de la creación net, con un guiño al pasado, estaba el interés y (la necesidad) de  hacer de la práctica artística una producción colectiva en la que interviniesen expertos de diversas áreas como la ingeniería informática; la idea de un público como receptor necesario para completar el sentido de la obra, y sobre todo, la utopía de huir del mercado del arte y actuar en la periferia ajena a su engranaje.

No obstante, la experiencia del pasado nos demuestra que de una manera u otra los afluentes que nacen alejados, desembocan en el caudal más abundante para compartir la misma confluencia. De esta manera, se iniciaron diferentes proyectos institucionales para comprender y  ubicar  las investigaciones de este nuevo medio creativo. Estados Unidos fue uno de los países pioneros en apostar por su estudio, paralelamente la inquietud se trasladó a Europa  y ésta empezó a despertar.

Juan Martín Prada: "Inclusiva-net es una plataforma centrada en la investigación del impacto que Internet ha tenido en el desarrollo de las nuevas prácticas artísticas"

España lo hizo entre el 2002 y 2008, cuando iniciativas como Medialab-Prado, y dentro de ésta, Inclusiva-net, acordaban producir un espacio de debate y pensamiento crítico en torno a las nuevas dinámicas de la Web 2.0 y su repercusión en las prácticas artísticas. Su director, Juan Martín Prada, teórico e investigador de este campo y profesor titular en la Universidad de Cádiz, nos cuenta cómo se situó por entonces este proyecto de índole teórica, y el recorrido hasta el momento:

ARTEINFORMADO (AI): ¿En qué ha consistido Inclusiva-net estos nueve años transcurridos desde su creación, y cuál ha sido su lugar en el panorama español sobre el arte a partir de internet?

Juan Martín Prada: Inclusiva-net es, dentro de Medialab-Prado, una plataforma centrada en la investigación y documentación del impacto que Internet ha tenido en el desarrollo de las nuevas prácticas artísticas. Sus actividades principales han sido una serie de encuentros internacionales, basados siempre en convocatorias abiertas, y el desarrollo de varios seminarios y cursos de larga duración sobre estas temáticas, como por ejemplo el último acaecidoArte e Internet. La red como campo de investigación para las nuevas prácticas artísticasen colaboración con la UNED. En España no había por entonces, en el 2006, ningún espacio institucional específicamente dedicado al estudio de las relaciones entre arte e Internet, aunque sí que habían surgido interesantes iniciativas independientes, como el website Aleph, dirigido por mi gran amigo José Luis Brea, y que fue fundamental para el diseño de la plataforma Inclusiva-net. También tomamos como modelos de referencia la plataforma Rhizome y lo que empezaban a hacer en el Institute of Network Cultures de Ámsterdam, un centro que había arrancado tan solo un par de años antes que nosotros, en el 2004.

Gustavo Romano: NETscopio es una experiencia única en España y, casi, en el mundo

En relación a estas plataformas, y más concretamente a Rhizome, se crea en  el 2008 el archivo en línea NETescopio en España con el fin de salvaguardar este tipo de obras del panorama español, iberoamericano  e internacional, respaldado por el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo, ubicado en Badajoz. Comisariada esta colección digital por Gustavo Romano, se fundó para abrir camino en nuestro país sobre este tipo de propuestas creativas que reflexionan en base a Internet.

AI: ¿A qué necesidades respondió este proyecto? ¿Existe alguna otra propuesta de museo, colección o espacio expositivo específico en España que atienda a la creación a partir de la red?

Gustavo Romano (GR): Esta propuesta del MEIAC nació con el propósito de difundir y de dar resguardo a producciones de artistas que trabajaban con estas tecnologías, no sólo en España sino incorporando el panorama iberoamericano y también los más destacados referentes internacionales. Más allá de algunas muestras específicas y de algunos listados de enlaces, no hay en España otra experiencia similar -recordemos que NETescopio es un archivo alojado en el servidor del museo y que alberga copias de cada obra y no sólo su enlace en Internet-. De hecho, hay muy pocos ejemplos en el mundo de este tipo de archivos. Entre ellos Rhizome o Turbulence, pero ninguno de ellos tiene detrás un museo.

AI: ¿Con qué problemáticas, en relación a la continua obsolescencia tecnológica de la red, han tenido que lidiar para la conservación de las obras?

GR: Los problemas a los que nos enfrentamos habría que dividirlos en dos fuentes. Por un lado los estrictamente técnicos, que implican fundamentalmente los cambios de tecnologías que ha habido desde mediados de los noventa hasta hoy -migraciones de una versión a otra en los lenguajes de programación, en los navegadores y sus plugins, el crecimiento del ancho de banda, etc-. Pero además está el problema que deriva de la poca comprensión de este tipo de producciones por el circuito artístico en general, la crítica, las instituciones y para colmo, el Estado. La crisis ha ido menguando la ampliación del archivo hasta prácticamente impedir nuevas incorporaciones. Esto no es algo que afecte sólo a España. Turbulence, uno de los archivos más antiguos en este campo y ubicado en New York, desaparecerá en enero del 2017. De hecho, estamos en conversaciones con ellos para migrar su archivo al del MEIAC. Esto demuestra que, a pesar de los recortes, la estructura que tiene detrás un museo puede marcar la diferencia.

AI: Hasta la fecha se han realizado además cinco muestras temáticas en sala que abordan diferentes aspectos en el desarrollo de la red, ¿cómo afectan éstos a la producción artística? ¿Qué nuevos (otros) aspectos formarían una sexta exposición de NETescopio?

GR: Las sucesivas muestras intentaron cubrir dos necesidades. Por un lado permitir la incorporación de obras de estéticas variadas -lo que necesita todo archivo- y por otro, exponer un guión, un concepto general que diera como resultado una muestra. En las tres primeras, el punto de partida fue identificar diferentes estrategias de producción que eran habituales en el arte para la red, y generar conjuntos que compartieran objetivos, pero no necesariamente estéticas, ni un tiempo o espacio específico -ni fechas ni nacionalidades-. NETescopio Sessions fue una serie de eventos en vivo y de grabaciones de experiencias sonoro-visuales que se expusieron en el Laboratorio Arte Alameda de México, como parte de un intercambio entre ambas instituciones. Cibergeografías, que está itinerando durante este año y parte del próximo por los distintos centros culturales de España en Latinoamérica, es una muestra temática, donde se ha puesto el foco en estas nuevas coordenadas que plantean las nuevas tecnologías y fundamentalmente Internet y las redes móviles, permitiendo proximidades que ya no son espaciales, sino que se basan en afinidades, en nuevos modos de cooperación o de resistencia.

La próxima muestra se centrará en los efectos de Internet en nuestra cultura, en el arte y fundamentalmente en los resortes principales de la sociedad: la economía, la representación política, los nuevos modos de producción y consumo. En definitiva, del modo en que los artistas piensan este nuevo contexto de digitalización de las estructuras. Un fenómeno que podemos llamar la nueva condición Post-Internet. En la muestra se recogerán obras digitales y también híbridas, que van más allá de la pantalla.

Karin Ohlenschläger "No son la técnica o el soporte los que nos preocupan, sino el concepto de la obra"

A tenor del espacio expositivo, el centro de creación LABoral en Gijón es una de las instituciones que se acercan al desarrollo e investigación tecnológica, en los que entrarían los trabajos artísticos con planteamientos acerca de internet. Es el caso de los artistas Román Torres y Ángeles Angulo,  ganadores de la última beca de investigación Net Thing convocada por LABoral en colaboración con Telefónica I+D. Su directora desde abril de este 2016, Karin Ohlenschläger,  anteriormente cofundadora y codirectora del proyecto Medialab Prado hasta el 2006,  también subraya la evolución del net art,  y por ende, su expansión más allá de los entornos digitales.

AI: ¿En qué dirección se va a trabajar en (desde) el centro con la creación digital, y más concretamente con la creación a partir de la red (net art)?

Karin Ohlenschläger (KO): No nos interesa solo una práctica artística determinada como el net art, que además ha ido más allá del medio digital. Para nosotros, no son la técnica o el soporte los que nos preocupan, sino el concepto de la obra, la articulación de nuevas narrativas y de otros imaginarios que respondan a los retos, las experiencias y los conocimientos de una sociedad compleja e inestable.

En este sentido,  el criterio de selección del proyecto Thero  -la pieza consiste en un router en forma de escultura de materiales nobles, en cuyo interior hay un dispositivo desarrollado por los artistas que controla las conexiones digitales y el flujo de información-, no ha sido regido ni por la técnica ni por el soporte, sino porque el proyecto plantea una reflexión interesante relacionada por la creciente vulnerabilidad de nuestros datos en la red y lo visualiza en una creación híbrida que corresponde, tanto a los criterios de una escultura como a los de una obra de net art, integrando la creación de hardware y software muy específico.

AI: ¿Qué otras oportunidades de residencias, becas, premios se encuentran en España sobre el net art? ¿Después del Premio Araneum, única edición en ARCO del 2004, ha existido alguna otra convocatoria tan específica y semejante (privada o pública)?

KO: Por fortuna, hoy en día las convocatorias de becas y residencias suelen integrar las más diversas prácticas artísticas contemporáneas,  incluidas obras audiovisuales, propuestas realizadas por ordenador o proyectos de net art. Y me alegra que así sea.

Claudia Maté: "Al ser un medio tan nuevo es difícil encontrar coleccionistas interesados en invertir en obras puramente online"

Quizás el último vértice  susceptible a la hora de asimilar  esta situación, sea el mercado y el propio artista como primer afectado tras la producción de su obra. Claudia Maté, artista  española y con una trayectoria desde el 2006 en el medio y soporte digital, señala en el mismo sentido la ventaja de trabajar  la multidisciplinariedad digital, debido en parte a los problemas que presenta la práctica net art, entendida meramente como la creación dentro de la pantalla (online) como único soporte.

AI: ¿Existe algún mercado para el net art?

Claudia Maté: Si hay mercado net art, pero al ser un medio tan nuevo es difícil encontrar coleccionistas interesados en invertir en obras puramente online (ya que todo lo que se puede visualizar fuera de la pantalla (offline) no se considera net-art. El llevar net art a espacios físicos sigue siendo aún algo experimental y aún tendremos que avanzar mucho en ello. Por ahora es difícil encontrar buenos presupuestos y eso hace que sea muy complicado vivir solo de ello. Por eso, yo hace 2 o 3 años que prácticamente no me dedico al net art, uso mucho de internet para publicar mi trabajo pero raramente hago una obra puramente de internet, estoy muy desconectada de este tema y no sé si habrá grandes cosas moviéndose por ahí ahora mismo, casi todos mis amigos que se dedicaban a ello ahora están bastante desconectados también, todos hemos abierto campo hacia el arte digital o nuevos medios: video, 3d (3 dimensiones), 2d (2 dimensiones),  VR, video juegos, multimedia, código, apps, net-art.

Por otro lado, Post-Internet es un concepto, no un medio, muy abierto que puede ramificar en un montón de formatos tanto físicos como digitales por lo que sí que hay bastante mercado.

Al fin y al cabo nuestra vida no acontece (del todo) dentro de una pantalla pero sí en base a ésta, creando una amalgama entre  lo virtual y la realidad material  que conviven construyendo  nuestra cotidianidad. Por Sara Valverde


Imágenes de la Noticia
Afalud por Marcelí Atunez (2002). Artistas NETescopio

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