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12 artistas latinoamericanas fundamentales rozando y superando el siglo

Judith Lauand. Cortesía de Galería Trópica, de Río de Janeiro

Todas ellas son ejemplos de perseverancia y constancia, a las que nadie les ha regalado nada. Lo conseguido, a lo largo de más de cinco décadas de trayectoria, ha sido por méritos propios.

A pesar de que sus obras forman parte de colecciones públicas y privadas de Latinoamérica y Norteamérica y de Europa, se echan en falta más retrospectivas en grandes centros que analicen sus dilatadas trayectorias y las den a conocer al gran público.

Si hiciésemos una pequeña encuesta entre especialistas y amantes del arte para que nos diesen el nombre de una artista latinoamericana en activo desde hace más de medio siglo y que supere los noventa años, casi con total seguridad, el más nombrado sería el de la cubana Carmen Herrera (La Habana, 1915), cuyo corpus de obra, en los últimos tiempos, gracias a su gran retrospectiva en el Whitney Museum of America, de Nueva York, ha encontrado un gran reconocimiento internacional, a pesar de que Herrera lo venía desarrollando, nada más ni nada menos, que desde hacía casi siete décadas.

Sin duda, un claro ejemplo de que con grandes retrospectivas en grandes museos (y mucho más clave si son estadounidenses), las artistas mujeres latinoamericanas consideradas "fundamentales" salen del "olvido" al que han sido sometidas por décadas y de una forma abrumadora por la historiografía oficial, que, por todos es conocido, ha estado más ocupada y preocupa en potenciar lo masculino en detrimento de lo femenino.

Por ello, mientras llegan más exposiciones en los grandes centros internacionales, que, por otra parte, si pueblan por doquier sus programas expositivos con sus pares masculinos, es nuestro particular empeño visibilizar a una docena de grandes artistas latinoamericanas que, como Herrera, consideramos del máximo interés, ya que han sabido, a lo largo de más de medio siglo, agregar a su virtuosismo un continuo carácter experimental.

Aproximándose o superando la centuria, algunas siguen en activo y mantienen abiertos sus talleres, donde trabajan casi "a todo tiempo, a toda hora, en una cita sin fin".

Todas ellas son ejemplos de perseverancia y constancia, a las que nadie les ha regalado nada, al contrario, han tenido que luchar y demostrar, en la mayoría de los casos en inferioridad de condiciones, que su arte es tan interesante y de la misma calidad que el ejecutado por sus colegas de generación masculinos (de los que acabamos de publicar otra noticia).

A continuación les dejamos con estas magníficas artistas que no aflojan¡