Descripción del Artista
Artista Visual Colombiana formada en su objetivo y en constante procura de solidez en lo expresado, extiende su imaginación al amplio lenguaje del neo- surrealismo o de la realidad mágica; sabedora que en este vivaz mundo la dificultad de acceso radica en poder sacar a cosa visual la intimidad permanente del artista, autora de una obra amplia que abarca desde el dibujo hasta la escultura, pasando por la pintura y el arte objeto.
Su obra es reflejo, uno de los innumerables reflejos de lo que realiza, escribe y piensa. Su pintura no es más que una parcela de su cosmogonía. Palabras de “Salvador Dalí, el creador del surrealismo. Esta misma frase la podemos utilizar para la artista, que irrumpe con fuerza en el ámbito artístico de Santander. Joven y dinámica, con muchas ganas de afrontar los retos que el arte impone, sin escatimar esfuerzos para hacer a diario, lo que más le gusta pintar.
Nació en Bucaramanga, Colombia en 1979. Creció y estudió en la misma ciudad, sus inicios en las artes visuales fueron completamente empíricos pero se mantuvo apasionada por el estudio de técnicas y expresiones de la misma, su personalidad se forjó en el campus de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Santo Tomás, Primer Claustro Universitario de Colombia con Acreditación Institucional de Alta Calidad. En 2009 se hizo Técnico en Bellas Artes y toma talleres con el Maestro Jorge Mantilla Caballero, pintor colombiano ganador de la Paleta de Oro en Cagnes sur Meer, Francia 1977.
Ha desarrollado gran parte de su trabajo pictórico desde la temática histórica de su entorno cultural y el estudio de la figura humana, artífice de carátulas para libros; participante en un buen número de exposiciones colectivas por invitación para el desarrollo de la nueva iconografía de su departamento.
Desde 2009 ha participado en exposiciones colectivas siendo la pintura su principal punto de apoyo como artista. Comprendió que su destino estaba en los pinceles, la paleta, la espátula y los colores. Esta pasión por la pintura comenzó como una manera de dar rienda suelta a todos sus pensamientos y su creatividad.
Se apasionó a los pintores del ‘600 como Caravaggio, a los pintores impresionistas como Monet, Cezanne, a los pintores puntillistas como Seurat y Signac, pintores como Gauguin, Van Gogh, Matisse, Klimt, pero especialmente a pintores como Dalí y cubistas como Picasso, pintores abstractos como Pollock, Rothko, De Kooning y pintores como Basquiat.
En lo que se refiere a la pintura, tuvo su punto de partida en el barroco con su mirada en la dinámica del espacio, la visión de las escenas en profundidad, la estructuración de las composiciones mediante diagonales y la distribución de manchas de luz y de color, configurando el espacio como algo dinámico, donde los contornos se diluyen y las figuras pierden relevancia frente a la unidad de la escena. Apoyada en sus conocimientos arquitectónicos busca el movimiento y las composiciones complicadas, con perspectivas insólitas, una distribución asimétrica de los volúmenes y perspectivas ilusionistas, donde se intenta romper visualmente el espacio arquitectónico real, mediante la sugerencia del infinito; hoy se mueve en el ámbito moderno del “fotorrealismo”, en la búsqueda sobre todo de la precisión y la exactitud de los detalles que pinta, usa la cámara y la fotografía para reunir información y luego transferirla al lienzo (siempre a partir del dibujo). Existe en ella una constante necesidad de adquirir la habilidad técnica suficiente para hacer que el resultado final parezca fotográfico aunque entre la fotografía inicial, el proceso de dibujo y el resultado final la diferencia es radicalmente notoria.
Sus desnudos cobran una vida muy intensa. Pero, más que pintar mujeres solas, fuertes y ultra femeninas, retratos y uno que otro desnudo masculino, Sandra Durán capta sus actitudes, sus estados de ánimo e incluso sus pensamientos, éstos mismos fortalecidos en la atmósferas con que acompaña cada composición; abunda el sentido de la silueta y la firmeza plástica con un predominio del instinto de feminidad y la independencia por encima de el de la maternidad. En sus pinturas, los vientres abombados de las mujeres, que son todavía símbolo de fecundidad tienen su contraprueba en los vientres planos de algunas mujeres jóvenes, generalmente pintadas como muñecas reales o maniquíes con piel, tal vez con un fondo de crítica a la estética actual femenina subconsciente, que son capaces del ayuno absoluto, para evitar el engrasamiento abdominal, símbolo de la gravidez.
La historia del arte nos demuestra que cuando el artista trata de transmitir nuevos mensajes, el proceso será siempre el mismo: la silueta que observamos en esas imágenes esquemáticas, planas y lineales de las Evas del período románico; la forma, de gran plasticidad en Boticcelli; el movimiento en Miguel Ángel, pintores que intentaron llegar al inconsciente psicoanalítico; es el caso del Bosco, que de haber vivido en la actualidad hubiera sido el pintor de moda del psicoanálisis.
Con frecuencia los artistas repiten el modelo, y no porque carezcan de otro, sino porque consideran que es su modelo ideal, aunque lo cierto es que siempre estaremos ante una mujer condicionada por lo religioso, lo político, lo social, la moda, la autoridad de los pintores... sin que exista estrictamente la mujer real y objetiva, sino que la realidad es como la concibe, la crea y la envuelve su creador.
Otras veces se dice que se trata de encontrar nuevas formas de belleza, pero lo cierto es que predomina el idealismo y el intelectualismo; las figuras se descomponen en manchas, formas geométricas, jeroglíficos indescifrables, que sólo pueden ser comprendidos por el artista creador. Se impone la vuelta a la naturaleza. Pero los cambios y caducidad de las bellezas naturales justifican el lugar inferior que se les asigna con relación a las bellezas naturales producidas por el arte, que van unidas a una intuición del artista. Dice Benedetto Croce: «Dejemos a los necios afirmar que un hermoso árbol, un bello río o una estupenda figura humana son superiores al golpe de buril de Miguel Ángel o al verso del Dante; nosotros decimos con mayor propiedad que la naturaleza es estúpida frente al arte y que es muda si el hombre no la hace hablar.»
En sus paisajes, en los que prescinde por completo de la figura humana, da vida, mediante luces y sombras, a las rocas, los troncos y la complejidad del follaje. Durante el último siglo y más aún en estos últimos años, la expresión artística ha abierto múltiples caminos, nuevos medios, lenguajes, materiales, significados. La búsqueda de novedad, sin embargo, no aleja al arte de una de sus misiones originarias: la reflexión acerca del sentido de la existencia humana y del mundo de lo visible y lo invisible.
Uno de los enigmas que ha inquietado al ser humano desde la antigüedad es su relación con la naturaleza, siendo la pintura de Paisaje un medio de transmitir el concepto de ésta, de negarla o de aceptarla, de captarla con fidelidad o de interpretarla según su estado de ánimo. Es necesaria esa reflexión en el modo de sentir, de percibir todo lo que nos rodea y en la manera en que se puede sacar partido de estas sensaciones plásticamente. A Sandra Durán, le interesa reflexionar en torno a tener como referente el natural para que luego aparezca en la obra por medio de un proceso de asimilación de éste. De gran importancia considera por ejemplo la luz y con ella el color, conceptos indispensables, los cuales permiten asistir a la regeneración de la vida, a ese momento inicial de todas las cosas en su génesis. El color ha sido de gran importancia en todos los tiempos. En el siglo V a. C. el filósofo griego Empédocles comparaba la mezcla de colores por parte del artista con la armonía de los elementos (aire, fuego, agua y tierra). Por lo tanto, se trata de unir y fusionar estos elementos, estar con la Naturaleza interior, y exteriormente acercarla y sentirla. La vida es la que nos hace descubrir el Arte y su razón de ser, y podemos hacerla visible mediante nuestras obras artísticas. Pero al margen de géneros, es necesaria una entrega total, porque si no la hay, no hay arte ni artista verdadero. Una obra de arte es buena cuando ha sido creada necesariamente.
Su obra ha sido exhibida a lo largo y ancho de su país de origen y en Atlanta, Georgia, E.E.U.U.
Sandra Durán vive en Bucaramanga, no tiene estudio, porque quiere crear, convertir cualquier situación en experiencia estética, y no le interesa trabajar en un ambiente totalmente preestablecido. Tampoco tiene galería, aunque abrió una, llamada “Estudio Abierto”, cuya principal característica es que no tiene lugar, o almenos espacio, fijo. La abrió con la finalidad de mostrar en vivo el proceso pictórico de algunas obras e invitar a otros artistas a mostrar lo mejor de sus talentos en espacios culturales de su entorno.
Busca escapar del “localismo” santandereano, aunque reconoce que el arte ha crecido en Bucaramanga en los últimos años, si bien las inversiones por parte del estado son muy limitadas y los artistas han iniciado a emprender el vuelo. Considera, además, que la crítica en su ciudad se ha quedado atrás, más que estancada, inexistente.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España